Diversas organizaciones sociales conformadas por víctimas de sacerdotes católicos pederastas de México rechazaron este martes la velocidad con la que Karol Wojtyla, también conocido como Juan Pablo II, fue beatificado.
Afirmaron sentirse indignados por la minimización impulsada desde la administración del fallecido Papa de las denuncias hechas contra los representantes del Vaticano.
Así lo dio a conocer el vocero de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por sacerdotes, Joaquín Aguilar Méndez, quien en una entrevista con la prensa internacional afirmó que “estaba decepcionado”, ante la ineficiente respuesta de las autoridades eclesiásticas a los casos de pederastia.
"Es una decepción para nosotros, como víctimas de abusos de sacerdotes, saber que no se analizaron todas las pruebas de que Juan Pablo II sí estuvo al tanto de estos delitos y creemos que por eso no debería ser beatificado", resaltó.
Aguilar, quien en su infancia también fue abusado por un cura, resaltó que la beatificación de Wojtyla a sólo seis años de su muerte “demuestra únicamente la desesperación de la Iglesia Católica por limpiarse del escándalo de pederastia” y destacó que es un irrespeto para todas las víctimas que sus querellas no hayan sido respondidas con justicia.
Recordó además el caso del sacerdote mexicano fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, quien antes de morir en 2008, fue acusado de abusos sexuales a menores y además mantuvo una doble vida con dos mujeres y varios hijos.
El vocero afirmó que "no es posible que (Juan Pablo II) no se haya enterado del caso de Marcial Maciel, un hombre que fue primordial en su papado", y criticó que a pesar de esto, se le dejara dirigir una iglesia en México.
Las opiniones de Aguilar fueron apoyadas por el ex sacerdote Alberto Athie, quien en años anteriores también presentó denuncias contra Maciel, y durante la entrevista, comentó que “la beatificación de Juan Pablo II debió tomar en cuenta los actos de su Gobierno para la profunda evaluación de "su virtud de gobernar, de procurar justicia y de buscar el bien".
“¿Por qué la prisa de querer beatificarlo cuando hay todo un esquema de crímenes graves que no se analizaron a fondo? Y por supuesto que Juan Pablo II sabía de estos abusos, está documentado", cuestionó.
El ex sacerdote indicó que con esta beatificación, la Iglesia corre el riesgo de quedar en descrédito, pues en el futuro “podrá demostrarse que Juan Pablo II protegió a sacerdotes pederastas".
“Lo más grave no es cuántos sacerdotes abusaron de cuántos niños, el problema de fondo es la actuación de la iglesia Católica como institución, el encubrimiento de sacerdotes pederastas, callando a las víctimas con indemnizaciones extrajudiciales, desacreditándolas o cambiando a los culpables de diócesis y hasta de país", concluyó.
Otras críticas
Este lunes, otro grupo de teólogos europeos y latinoamericanos también iniciaron una campaña en contra de la decisión del Vaticano de santificar al Sumo Pontífice fallecido el 19 de abril del 2004.
Estos manifestantes también consideran que Juan Pablo II encubrió a curas pederastas y por ende, no lo califican merecedor de la beatificación.
En el marco de la campaña, miembros del Observatorio Eclesial, organización que agrupa a grupos católicos, manifestaron que Wojtyla sólo tuvo “un excelente manejo de los medios de comunicación” y por eso se cree que fue un hombre muy bueno.
Sin embargo, el grupo criticó la ignorancia sobre el perfil del personaje y a su vez, firmó un manifiesto titulado Llamada a la claridad, en el que insta a la Iglesia a mantener las normativas de ética sexual y la dura confirmación del celibato eclesiástico; mientras también llama al rechazo a discutir en forma seria y profunda la condición de la mujer en la Iglesia y la la represión a los teólogos.
Esta no es la primera vez que se cuestiona a la Iglesia Católica. El pasado diciembre, la comisión independiente que estudia los casos de abusos sexuales de esta institución religiosa en Holanda informó que casi dos mil víctimas dieron testimonio sobre los daños sufridos bajo la tutela de la fe.
Por otro lado, en Latinoamerica, el año pasado se abrieron varias investigaciones a sacerdotes católicos por vinculación al narcotráfico.
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