Mozilla, la organización responsable del navegador Firefox, ha decidido plantar cara a las autoridades de Estados Unidos. Mientras éstas le solicitaban la retirada de una extensión que permite acceder a páginas web bloqueadas por uno de sus departamentos de seguridad, los responsables del navegador han respondido con un "no" rotundo a esta posibilidad.
De la mano de ArsTechnica conocemos la postura de los desarrolladores de Firefox a la exigencia del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Después de bloquear el acceso a dominios de páginas de enlaces como el caso de la española Rojadirecta, se desarrolló una extensión denominada MafiaaFire Redirector (que aludía a las organizaciones de la industria cultural estadounidense RIAA y MPAA) que facilitaba que los usuarios accediesen a estas webs.
De nuevo, la excusa del expolio y la infracción de la propiedad intelectual servía de excusa a las autoridades del país norteamericano para bloquear, en este caso una mera extensión de una aplicación como es Firefox. Desde la compañía desarrolladora del segundo navegador más utilizado en todo el mundo se tiene claro que no se va a ceder ante esta exigencia de retirada del add-on.
No retiran la extensión porque no es ilegal
Desde su blog, los responsables de la compañía han lanzado varias preguntas a las autoridades que aún no han recibido respuesta y con las que defienden la existencia de MafiaaFire Redirector. "¿Ha considerado ilegal esta extensión algún tribunal? Si es así, ¿en qué se basa?", cuestionan los desarrolladores. Además, señalan que con esta iniciativa, las autoridades estadounidenses quieren que sea el intermediario el que colabore en el bloqueo de sitios web, lo que consideran que podría ir incluso en contra de las leyes.
¿Qué derecho tienen estos organismos para exigir a las compañías desarrolladoras de software comulgar con sus acciones? Hasta que se demuestre lo contrario, una mera extensión no colabora ni mucho menos en lo que denominan "piratería" y así ha quedado demostrado.
La postura de Mozilla ante estas exigencias debe ser considerada como un ejemplo a tener en cuenta. No todo vale en la lucha emprendida por autoridades e industria cultural para controlar la Red.