La ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, arribó este miércoles a la ciudad libia de Benghazi, este, para confirmar el respaldo de su país a los rebeldes en su intento de sacar del poder al Gobierno del líder libio, Muammar Al Gaddafi.
La situación se da en medio de una nueva jornada de ataques por parte de la Organización de Tratado Atlántico Norte (OTAN).
Jiménez llegó al Aeropuerto de Benghazi, abordo de una aeronave de la Fuerza Aérea Española, además, fue recibida por algunos miembros del llamado Consejo Nacional de Transición (CNT) y por el representante diplomático que la nación europea tiene destacado en la capital rebelde desde hace un mes.
En su breve estadía en la región libia, de apenas seis horas, la canciller española se reunirá con el presidente del Consejo, Mustafá Abdelyalil, y con el responsable de Exteriores, Ali Esaui.
Antes de su llegada a la zona rebelde, Jiménez aseguró en el Senado que su visita era un "paso más" en el reconocimiento como interlocutor del CNT frente a la administración de Gaddafi.
España es una de las naciones que más ha apoyado la causa de los insurgentes y de su capacidad para supuestamente reconciliar el país. Asimismo, ha insistido en que el coronel abandone el poder, pues considera que el Consejo es el único organismo legítimo en Libia desde que estalló el conflicto a mediados del mes de febrero.
La Canciller se presenta en Benghazi, en momentos que la OTAN intensifica sus ataques contra los arsenales y medios militares de las tropas del líder.
Este miércoles, la Alianza Atlántica realizó su primera incursión a las 01H45 local (23H45 GMT) en el área de Bab Al-Aziziyah, residencia de Gaddafi, la zona ha sido la más castigada desde el inicio de la agresión a Libia.
Además de los intensos estruendos, la madrugada de este miércoles se podían observar columnas de humo negro, pues el bombardeo se prolongó hasta casi el amanecer, según confirmaron residentes del distrito del centro de Trípoli.
La mayoría de los edificios en Bab Al-Aziziyah, donde tiene una de sus residencias el líder libio, están destruidos por los sucesivos golpes militares de la alianza atlántica desde hace más de dos semanas, el más intenso el de este martes con 60 ataques a plena luz del día.
El portavoz del Gobierno, Musa Ibrahim, confirmó que 31 personas perdieron la vida por las acciones de la OTAN, que según tienen como objetivo proteger a la población civil.
El pasado lunes, la aviación destruyó inmuebles de la televisión estatal, incluidos sistemas satelitales, plataformas de trasmisión, vehículos y otras dependencias que la Alianza consideró centros de mando y control, indicó el Ministerio libio de Información.
Después de los bombardeos, Muammar Al Gaddafi dirigió la noche de este martes una alocución a la población a través del canal público Al Jamahiriya, en donde advirtió que seguirá en el país y prometió que saldrá de Libia muerto, pues luchará hasta el final.
"Tenemos una única opción: permaneceremos en nuestra tierra vivos o muertos, el martirio es un millón de veces mejor que la rendición", aseguró el líder que cumplió 69 años de edad este martes.
Jiménez llegó al Aeropuerto de Benghazi, abordo de una aeronave de la Fuerza Aérea Española, además, fue recibida por algunos miembros del llamado Consejo Nacional de Transición (CNT) y por el representante diplomático que la nación europea tiene destacado en la capital rebelde desde hace un mes.
En su breve estadía en la región libia, de apenas seis horas, la canciller española se reunirá con el presidente del Consejo, Mustafá Abdelyalil, y con el responsable de Exteriores, Ali Esaui.
Antes de su llegada a la zona rebelde, Jiménez aseguró en el Senado que su visita era un "paso más" en el reconocimiento como interlocutor del CNT frente a la administración de Gaddafi.
España es una de las naciones que más ha apoyado la causa de los insurgentes y de su capacidad para supuestamente reconciliar el país. Asimismo, ha insistido en que el coronel abandone el poder, pues considera que el Consejo es el único organismo legítimo en Libia desde que estalló el conflicto a mediados del mes de febrero.
La Canciller se presenta en Benghazi, en momentos que la OTAN intensifica sus ataques contra los arsenales y medios militares de las tropas del líder.
Este miércoles, la Alianza Atlántica realizó su primera incursión a las 01H45 local (23H45 GMT) en el área de Bab Al-Aziziyah, residencia de Gaddafi, la zona ha sido la más castigada desde el inicio de la agresión a Libia.
Además de los intensos estruendos, la madrugada de este miércoles se podían observar columnas de humo negro, pues el bombardeo se prolongó hasta casi el amanecer, según confirmaron residentes del distrito del centro de Trípoli.
La mayoría de los edificios en Bab Al-Aziziyah, donde tiene una de sus residencias el líder libio, están destruidos por los sucesivos golpes militares de la alianza atlántica desde hace más de dos semanas, el más intenso el de este martes con 60 ataques a plena luz del día.
El portavoz del Gobierno, Musa Ibrahim, confirmó que 31 personas perdieron la vida por las acciones de la OTAN, que según tienen como objetivo proteger a la población civil.
El pasado lunes, la aviación destruyó inmuebles de la televisión estatal, incluidos sistemas satelitales, plataformas de trasmisión, vehículos y otras dependencias que la Alianza consideró centros de mando y control, indicó el Ministerio libio de Información.
Después de los bombardeos, Muammar Al Gaddafi dirigió la noche de este martes una alocución a la población a través del canal público Al Jamahiriya, en donde advirtió que seguirá en el país y prometió que saldrá de Libia muerto, pues luchará hasta el final.
"Tenemos una única opción: permaneceremos en nuestra tierra vivos o muertos, el martirio es un millón de veces mejor que la rendición", aseguró el líder que cumplió 69 años de edad este martes.