Cualquiera que crea que Estados Unidos ha aprendido algo de las diversas revoluciones ocurridas en el mundo árabe, escucha otra sintonía. Nosotros no lo hicimos.
El jueves, mientras la revolución egipcia culminaba con el colapso del régimen de Mubarak, el gobierno de Obama anunció su intención de vetar la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, patrocinada por 122 naciones, que condena la expansión de las colonias israelíes.
Esto se desprende del informe de AFP con las declaraciones del subsecretario de Estado, James Steinberg, en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara.
"Hemos dejado muy claro que no creemos que el Consejo de Seguridad sea el lugar adecuado para participar en estos temas", dijo el subsecretario de Estado James Steinberg, del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara.
"Hemos tenido cierto éxito, al menos de momento, en no permitir que se arraiguen allí. Y continuaremos empleando las herramientas que tenemos para asegurarnos de que continúe así”, dijo Steinberg.
Hay tantos errores en la declaración de Steinberg que es difícil saber por dónde empezar.
El primero es obvio. La oposición a las colonias israelíes es quizá la única cuestión en la que todo el mundo árabe y musulmán está unido. Iraquíes y afganos, sirios y egipcios, indonesios y paquistaníes no están de acuerdo en muchas cosas, pero sí están de acuerdo en eso.
También coinciden en que la política de EE.UU. sobre las colonias demuestra un desprecio flagrante de los derechos humanos en el mundo musulmán (al menos cuando Israel es el violador de los derechos humanos).
Por consiguiente una decisión de EE.UU. de apoyar la condena a las colonias enviaría un mensaje claro al mundo árabe y musulmán de que entiende lo que está ocurriendo en el Medio Oriente y de que comparte al menos algunas de las preocupaciones de sus pueblos.
La cuestión de las colonias debería ser un asunto fácil para Estados Unidos. Nuestra política oficial es la misma que la del mundo árabe. Nos oponemos a las colonias.
Las consideramos ilegales. Hemos solicitado en repetidas ocasiones a los israelíes que detengan la expansión de las mismas (aunque el gobierno israelí repetidamente nos ignora).
El gobierno estadounidense está tan seguro en el asunto de las colonias que recientemente ofreció a Israel un extra de 3,5 billones de dólares en ayuda de EE.UU. para congelarlas por 90 días.
Es imposible, entonces, para los Estados Unidos pretender que no estamos de acuerdo con la resolución (sobre todo cuando su lenguaje se elaboró cuidadosamente para concordar con la posición oficial del gobierno). Entonces, ¿por qué vetaríamos una resolución que expresa nuestras propias opiniones?
Steinberg dice "No creemos que el Consejo de Seguridad sea el lugar adecuado para ocuparse de esos temas."
¿Por qué no? Es en el Consejo de Seguridad donde se aprobaron todas las resoluciones internacionales más importantes (con el apoyo de EE.UU.) que regulan la actuación de Israel en los territorios ocupados, desde la primera, la Resolución 242 en 1967.
Luego agrega, con evidente orgullo: "Hemos tenido cierto éxito, al menos de momento, en no permitir que [las colonias] se arraiguen allí."
Impresionante. Estados Unidos no ha tenido ningún éxito en que el gobierno de Netanyahu detenga la expansión de las colonias -para que deje de expulsar a los palestinos de sus hogares en Jerusalén Oriental y pare a los colonos ultraortodoxos- y tampoco en conseguir que Israel reprima enérgicamente la violencia de los colonos, pero hemos tenido "cierto éxito" en mantener el tema fuera de las Naciones Unidas.
La única manera de resolver la cuestión de las colonias, según Steinberg, "es por el compromiso de las partes, y ésa es nuestra clara y coherente posición". Clara y coherente puede que sea. Pero no funciona. Las excavadoras nunca paran.
Por supuesto no es difícil de explicar la decisión del gobierno de Obama de vetar una resolución que contiene las posiciones que nosotros apoyamos.
Es el poder de la American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), que está presionando con furia por un veto de EE.UU. (en realidad no con tanta furia, AIPAC no consume energía cuando sabe que sus acólitos del Congreso -y Dennis Ross en la Casa Blanca lo es- harán el trabajo por él).
El poder del lobby es la única razón por la que Estados Unidos vetará la resolución. Traten de entenderlo. Después de todo, votar por la resolución (o al menos abstenerse) sirve a los intereses de EE.UU. en Oriente Medio en un momento crítico y es coherente con la política de los EE.UU.
Pero sería enfurecer al lobby y sus amigos, lo que supondría una amenaza en las elecciones de 2012. En pocas palabras, nuestra política en Oriente Medio es un tema de política interna.
Y ni siquiera los increíbles acontecimientos del último mes van a cambiar eso. Por lo tanto la posición de EE.UU. en Oriente Medio seguirá deteriorándose. Simplemente, no estamos en condiciones de cumplir.
Después de todo siempre hay otras elecciones en el horizonte y eso significa que serán los donantes, y no los diplomáticos, quienes determinen la política de EE.UU.
*MJ Rosenberg es miembro senior de Foreign Policy Fellow en Media Matters Action Network. Este artículo apareció por primera vez en Foreign Policy Matters .
