Los curas pedófilos de Bélgica no creen que sea tan grave abusar de niños..
El estallido del grave escándalo por abusos sexuales de sacerdotes en Bélgica complica las perspectivas del viaje de cuatro días que el Papa hará la semana próxima a Gran Bretaña para mejorar las relaciones con la religión anglicana, mayoritaria en las islas de la reina Isabel II.
Desde junio, algunos grupos se movilizan y hasta se prepara una marcha contra la gira de Benedicto XVI .
La campaña “Proteste contra el Papa”, organizada por la Sociedad Secular del Reino Unido, incluye la iniciativa de llevar al pontífice romano ante los tribunales de Su Majestad “como máximo responsable del encubrimiento de abusos sexuales contra menores, cometidos por sacerdotes católicos”.
Ayer, hubo un encuentro con el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, de los enviados que cubrirán la visita del Papa a Edimburgo, Glasgow, Londres y Birmingham.
Todavía no se sabía lo que estaba ocurriendo en Bruselas y el padre Lombardi se mostró tranquilo frente a las protestas anunciadas contra el pontífice. “No nos sorprende, siempre hubo este tipo de actos, también en otros viajes”.
Preguntado sobre la posibilidad de que el Papa se reuniera, como hizo en otros viajes –como en EE.UU., Australia y Malta–, con víctimas de los clérigos pederastas, el portavoz señaló: “No puedo descartarlo, pero tampoco confirmarlo ahora”.
A su vez, un vocero del episcopado británico dijo que el Papa “podría entrevistarse con diez personas, probablemente en Londres, ya que su agenda está muy cargada y le queda poco tiempo”. Las diez personas son todas británicas, aclaró Jack Valero, y su identidad será mantenida en el anonimato.
El Papa llegará a Escocia el jueves 16 y se verá con la reina Isabel II. La suya es una visita de Estado, lo que garantiza a Benedicto XVI una inmunidad blindada. Irá por la tarde a Glasgow a un encuentro multitudinario con los católicos escoceses. Esa noche viajará a Londres y se alojará en la nunciatura apostólica, como los días siguientes. El viernes y sábado mantendrá encuentros oficiales, pronunciará discursos y se reunirá con las autoridades anglicanas. El domingo 19 viajará a Birmingham para presidir la beatificación del cardenal inglés John Newman.
Se sabía que el viaje a las islas británicas representaba el más difícil y colorido del año. No de todo el pontificado, como afirmaron algunos medios de prensa, olvidando que fueron mucho más delicadas las giras a Turquía y Tierra Santa.
Pero el escándalo belga da una dimensión más dramática al viaje de Ratzinger . Ya es sabido que “la identidad británica se forjó en la lucha contra las potencias católicas” y en los cinco siglos transcurridos desde que en 1534 Enrique VIII separó con el acta de supremacía a su país de la Iglesia de Roma (después de que el pontífice le negó la anulación del matrimonio con Catalina de Aragón para poder casarse con Ana Bolena), la hostilidad y la desconfianza han predominado con la sede romana.
Ayer, el reverendo Ian Paisley, líder de los protestantes nordirlandeses, pidió que se cancele la visita. Y se espera que será mucho más multitudinaria la marcha contra la presencia de Benedicto XVI que organiza el militante de los derechos gay Peter Thachwell en Londres. Quince ómnibus del transporte público circulan por la capital con publicidad pintada en sus flancos contra la visita del Papa.
El 63% de los británicos se proclamó hasta hace tres días indiferente a la gira pontificia. Ahora hay más incertidumbre.
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La Iglesia belga califica los abusos sexuales como "errores del pasado"
La Iglesia católica belga ha calificado el abuso sexual de 475 menores y el suicidio de 13 de las víctimas desde los años 60 como "errores del pasado".
Tan sólo tres días después de publicarse un informe de una comisión que constataba el abuso por parte de los religiosos, el arzobispo de Malinas-Bruselas, André Leonard, aseguró que "de los errores del pasado" desean "sacar las lecciones necesarias".
"Queremos comprometernos para una disponibilidad máxima hacia las víctimas", ha asegurado el máximo responsable de la Iglesia católica belga. Leonard ha reconocido que le problema y las emociones que ha generado el informe son "de tal talla" que les es "imposible presentar hoy una propuesta detallada" al respecto.
Por otro lado, el obispo de Amberes, Johan Bonny, ha asegurado que la Iglesia prevé la creación de un "centro para la curación y la reconciliación de las víctimas". Bonny también ha afirmado que la institución va a colaborar en lo posible con la fiscalía federal y con el Ministerio de Justicia en los casos aún punibles o que pudieran producirse.
Leonard ha explicado que "la mayoría" de los casos son "antiguos" y "ya han prescrito". Aún así ha pedido a los autores de los abuses que "se denuncien ellos mismos".
Por su parte, el obispo de Tournai, Guy Herpigny, ha asegurado que es necesaria "una nueva estructura de colaboración" entre la Iglesia, la Justicia y los expertos en ayuda a las víctimas. Sin embargo, ha justificado los casos de abusos en la Iglesia porque "los abusos sexuales se siguen cometiendo hoy en todos los niveles de la sociedad".