Como bien saben en el Vaticano, el mayor milagro del Papa Juan Pablo II fue otorgado al pío padre mexicano Marcial Maciel, a quien salvó de ser juzgado por pederastia.
Se calculó que violó a solo 30 niños en la década de los 80.
Claro está que Marcial llevó a las pobres arcas de Roma cientos de millones recibidos en su orden de Los Legionarios de Cristo.