La guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) expresó su voluntad de abrir un diálogo de paz en el que según su máximo jefe, participen todos los colombianos y la Unasur como garante, de acuerdo a un video del grupo armado, hecho público hoy.
El ELN ha empredido, desde la década de los 80, al menos cuatro procesos de paz con las administraciones de turno sin ningún éxito, pero ha permitido la desmovilización de unos 1.500 hombres en armas.
"Que Colombia cuente con el ELN para una propuesta de paz que nos deje justicia social y una verdadera democracia", dijo Nicolás Rodríguez, alias 'Gabino', líder de esa guerrilla.
En el material visual, fechado el 31 de octubre y divulgado por medios locales, Rodríguez leyó un documento en el que plantea la posibilidad de un "acuerdo nacional por la paz" que permita hacer transformaciones estructurales de carácter social.
Según el jefe de ese grupo armado, tal proceso podría culminar en una Asamblea Constituyente, que en otras ocasiones le ha permitido a esta nación sudamericana la reinserción a la vida civil y política de actores armados ilegales.
Como lo hiciera meses atrás, el comando élite de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el ELN pidió a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) "acompañar la búsqueda de la paz en Colombia".
En esa oportunidad, como en otras, el organismo multilateral afirmó que su mediación sólo es posible si el gobierno nacional, encabezado por el presidente Juan Manuel Santos, otorga su autorización.
Con vestido en tela de camuflaje y en su primera aparición después de largo tiempo, 'Gabino' señaló que sólo "la suma de voluntades" hará posible la consecución de la paz en este país, sumido hace más de cuatro décadas en un conflicto armado.
"Hoy, más que nunca, la paz es una exigencia", añadió.
En respuesta, el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, dijo que la respuesta a la comunicación de los rebeldes es "que necesitamos hechos (...) A la guerrilla le decimos: menos palabras y más hechos".
Desde que Santos asumiera la primera magistratura el pasado 7 de agosto, su administración ha sostenido una política abierta al diálogo, bajo la condición de que la guerrilla detenga sus prácticas de secuestro y atentados.