Fuente: http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/02/2011215115925859109.html
El jueves, mientras la revolución egipcia culminaba con el colapso del régimen de Mubarak, el gobierno de Obama anunció su intención de vetar la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, patrocinada por 122 naciones, que condena la expansión de las colonias israelíes.
Esto se desprende del informe de AFP con las declaraciones del subsecretario de Estado, James Steinberg, en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara.
"Hemos dejado muy claro que no creemos que el Consejo de Seguridad sea el lugar adecuado para participar en estos temas", dijo el subsecretario de Estado James Steinberg, del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara.
"Hemos tenido cierto éxito, al menos de momento, en no permitir que se arraiguen allí. Y continuaremos empleando las herramientas que tenemos para asegurarnos de que continúe así”, dijo Steinberg.
Hay tantos errores en la declaración de Steinberg que es difícil saber por dónde empezar.
El primero es obvio. La oposición a las colonias israelíes es quizá la única cuestión en la que todo el mundo árabe y musulmán está unido. Iraquíes y afganos, sirios y egipcios, indonesios y paquistaníes no están de acuerdo en muchas cosas, pero sí están de acuerdo en eso.
También coinciden en que la política de EE.UU. sobre las colonias demuestra un desprecio flagrante de los derechos humanos en el mundo musulmán (al menos cuando Israel es el violador de los derechos humanos).
Por consiguiente una decisión de EE.UU. de apoyar la condena a las colonias enviaría un mensaje claro al mundo árabe y musulmán de que entiende lo que está ocurriendo en el Medio Oriente y de que comparte al menos algunas de las preocupaciones de sus pueblos.
La cuestión de las colonias debería ser un asunto fácil para Estados Unidos. Nuestra política oficial es la misma que la del mundo árabe. Nos oponemos a las colonias.
Las consideramos ilegales. Hemos solicitado en repetidas ocasiones a los israelíes que detengan la expansión de las mismas (aunque el gobierno israelí repetidamente nos ignora).
El gobierno estadounidense está tan seguro en el asunto de las colonias que recientemente ofreció a Israel un extra de 3,5 billones de dólares en ayuda de EE.UU. para congelarlas por 90 días.
Es imposible, entonces, para los Estados Unidos pretender que no estamos de acuerdo con la resolución (sobre todo cuando su lenguaje se elaboró cuidadosamente para concordar con la posición oficial del gobierno). Entonces, ¿por qué vetaríamos una resolución que expresa nuestras propias opiniones?
Steinberg dice "No creemos que el Consejo de Seguridad sea el lugar adecuado para ocuparse de esos temas."
¿Por qué no? Es en el Consejo de Seguridad donde se aprobaron todas las resoluciones internacionales más importantes (con el apoyo de EE.UU.) que regulan la actuación de Israel en los territorios ocupados, desde la primera, la Resolución 242 en 1967.
Luego agrega, con evidente orgullo: "Hemos tenido cierto éxito, al menos de momento, en no permitir que [las colonias] se arraiguen allí."
Impresionante. Estados Unidos no ha tenido ningún éxito en que el gobierno de Netanyahu detenga la expansión de las colonias -para que deje de expulsar a los palestinos de sus hogares en Jerusalén Oriental y pare a los colonos ultraortodoxos- y tampoco en conseguir que Israel reprima enérgicamente la violencia de los colonos, pero hemos tenido "cierto éxito" en mantener el tema fuera de las Naciones Unidas.
La única manera de resolver la cuestión de las colonias, según Steinberg, "es por el compromiso de las partes, y ésa es nuestra clara y coherente posición". Clara y coherente puede que sea. Pero no funciona. Las excavadoras nunca paran.
Por supuesto no es difícil de explicar la decisión del gobierno de Obama de vetar una resolución que contiene las posiciones que nosotros apoyamos.
Es el poder de la American Israel Public Affairs Committee (AIPAC), que está presionando con furia por un veto de EE.UU. (en realidad no con tanta furia, AIPAC no consume energía cuando sabe que sus acólitos del Congreso -y Dennis Ross en la Casa Blanca lo es- harán el trabajo por él).
El poder del lobby es la única razón por la que Estados Unidos vetará la resolución. Traten de entenderlo. Después de todo, votar por la resolución (o al menos abstenerse) sirve a los intereses de EE.UU. en Oriente Medio en un momento crítico y es coherente con la política de los EE.UU.
Pero sería enfurecer al lobby y sus amigos, lo que supondría una amenaza en las elecciones de 2012. En pocas palabras, nuestra política en Oriente Medio es un tema de política interna.
Y ni siquiera los increíbles acontecimientos del último mes van a cambiar eso. Por lo tanto la posición de EE.UU. en Oriente Medio seguirá deteriorándose. Simplemente, no estamos en condiciones de cumplir.
Después de todo siempre hay otras elecciones en el horizonte y eso significa que serán los donantes, y no los diplomáticos, quienes determinen la política de EE.UU.
*MJ Rosenberg es miembro senior de Foreign Policy Fellow en Media Matters Action Network. Este artículo apareció por primera vez en Foreign Policy Matters .
Fuente: http://english.aljazeera.net/indepth/opinion/2011/02/2011215115925859109.html