La organización social se crea a partir de la forma de apropiación de
la riqueza, y el lugar ocupado por cualquiera en esa organización
social le establece una relación de clase con quien se hace dueño de la
riqueza.
Esa forma de vinculación es la determinante para ver el mundo e
interpretarlo.
El Estado católico absoluto, cumpliendo con su ideario, no produce nada,
y se sostiene, su casta vive, de lo que saca a las gentes que confían
su vida al miedo, a la superstición que denominan “fe”, que les causan
los jefes católicos, miedo que programan desde siglos atrás.
Pero
también en el tiempo en que las ciencias industriosas organizan a la
clase trabajadora para producir plusvalía los brujos están clavados en
el Estado español mordiendo sus arterias, y de ellas nos sacan, por esas
mordidas, más de 10.000.000.000 millones de euros (más de diez mil
millones de euros) al año.
Las tuberías de las que los pobres se
llevan unos pocos litros de gasolina en países de África, acaban
estallando y causan la muerte de quienes se han querido procurar algún
bien con el que paliar su calamidad.
El caso católico no es el de
las pobres gentes a las que el capitalismo y el imperialismo destruye
su existencia, el caso católico es el de la alianza de los brujos, los
anticientíficos medievales, los de la programación de la sumisión y la
ignorancia negadora del conocimiento, con la gran burguesía, que hace
mucho dejó de aspirar a los cambios sociales, para tratar de frenar por
todos los medios que las contradicciones del sistema compartido lo hagan
explotar y la explosión social se los lleve por delante.
La dirigencia
católica no abre heridas en las arterias, sino que se incrusta en ellas
en la cabeza misma del Estado, allí donde la arteria lleva más riego.
En
su alianza con el aparato del Estado, antes fascista y ahora con otra
apariencia y en continuidad, y previsto está que sea por selección de
espermatozoide, obtiene más dinero y medios que en aquellos otros
tiempos.
Un Estado parásito dentro del Estado español.
Decía al
comienzo que la organización social se crea a partir de la forma de
apropiación de la riqueza, y el lugar ocupado en esa organización
establece una relación de clase con quien se hace dueño de la riqueza
obtenida.
Esa forma de vinculación es la determinante para ver el mundo e
interpretarlo.
En el caso del país Vaticano, creado en un acuerdo del
Papa con Mussolini por su prestación de cobertura, no hay tejido
productivo, hasta la elaboración de las ostias sagradas la han
deslocalizado, en cada sitio donde están hacen las suyas, aun siendo o
pareciendo tan importante un objeto simbólico como la ostia sagrada.
Como
su forma de apropiación de la riqueza es a partir de otros, (los
gobernantes del Estado español), su visión del mundo corresponde a esa
relación económica en la que fuera del núcleo solo deber haber súbditos,
a cambio los jefes de la secta prometen, como tantas sectas, a los
miembros de todas sus escalas un porvenir afortunado. Mientras, callan
la denuncia de su Estado parásito Paraíso Fiscal, puerto seguro para las
mafias del tráfico de armas, del tráfico de drogas, de todos los
tráficos que como lepra atacan y atacan a los trabajadores del mundo,
por ejemplo , no pagan impuestos.
El Paraíso Fiscal Vaticano, con su
Banco Central que se denomina Instituto para la Obra de la Religión ,
está en la lista de paraísos fiscales con las Islas Jersey, y, de Man,
Gibraltar, Mónaco, Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein, Malta, Chipre,
Andorra, Guenesey, Sark, y, Aldemey.
La mitad del comercio mundial pasa
por los paraísos fiscales, entre ellos el del Vaticano, y, con solo el
0,5% de incremento anual de los ingresos de los activos depositados en
los paraísos fiscales podrían financiarse los objetivos de desarrollo
del Milenio de la ONU para 2015.
Ahora viene el jefe de Estado de
ese Paraíso Fiscal a pasearse por las calles de Madrid y a reunirse con
quienes le entregan el dinero, lo demás es parafernalia.
El gobierno
PaPaPsoe del Ayuntamiento de Madrid, como requiere el Paraíso Fiscal
Vaticano, coloca 200 confesionarios en el centro de Madrid y suspende
los transportes sociales.
La idea de ciudad con mando medieval, por
encima de la idea de ciudad moderna que comparte medios.
La casta
privilegiada por la superstición se impone a los derechos ciudadanos.
Esa es su visión del mundo, visión obtenida de su forma de obtener el
dinero para su subsistencia como Estado improductivo y parásito, brujería por encima de razón.
Los ciudadanos de hoy tenemos opinión formada.