Prensa Web La Radio del Sur /Agencia – El presidente mexicano Felipe Calderón exigió ante la secretaria de Estado Hillary Clinton revisar la política antidrogas y disminuir el consumo de drogas en Estados Unidos, porque es “terriblemente alto” y eso se traduce en mayor capacidad de corrupción y de fuego hacia ciudadanos inocentes alimentado por la ambición y voracidad de la industria armamentista.
En la apertura de la Primera Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad en Centroamérica, en la capital de Guatemala, también demandó ayuda internacional en esta lucha “no de manera simbólica”, porque no se trata de “caridades”.
De hecho, propuso que sea equivalente al flujo de dinero en dólares que reciben las organizaciones criminales para organizarse, reseñó la Jornada de México.
Al presentar cuatro propuestas a los presidentes de seis países centroamericanos para su discusión en este encuentro, Calderón se quejó: “el consumo de drogas en Estados Unidos sigue terriblemente alto, que eso permite a las organizaciones criminales obtener ingresos cada vez más elevados, traduce mayor capacidad de corrupción de instituciones y sociedades y mayor capacidad de fuego a ciudadanos inocentes alimentado por la ambición y voracidad de la industria armamentistas”.
Después de advertir que muchos países de la región están en manos de los señores de la muerte planteó: “vamos revisando de fondo los pardigmas de la política de drogas, el compromiso de apoyo internacional fuerte y determinante, un compromiso real de demanda de drogas y parando el trafico de armas asesinas”.
De hecho, propuso que sea equivalente al flujo de dinero en dólares que reciben las organizaciones criminales para organizarse, reseñó la Jornada de México.
Al presentar cuatro propuestas a los presidentes de seis países centroamericanos para su discusión en este encuentro, Calderón se quejó: “el consumo de drogas en Estados Unidos sigue terriblemente alto, que eso permite a las organizaciones criminales obtener ingresos cada vez más elevados, traduce mayor capacidad de corrupción de instituciones y sociedades y mayor capacidad de fuego a ciudadanos inocentes alimentado por la ambición y voracidad de la industria armamentistas”.
Después de advertir que muchos países de la región están en manos de los señores de la muerte planteó: “vamos revisando de fondo los pardigmas de la política de drogas, el compromiso de apoyo internacional fuerte y determinante, un compromiso real de demanda de drogas y parando el trafico de armas asesinas”.