VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

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El informe de Ramsar

  

A inicios de enero la Convención Ramsar, que rige los humedales de importancia internacional, emitió un informe final sobre el supuesto daño ecológico que provoca Nicaragua al limpiar el río San Juan, cuyo cauce pertenece a Nicaragua, pero una parte menor de su cuenta está en Costa Rica.

El mismo levantó los ánimos nacionalistas entre ambos países, porque se suma a los ataques diplomáticos de Costa Rica contra Nicaragua, en su objetivo de apoderarse de Harbour Head, un territorio de pocos kilómetros cuadrados ubicado dentro del cauce del río San Juan, en su desembocadura.

El informe de Ramsar fue criticado en Nicaragua, entre otras cosas, porque no está basado en una estructura investigativa, los técnicos de Ramsar no constataron los hechos in situ, sus conclusiones no son claras, no está firmado por nadie, y está basado exclusivamente en información facilitada por expertos y políticos (sí, políticos) costarricenses, a pesar de que se trata de un caso nicaragüense.

La respuesta de Costa Rica a estas críticas la dio su canciller, René Castro, al decir que en Nicaragua.

“Están acostumbrados a lo que las viejas dictaduras allá de los años 60 y 70 le recomendaban a las gentes. Lo que se decía lea más y viaje menos y que en otras cosas se decía lea las noticias oficiales, lea lo que digo yo el régimen, y no vaya a comprobar al sitio lo que está pasando”.

La posición de Castro no sólo ofende a un país que, en su lucha contra las dictaduras, se ha equivocado más de una vez, sino que además son ambiguas. Castro dijo sobre Nicaragua: “lea lo que digo yo el régimen, y no vaya a comprobar al sitio lo que está pasando”.

Es precisamente lo que le hizo el Gobierno tico a los técnicos de Ramsar. Los mantuvieron leyendo lo que la “democracia” costarricense quiso durante una semana, y no los llevaron a comprobar al sitio lo que está pasando.

Eso justifica un informe sin información completa, sin base científica, sin firmas, sin coherencia.

Lo que no está justificado, al menos no hasta ahora, es la disposición de Ramsar, de emitir un informe con tantas debilidades.

El documento no es digno del “único tratado global relativo al medio ambiente que se ocupa de un tipo de ecosistema en particular”… a menos que… los ticos le hayan tomado el pelo a las máximas autoridades de Ramsar, algo que ya no parece tan inverosímil después del informe final de la “Misión Ramsar de Asesoramiento No. 69”.

Escribí a la Convención Ramsar para preguntar sobre esto. No me respondieron. Pero tienen mucho qué decir al respecto, a menos que no les interesa lavarse la cara.

Mientras escribía este post, un investigador de Ramsar me confirmó que “no es normal que ellos hagan una Misión Ramsar de Asesoramiento (MRA) sin constatar in situ hechos u características de los sitios, en este caso debió ser en ambos países “.

Las presiones de los políticos no deben ser pretexto para que la ciencia se equivoque. Si así fuera, Cristóbal Colón no habría descubierto América, la desembocadura del río San Juan no estaría bloqueada, y este post no existiría.

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