Estados Unidos ejerció, a través de su embajada en Costa Rica, una fuerte injerencia en el largo proceso de aprobación del tratado de libre comercio (TLC) entre ambos países, según cables de WikiLeaks publicados hoy por el diario local La Nación.
Los cables dan cuenta de múltiples reuniones entre funcionarios de la embajada estadounidense con miembros del gabinete del entonces presidente Óscar Arias (2006-2010), y de estos con diputados y magistrados, orientadas a buscar la aprobación del tratado.
Según lo publicado por el rotativo local, uno de los cables describe que en 2007 la entonces vicepresidenta y actual mandataria costarricense, Laura Chinchilla, informó a los diplomáticos estadounidenses de que Arias tenía serias dudas sobre la conveniencia de someter o no el TLC a referendo, por no estar seguro del resultado de la consulta.
Ante la fuerte oposición en el Congreso, el acuerdo comercial fue finalmente llevado a un referendo, que se celebró el 7 de octubre de 2007, donde fue aprobado.
Otro cable diplomático reseña que Estados Unidos se atribuyó parte de la victoria del "Sí al TLC" en la consulta popular.
"Las declaraciones del USTR (Ministerio de Comercio Exterior) y de la Casa Blanca, cerrándole la puerta a una renegociación del TLC, fueron oportunas y efectivas", dice un cable fechado el 16 de octubre de 2007.
Un día antes de la consulta, la Casa Blanca emitió un comunicado desde Washington para ratificar que no habría una segunda negociación, como pretendían los grupos opositores al acuerdo, y que las preferencias de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (que le permitían a Costa Rica exportar muchos productos libres de aranceles) vencerían en 2008.
WikiLeaks reveló además estrechos contactos y presuntas fugas de información entre los distintos poderes costarricenses. Por ejemplo, indicó que el Gobierno de Arias supo, con anticipación, cómo y cuándo votaría la Sala Constitucional un proyecto vital para implementar el TLC, a finales de 2008.
De la promulgación de esa ley dependía que el TLC entrara en vigencia, según el plazo establecido.
Los cables describen conversaciones de ministros de Arias, Chinchilla y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, en las que se adelantó criterio sobre la eventual votación de los magistrados.
El líder del Partido Acción Ciudadana (PAC), y uno de los máximos opositores al TLC, Ottón Solís, dijo hoy a la radio ADN que la información de WikiLeaks comprueba la "interferencia" que ya era "evidente" en los tiempos de discusión del tratado.
El exdiputado José Merino, otro opositor al TLC, manifestó que los cables no revelan cosas totalmente desconocidas, sino que su valor reside en mostrar a la opinión pública "cómo se fabrican las decisiones políticas en una democracia, como ellos mismos dicen, disfuncional".
"Reflejan los grandes malestares de nuestra democracia, donde es una realidad que no se respeta la independencia de poderes", apuntó.
Para el politólogo Francisco Barahona, la información de WikiLeaks pone al descubierto "la fragilidad de nuestro entramado político, que es fácilmente vulnerable a influencias externas".
Los cables dan cuenta de múltiples reuniones entre funcionarios de la embajada estadounidense con miembros del gabinete del entonces presidente Óscar Arias (2006-2010), y de estos con diputados y magistrados, orientadas a buscar la aprobación del tratado.
Según lo publicado por el rotativo local, uno de los cables describe que en 2007 la entonces vicepresidenta y actual mandataria costarricense, Laura Chinchilla, informó a los diplomáticos estadounidenses de que Arias tenía serias dudas sobre la conveniencia de someter o no el TLC a referendo, por no estar seguro del resultado de la consulta.
Ante la fuerte oposición en el Congreso, el acuerdo comercial fue finalmente llevado a un referendo, que se celebró el 7 de octubre de 2007, donde fue aprobado.
Otro cable diplomático reseña que Estados Unidos se atribuyó parte de la victoria del "Sí al TLC" en la consulta popular.
"Las declaraciones del USTR (Ministerio de Comercio Exterior) y de la Casa Blanca, cerrándole la puerta a una renegociación del TLC, fueron oportunas y efectivas", dice un cable fechado el 16 de octubre de 2007.
Un día antes de la consulta, la Casa Blanca emitió un comunicado desde Washington para ratificar que no habría una segunda negociación, como pretendían los grupos opositores al acuerdo, y que las preferencias de la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (que le permitían a Costa Rica exportar muchos productos libres de aranceles) vencerían en 2008.
WikiLeaks reveló además estrechos contactos y presuntas fugas de información entre los distintos poderes costarricenses. Por ejemplo, indicó que el Gobierno de Arias supo, con anticipación, cómo y cuándo votaría la Sala Constitucional un proyecto vital para implementar el TLC, a finales de 2008.
De la promulgación de esa ley dependía que el TLC entrara en vigencia, según el plazo establecido.
Los cables describen conversaciones de ministros de Arias, Chinchilla y el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, en las que se adelantó criterio sobre la eventual votación de los magistrados.
El líder del Partido Acción Ciudadana (PAC), y uno de los máximos opositores al TLC, Ottón Solís, dijo hoy a la radio ADN que la información de WikiLeaks comprueba la "interferencia" que ya era "evidente" en los tiempos de discusión del tratado.
El exdiputado José Merino, otro opositor al TLC, manifestó que los cables no revelan cosas totalmente desconocidas, sino que su valor reside en mostrar a la opinión pública "cómo se fabrican las decisiones políticas en una democracia, como ellos mismos dicen, disfuncional".
"Reflejan los grandes malestares de nuestra democracia, donde es una realidad que no se respeta la independencia de poderes", apuntó.
Para el politólogo Francisco Barahona, la información de WikiLeaks pone al descubierto "la fragilidad de nuestro entramado político, que es fácilmente vulnerable a influencias externas".