Se acomodó frente a mí. Llenó el vaso y se lo empinó hasta vaciarlo.
No jodás, estoy enculado… no me la puedo sacar de la cabeza… hace años que no me pasaba - me confesó cuando volvía a servirse, probablemente para justificar su ansiedad dionisíaca o reafirmar que la embriaguez liga con el amor.
Habíamos acordado vernos en la cantina de siempre, durante la llamada urgente solicitando un favor.
Pero, qué deseás que haga - le pregunté.
Me vio fijamente y sorbió con calma el cigarrillo. Vos la conocés - aseguró.
Sonreí. Ah, vos me querés para celestino.
No hermano, quiero que escribás mi sentimiento por ella. Vos sos arrecho para eso…
No, no creás, no es fácil escribir, pienso y pienso, borro y borro, me agito y angustio cada vez que estoy frente a la pantalla tecleando, generalmente en la madrugada silenciosa y fría, y aún después de publicar y releer continúo ansioso…
Si hermano, te entiendo, pero no me podés fallar. Quiero que ella lea lo que experimenté desde que la vi por primera vez en la calle… es ques preciosa…
Escribílo vos, nadie puede expresar mejor tus sentimientos, describir el oleaje caliente en el cuerpo, la fijación de su figura en tu memoria, el deseo de hablar con ella, el apetito sexual que te genera… las ganas de compartir orgasmo…
Ya ves, vos podés…
Esas son descripciones tontas, generales, nada literarias…
No importa, no te pido imitar el existencialismo romántico de Becquer… ni te quemés las neuronas como los Dumas, es algo sencillo… nada más para que ella sepa que me tiene loquito… que pienso en ella a cada momento y cuando la veo me frustro, y algunas veces nada más la admiro de reojo… sé que no me va a hacer caso, no soy guapo, no tengo millones, ni el carro del año…
A lo mejor ella no se mira como mercancía… si de dinero se trata, pensá en que puede estar deseosa de cariño, comprensión… ella tampoco tiene millones… a lo mejor no te ve tan feo… y cuando hables con ella te consideraría agradable, comprensivo, educado, inteligente...
No hombre, ella no podría ponerme atención, si cuando me ha visto que la observo noto su cara de fastidio… otras veces de indiferencia…
Es probable que reaccione así porque no te conoce… y crea que sos uno más de los acosadores callejeros…
Bueno… jamás he platicado con ella, ni yo me atrevo a meterle plática, una vez coincidimos en un local, me la encuentro en un pasillo estrecho, me estremezco y al pasar al lado de ella, con una sonrisa coqueta le dije: con permiso; ella a duras penas, como por no dejar, o por su educación me respondió: pase; sin voltear a verme.
El corazón se me aceleró más, un ardor recorrió mi cuerpo… inmediato sentí ganas de abrazarla, besarla, y palpar su piel eriza como consecuencia de mis caricias.
Esa mujer me trastorna hermano, y lo raro es que nunca me había entusiasmado una mujer piernuda, nalgona, caderas anchas. Siempre me han gustado las delgadas y sobre todo las flacas.
No me extraña que te deleite su figura, pensándolo bien… aunque recia no es desproporcionada, tiene cintura, sus ojos cautivan, su cabello me parece erótico alrededor de su rostro con esa atractiva sonrisa, y su caminar femenino… embelesa a muchos admiradores, es hermosa… sexi... si no te arriesgás…
Es que no sé cómo… por eso se me ocurrió que con un escrito tuyo podría atraerla…
Inevitablemente me puse a reír; son especiales las personas que se ilusionan con un escrito… no estoy seguro de que se enternezca al leer una composición dedicada a ella, o es posible que no le interese quien se la ofrenda.
No te burlés… es cierto… con un escrito tuyo ella va a darse cuenta que me gusta…
Y cómo va a saber… querés que se lo dedique… escriba su nombre... o pretendés que lo redacte y vos lo publicás como obra tuya… lo podés titular: Hermosa adorable…
No hermano… tampoco quiero plagiarte… ni se me ocurre… además yo no soy bueno a escribir… sería evidente que no es mi obra… solo quiero que expongás mis emociones por ella… sabe que somos amigos y seguro sacará conclusiones… estoy convencido que ella percibe mis emociones… siente mis vibraciones cuando la encuentro… vas a ver hermano… hacéme el gran favor… te lo voy a agradecer.
Matagalpa, enero 2011.