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En su honor es que la Capilla Sixtina lleva su nombre, por ser él quien
la inauguró como tal.
Sixto IV es famoso por su apoyo a la Inquisición,
por su consecuente nepotismo, por su participación en la conspiración
Pazzi para asesinar a los hermanos Giuliano y Lorenzo de’ Medici.
Por su
llamado a una cruzada contra los otomanos (uno de sus primeros actos de
gobierno), por anular los decretos reformistas del Concilio de
Constanza.
Por confirmar y explicitar el derecho de los reinos
cristianos a comprar o adquirir por la fuerza esclavos africanos (que no
fueran a su vez cristianos, aunque el objetivo final era convertirlos).
Casi un santo, vamos.