Las agencias de Inteligencia estadounidenses se gastaron
54.000 millones de dólares en operaciones secretas en el año fiscal 2011
y piden que se les apruebe el presupuesto de 55.000 millones para el
próximo año.
La cifra ha sido difundida por James Clapper, el Director de
Inteligencia Nacional (DNI, según sus siglas en ingles), cuya oficina
fue creada después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de
2001.
DNI supervisa las actividades de las 16 agencias de Inteligencia no
militar que se dedican al espionaje no militar, al análisis de
Inteligencia y a las operaciones clandestinas, mayormente a cargo de la
CIA.
Tal como era de esperar el Director del DNI no informó los gastos de cada operación “por razones de seguridad nacional”.
Los gastos revelados por Clapper superan en los 1500 millones en las
asignaciones para espionaje del anterior año fiscal.
Este presupuesto
constituye un 12% de total de gastos de la administración de Barack
Obama, Premio Nobel de la Paz, para el Departamento de Defensa en el
último año.
A estas fabulosas cifras hay que añadir el balance de gastos del
Pentágono, con sus asignaciones de 24.000 millones de dólares para los
programas de inteligencia militar en el año fiscal 2011, cerrado el 30
de septiembre del año en curso.
El ministerio de Defensa estadounidense tampoco precisa los gastos destinados a programas de Inteligencia.