En la ciudad japonesa de Fukushima, a pocos kilómetros de la planta averiada, aún quedan muchas familias con niños pequeños.
En vez de evacuarles el Gobierno decidió aumentar en 20 veces el límite de radiación permitida.
Pese a que a 80 kilómetros de la planta nuclear la radiación es 900 veces mayor a la permitida, todos los días decenas de niños de la zona van al colegio.
Pese a que a 80 kilómetros de la planta nuclear la radiación es 900 veces mayor a la permitida, todos los días decenas de niños de la zona van al colegio.
Mientras que muchas escuelas se han cerrado herméticamente, otras permanecen abiertas aunque con los patios vacíos.
Entretanto, los niños se han acostumbrado a una nueva prenda en su forma de vestir.
Es la incertidumbre con la que viven los menores cerca de la planta nuclear de Fukushima después de tres meses de la crisis atómica.
Las emisiones radiactivas que se filtran de los reactores de la planta no dan tregua.
Mientras, muchas madres se resisten a quedarse de brazos cruzados.
Mientras, muchas madres se resisten a quedarse de brazos cruzados.
Junto con casi 100 padres, Asma Ajimaki, una de ellas, ha creado la asociación 'Guardianes de la seguridad de los niños' para pedir respuestas a las autoridades, un hecho insólito en Japón, un país poco acostumbrado a las protestas en público.
El Gobierno japonés no parece hacer mucho esfuerzo al respecto
Hasta el momento, las autoridades niponas han creado una área de exclusión de 20 kilómetros a la redonda de la planta. Asuma Ajimaki asegura que "el Gobierno está tomando medidas superficiales, pero distan mucho de lo que realmente queremos los ciudadanos. En nuestra opinión, no están haciendo nada para proteger a nuestros hijos".
Además, las autoridades aseguran que es difícil ofrecer respuestas ante esta catástrofe.
El Gobierno japonés no parece hacer mucho esfuerzo al respecto
Hasta el momento, las autoridades niponas han creado una área de exclusión de 20 kilómetros a la redonda de la planta. Asuma Ajimaki asegura que "el Gobierno está tomando medidas superficiales, pero distan mucho de lo que realmente queremos los ciudadanos. En nuestra opinión, no están haciendo nada para proteger a nuestros hijos".
Además, las autoridades aseguran que es difícil ofrecer respuestas ante esta catástrofe.
"El Gobierno está intentando dar toda la información que recibimos de Tepco, la empresa que opera la planta de Fukushima, y estamos tratando de explicar lo que ocurre de forma que los ciudadanos puedan entenderlo", afirma Hidehiko Nishiyama, portavoz técnico del Gobierno japonés sobre la crisis nuclear.
Jan Beranek, director responsable de la crisis nuclear para Greenpeace: "El Gobierno sigue negando los verdaderos riesgos que corre la gente"
Sin embargo, la confianza de los ciudadanos en su Gobierno se ha ido erosionando semana tras semana.
Jan Beranek, director responsable de la crisis nuclear para Greenpeace: "El Gobierno sigue negando los verdaderos riesgos que corre la gente"
Sin embargo, la confianza de los ciudadanos en su Gobierno se ha ido erosionando semana tras semana.
Las autoridades han tomado medidas cuando menos efectistas ante la grave situación que vive la región del noroeste del país.
En lugar de incrementar el número de poblaciones evacuadas, el ejecutivo decidió aumentar en 20 veces el límite de radiación permitida. Algo inadmisible para organizaciones como Greenpeace.
"Lo más sorprendente es que después de 100 días de la crisis, el Gobierno siga negando los verdaderos riesgos que corre la gente.
"Lo más sorprendente es que después de 100 días de la crisis, el Gobierno siga negando los verdaderos riesgos que corre la gente.
Los ciudadanos no saben realmente a lo que se están enfrentando, y los padres no reciben ningún consejo sobre cómo proteger a sus niños", alerta Jan Beranek, director responsable de la crisis nuclear para Greenpeace.
Ahora, es aceptable que los menores se expongan a una radiación similar a la que recibe un trabajador de una planta nuclear.
Ahora, es aceptable que los menores se expongan a una radiación similar a la que recibe un trabajador de una planta nuclear.
En la ciudad de Fukushima todos los días decenas de niños van al colegio. Ahora el quebradero de cabeza es para las autoridades y los científicos que deben encontrar una solución a este grave problema.
Una crisis sin precedentes
Expertos como Komae Hokosama, científico de la Universidad de Kyoto, realizan pequeños experimentos para intentar frenar las emisiones radiactivas.
Una crisis sin precedentes
Expertos como Komae Hokosama, científico de la Universidad de Kyoto, realizan pequeños experimentos para intentar frenar las emisiones radiactivas.
Lo más desconcertante es que la radiación varía mucho en escasos metros alrededor.
El científico reconoce que el país nipón se está enfrentando a una crisis sin precedentes.
"Es la primera vez en la historia que una crisis nuclear continúa durante 3 meses y con cuatro reactores diferentes en problemas.
"Es la primera vez en la historia que una crisis nuclear continúa durante 3 meses y con cuatro reactores diferentes en problemas.
En Chernóbyl el fuego solo duró unos días, pero aquí seguimos sin poder detener la crisis", asegura el experto.
Más bien al contrario. Cada nueva noticia que llega de la central nuclear es una vuelta de tuerca más al complejo panorama.
Más bien al contrario. Cada nueva noticia que llega de la central nuclear es una vuelta de tuerca más al complejo panorama.
Mientras, muchas madres confiesan que su mayor temor es el estigma social con el que pueden crecer sus niños por haber nacido en la 'ciudad radiactiva' de Fukushima.
Y al igual que las radiaciones, la exclusión de la sociedad japonesa a estos niños también es una amenaza invisible.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/sociedad/issue_25867.html
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