
El
observatorio espacial instalado en la nave Kepler ha realizado un
singular descubrimiento: encontró el planeta más oscuro jamás detectado
en nuestro universo.
La naturaleza de este arquetípico cuerpo ha
sorprendido ampliamente a los científicos de la NASA ya que es tan negro
que únicamente refleja el uno por ciento de la luz que llega a él, es
decir, su negrura es superior a la del carbón o el acrílico.
Este exoplaneta denominado TrES-2b tiene
el tamaño de Júpiter y está ubicado a unos 750 años luz de la Tierra.
Su superficie no es completamente negra, sino que emite un sutil brillo
rojo (lo cual de algún modo lo hace aún más tenebroso) y se calcula que
su temperatura promedio debe rondar los 1,800 grados.
Aparentemente la
atmósfera de este hiperoscuro mundo está compuesta por vapores de
sodio, potasio y óxido de titanio, pero ni siquiera esta particular
combinación logra explicar el nivel de negrura que el TrES-2b alcanza.
Hasta el momento la enigmática oscuridad
que impera en este planeta mantiene en vela a varios astrónomos que
simplemente no logran explicarla.
Hay algo misterioso en la composición
química el TrES-2b que ni siquiera la tecnología del Kepler logra
penetrar.