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El valor de un desafío


En los últimos años pocos se han destacado tanto en el propósito de destruir a la Revolución Cubana como el gobierno de la República Checa, a partir de la línea anticubana trazada por Václav Havel.

En una ocasión dije que nunca como ahora, Madrid pone en peligro la supremacía de Miami, como plataforma de las acciones contra la Revolución Cubana; pero el empeño de Praga por conseguir un mayor protagonismo dentro del grupo de compinches europeos del imperialismo yanqui, sitúa a esta República exsocialista en la misma posición que la capital española.

En un texto de Percy Francisco Alvarado Godoy, de julio del 2003, titulado “Nuevos elementos sobre la confabulación Checa contra Cuba”, se plantea que uno de los principales rotativos de la República Checa, ‘Madlá Fronta Dnes, publicó un artículo de uno de los protagonistas checos de la campaña anticubana, el director de la organización contrarrevolucionaria «Hombres en emergencia», Tomás Pojar, en el que presagiaba un mayor papel de la República Checa en los ataques contra Cuba. 

Sin ocultar su alineación junto a EE.UU. en relación con la campaña anticubana, dijo el articulista: «Es que la República Checa se ha convertido juntamente con España en el principal foco europeo de resistencia contra el régimen de Fidel Castro»’.

Y continúa Percy Alvarado, ‘dentro de este contexto de ataques contrarrevolucionarios, el canciller Cyril Sbovoda dio dos pasos significativos para favorecer la actual campaña anticubana. 

La primera de ellas fue nombrar a Václav Havel, ex presidente checo, como embajador de «buena voluntad» de la República Checa.

Este nombramiento otorga a Havel todas las prerrogativas oficiales para deambular por las capitales del mundo, sobre todo las europeas, para esgrimir sus gastados y viejos argumentos contra Cuba.

Ni lerdo ni perezoso, Havel declaró su disposición a lograr «respaldo internacional» en la lucha contra Castro. El otro paso de Sbovoda fue declarar la disposición de la República Checa de financiar la actividad de la «disidencia» en la Isla.

De acuerdo con su declaración, se trabajará por «ayudar materialmente a los disidentes cubanos y se empeñará porque en el mundo la situación de los derechos humanos en Cuba sea conocida.»’

En la actualidad se mantienen los vínculos de diplomáticos checos y elementos contrarrevolucionarios cubanos, con el objetivo de tratar de influir en artistas e intelectuales de la Isla, reflejar una imagen distorsionada de Cuba y crear un estado de opinión en el cual se exponga al mundo que los cubanos están en contra de la Revolución y a favor de las ideas del imperialismo, tal y como se expone en el documental “Mentiras bien pagadas”, perteneciente a la serie Las Razones de Cuba.

Sin embargo, hace pocos días, la agencia EFE, emitió un despacho que informa que ‘la escritora checa Lenka Prochazkova, una antigua disidente anticomunista que sufrió la censura totalitaria, acaba de publicar en Praga la novela-reportaje A Cuba con Fidel, en la que retrata al líder de la Revolución Cubana y cuestiona la postura crítica de su país respecto a la isla caribeña’.

‘La autora asegura que los cubanos “reconocen que Castro construyó la soberanía y la mantuvo durante cincuenta años, y creó la nación cubana”.’, dice la agencia, y agrega: ‘Los méritos de Castro “no tienen discusión”, asegura la escritora, a la hora de hablar abiertamente de la postura crítica de su país frente al gobierno cubano. ’

Sin dudas, reconocer el liderazgo y los méritos de Fidel, y la soberanía de que hoy goza la mayor de las Antillas, es ya un gesto valiente para cualquier escritor porque significa desafiar la ‘censura totalitaria’ de la actual maquinaria mediática y comercial que financia y construye legitimidades a cambio de lealtades ideológicas. 

Hacerlo desde Praga, incrementa su valor.

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