LA RADIO DEL SUR – En Trípoli, resuenan y aterrorizan las bombas lanzadas por aviones británicos.
Para Londres se trata de una operación para desalojar del poder a lo que ellos denominan como un “sanguinario dictador” (Muammar Khadafi). Una gran incongruencia para un país que festeja la “boda real” de la dinastía.
No sólo festejan su propia monarquía, sino que invitan a monarcas y dictadores acusados de violar derechos fundamentales de sus pueblos: las monarquías de Arabia Saudita y Kuwait, así como el dictador y rey de Suazilandia, están invitados al “fino aquelarre” británico.
Los gastos corren por cuenta de los contribuyentes británicos. Una parte de la población del país no le sigue el juego a la situación: mientras el príncipe Guillermo y Kate Middleton contraen matrimonio, los republicanos británicos celebrarán el viernes en Londres su “No Boda Real“, un festejo a la “democracia y al poder popular, y no a los privilegios heredados”.
Así, “los 10 millones de británicos republicanos (sobre una población de 63 millones) no serán ignorados ni se esconderán”, asegura en su sitio Internet Republic. A “diferencia” de los festejos reales, “nosotros festejamos la democracia y el poder popular, y no los privilegios heredados”, añade.
Mientras la familia real cuenta con millones de libras para despilfarrar en una suntuosa boda, en Gran Bretaña se aplican los paquetazos económicos más fuertes de toda Europa.
Los recortes a sectores como salud y educación han causado las protestas más fuertes en el país desde el inicio de la guerra contra Irak.