A pesar de que la política de EE. UU. apoya los movimientos antigubernamentales en África del Norte, como en el caso de Egipto y Libia, la realidad en los negocios es otra muy diferente.
Según publica Wall Street Journal, la mayor parte de la tecnología que se usa hoy en día para bloquear sitios web -una de las medidas que aplican los gobiernos de Oriente Medio para impedir la ampliación de protestas masivas que sacude la región desde principios de año- fue suministrada en su momento por empresas estadounidenses.
Así, la compañía Websense Inc. con sede en San Diego (California) tiene estipulado en sus estatutos que "no vende a Gobiernos o a proveedores de Internet involucrados en la censura impuesta por un gobierno".
Sin embargo, vendió su tecnología de filtración en la red a Yemen, donde fue usada para bloquear los métodos que permitían a los usuarios ocultar sus identidades, según descubrió OpenNet Initiative, un grupo internacional que une a especialistas de las Universidades de Harvard, Toronto, Oxford y Cambridge que estudian filtraciones en internet.
Websense Inc., por su parte, informó a través de un comunicado oficial en 2009: "En algunas ocasiones las cosas pueden deslizarse por entre las grietas".
McAfee Inc., una compañía adquirida hace un mes por Intel Corp., suministró a los proveedores de internet en Bahréin, Arabia Saudita y Kuwait su software destinado a filtrar contenidos, comunica el periódico basándose en su entrevista a compradores y unos distribuidores regionales.
Blue Coat Systems Inc., empresa con sede en Sunnyvale (California) que se dedica a cuestiones de la seguridad en la red, vendió a Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Catar el hardware y las tecnologías que se usaron junto con el software de McAfee Inc. para filtrar contenidos.
En varias ocasiones, se aplicaron también para bloquear páginas web.
Según un informe de OpenNet Initiative, nueve países de la zona de África del Norte y Oriente Medio usaron instrumentos fabricados en Occidente para bloquear algún contenido social y político, obstaculizando así la libertad en la red de redes de unos 20 millones de usuarios.
Originalmente, las tecnologías de filtración no son un método de censura de internet. Según comentan sus fabricantes, están destinados a prevenir que los jóvenes accedan a un contenido pornográfico y a proteger a los proveedores de internet de los ciberataques.
Acentúan que no son capaces de controlar cómo usan sus productos sus clientes.
Joris Evers, un portavoz de McAfee Inc., subraya que el software que produce la compañía prevé la opción de añadir más sitios web a la lista.
Precisa: "Obviamente, lo que un cliente individual hará con el producto una vez lo haya adquirido está fuera de nuestro control", según recoge Wall Street Journal.