Juan Pablo II y su protegido, el violador Marcial Maciel
A toda velocidad, solo seis años después de la muerte de Juan Pablo II (2 de abril de 2005), los buenos oficios y la poderosa máquina organizativa del Opus Dei han logrado el milagro de convertir beato a Karol Wojtyla.
Según ha anunciado hoy el Vaticano, el Papa polaco que reinó durante 27 años será beatificado el próximo 1 de mayo, el primer domingo tras la Pascua, un día de liturgia que el propio Wojtyla instituyó como Fiesta de la Divina Misericordia.
Siempre escucho que Juan Pablo II era más querido que Ratzinger, que tenía más carisma. Yo pienso que la explicación es algo más mundana. Muchos de los que ahora somos jóvenes vivimos bajo la idea de que JPII era lo máximo de lo bueno por ser el Papa. Sumémosle que en aquellos tiempos (80s y 90s) los medios de comuniación no informaban tanto como lo hacen ahora gracias a internet. Y criticar a la religión era algo más tabú que lo que es ahora.
Así que para no dejar pasar esa oportunidad, Ratzinger y la gentita del Vaticano salen con la noticia de que JPII será beatificado. ¿En qué consiste esto? La beatificación es parte del proceso de canonización en donde se establece que el "beato" está en el cielo y ha realizado un milagro.
¿Y qué milagro hizo JPII?
El milagro atribuido al Papa es la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años. La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Pontífice en abril de 2005, todos los síntomas del Parkinson de forma "inexplicable", según las autoridades médicas de la comisión de beatificación.
Esto es clásico. Como no se sabe qué originó alguna cosa, la respuesta por defecto es "Dios lo hizo", en este caso a través del oleado y sacramentado JPII. Pero qué más hizo JPII?
El final feliz para los wojtylianos significa, además, borrar de forma oficial las extendidas sospechas de que el Papa polaco y sus colaboradores más cercanos conocieron y ordenaron cubrir y dejar impunes los crímenes cometidos por Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, pederasta compulsivo y corruptor durante décadas de la curia de Wojtyla, de quien fue asesor principal para América Latina.
Exacto, encubrir a Marcial Maciel. Así que al beatificarlo, vamos a tener a un casi santo varón que hizo poco o nada para detener o siquiera investigar al sátrapa de Maciel, quien llegó a ser capaz de violar a sus propios hijos.