La que se ha venido llamando “socialdemocracia griega” ha sacado adelante las reformas salvajes contra los trabajadores, tal como le exigía la banca francesa y alemana para asegurarse cobrar.
La idea brillante de la banca es que va a cobrar sí o sí aunque, en un ataque de generosidad, (en realidad por la imposibilidad de cobrar como ellos pretendían) lo van a hacer en más años (con los intereses correspondientes).
Los que se han creído el caramelo envenenado de confundir democracia y capitalismo han vivido una jornada muy especial: en el mismo momento que el PASOK (“socialistas” griegos) votaba contra el pueblo, el país vivía la segunda jornada de huelga general masiva castigada con extrema violencia por la policía, que volvió a demostrar que sabe a la perfección de qué lado está (en este caso con el FMI, el BCE y los expoliadores del país).
La distancia entre el parlamento y el pueblo pocas veces se ha visto tan evidente.
El bochorno de ver a los diputados “socialistas” con su traje y corbata votando en contra de sus votantes, queda para la historia política y social del país heleno.
Tomado de Insurgente.