El director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, elogió los proyectos de prevención y atención que se desarrollan en la Isla
Actualmente Cuba registra la tasa más baja de prevalencia de VIH/sida en la región del Caribe y figura entre los 22 países del mundo menos afectados por este virus. Desde que en el año 1985 se detectó el primer caso, en la Isla se han puesto en marcha programas de prevención y atención para el control de esa pandemia.
La labor mancomunada de centros de investigación, instituciones hospitalarias y entidades promotoras de educación sexual ha hecho que el número de infectados sea menor en comparación con otras naciones del mundo, así como el índice de mortalidad.
Justamente estos resultados fueron elogiados por el director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, Michel Kazatchkine, en diálogo con JR, a propósito de su visita a Cuba.
Refirió el funcionario que su visita a nuestro país tiene dos objetivos principales: el primero, intercambiar experiencias con los colegas cubanos que han desarrollado durante décadas un programa nacional muy prometedor, así como la visita a algunos de los centros principales que están inmersos en tales proyectos.
En segundo lugar —añadió con júbilo— su prioridad es anunciar el levantamiento de una serie de restricciones que desde hace varios años la comunidad internacional había impuesto a una decena de países, entre ellos Cuba.
«Al constatar el trabajo que se realiza aquí en materia de prevención y atención a las personas infectadas y a su población en general, es un gran placer anunciar personalmente el cese de tales prohibiciones para que tengan un mayor aprovechamiento de los fondos que este organismo internacional destina a la Isla», aseguró.
El Fondo Mundial es una asociación que aúna recursos para la prevención y el tratamiento del VIH/sida, la tuberculosis y la malaria. Gracias a él diariamente cuatro mil nuevas vidas son salvadas de contraer VIH, en los 144 países que están incorporados.
Se trata de una agrupación entre Gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las comunidades afectadas, con un nuevo enfoque del financiamiento de la salud internacional, que colabora estrechamente con otras organizaciones bilaterales y multilaterales con el objetivo de complementar los esfuerzos existentes para combatir las tres enfermedades.
Sobre los tratamientos, el directivo explicó que hace algunos años se estimó que a los antirretrovirales para combatir el VIH solo tenía acceso el diez por ciento de la población seropositiva, que se correspondía con la de mayores ingresos económicos.
«Vimos que el 90 por ciento restante, o sea, las personas que vivían en los países más pobres, no tenían acceso alguno a tales medicamentos, por lo que se decidió establecer un programa de atención a las naciones más necesitadas», señaló.
De esta manera, apuntó el experto, el Fondo Mundial ha aportado unos 3 millones de dólares a los tratamientos y contribuido a la distribución de más de dos mil millones de preservativos a las naciones más necesitadas», apuntó.
—Actualmente se realizan una serie de investigaciones en torno a candidatos vacunales contra el VIH. ¿Cómo apoya el Fondo estos estudios?
—En el mundo se realizan varias investigaciones en diversas naciones, entre ellas Cuba, en las que se han podido comprobar algunos avances. A diferencia de años pasados, cuando la comunidad científica estaba bastante desalentada, en estos momentos creemos que nace otra vez la esperanza y pensamos que en unos años podamos contar con esta vacuna.
Pero aclaró, en realidad el Fondo Mundial no financia investigaciones de este tipo, sino que se centra más en el acceso a los tratamientos de las personas infectadas y en la labor preventiva en el caso de los países más pobres.
«No debemos creer que aun cuando no exista una vacuna contra el sida no se puede prevenir, o luchar contra la enfermedad.
«Existen otras herramientas muy útiles desde la prevención y la educación, gracias a lo que anualmente salvamos seis millones de vidas», agregó.
Los reportes de la Organización Mundial de la Salud revelan que más de 33 millones de personas viven en el mundo con VIH/sida.
Por tanto, los analistas coinciden en que no se puede dejar a un lado dinámicas de cooperación internacional, pues es el momento de redoblar esfuerzos para salvar vidas.
Existen evidencias de que las infecciones están bajando gracias, en parte, a los programas de prevención. Sin embargo, el progreso es lento.
Pese a los esfuerzos, en el año 2008 más de dos millones de personas fallecieron por sida, y unos 430 000 bebés nacieron infectados, lo que eleva a 2,1 millones la cifra de seropositivos menores de 15 años.
Mayte María Jiménez
mayte@juventudrebelde.cu
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