La concepción revolucionaria de Sandino y el Frente Sandinista, está siendo suplantada, masificando la militancia sin proveerla de herramientas ideológicas para construir una nueva sociedad, un diferente ser nicaragüense.
Los valores nacionales, son producto de las doctrinas del sistema creado desde la colonia, sustentados en conceptos feudales. El pensamiento oligarca, lo sabemos, continúa siendo quien organiza el poder estatal. No hemos superado en el país: la imposición y la reverencia.
Ser militante sandinista, en principio, es ser estudioso de los fenómenos sociales y plantear soluciones, programas que liberen a la clase dominada, vejada, y obtenga los derechos ciudadanos.
Contradictorio, es llamar militante sandinista a quien no conoce ni está comprometido con los conceptos de izquierda, ni concibe relaciones horizontales con el poder y se muestra sumiso ante las arbitrariedades o las comete.
No somos perfectos los animales humanos, sin embargo ser revolucionario es una actitud permanente para superar las imperfecciones animales. Podría llamarlo, mejor, ser evolucionista partiendo de Darwin.
No imagino a un militante sandinista que desconozca el papel que jugó el trabajo en la transformación del mono en hombre, ni haya estudiado materialismo histórico y dialéctico, y se encuentre alienado.
Partido de masas contra partido de cuadros
Quienes apuestan por un partido de masas, restan importancia a un partido de cuadros, descartan las características del militante, formado en el pensamiento, o como escribía el comandante de la revolución, Ricardo Morales Avilés, formado en el pensamiento sandinista con base en la filosofía materialista.
El sandinistas es un ser pensante, analítico, opuesto a la dominación de clase, de unos pocos sobre la mayoría de empobrecidos nicaragüenses, entre éstos militantes históricos, combatientes insurreccionales olvidados por quienes subieron al estrado como grupo dominante.
Entregar militancia a personas que no disciernan sobre la diferencia entre el trabajo asalariado y el capital, sus consecuencias y daños a la clase trabajadora, es crear masas circunstanciales alrededor del simbología, y presentarlas en actos, sin contribuir a transformaciones sustanciales.
La miseria en Nicaragua es consecuencia del criterio de quienes ostentan cargo público, sobre la mayoría de habitantes. Los primeros piensan sumar capital vertiginosamente, utilizando el Estado en beneficio propio y de grupos afines o socios. Los segundos, en suma jamás han salido de la miseria conceptual y económica. No se han liberado.
El militante sandinista es quien se libera del señorío de quienes desde el Estado imponen sus ideas, sus formas de organización, y reprimen las libertades ciudadanas. Es inaudito, concebir a un sandinista sin rebelarse ante las arbitrariedades, abusos, y corrupción de “la autoridad” cualquier sea.
Existe diferencia entre el militante sandinista y el simpatizante del FSLN. No es un asunto de categorías en escala de mando, sino de formación ideológica, aun cuando muchos que se decían ideológicamente materialistas, ahora son capitalistas mitómanos y militantes del FSLN.
En el FSLN, la hegemonía revolucionaria no existe. Por tanto, tampoco coexiste homogeneidad en sus cuadros, que oscilan entre millonarios y pobres, éstos, asignados al trabajo electorero, sin gozar los beneficios económicos, ni siquiera proporcionales a los ingresos de directivos.
Esa desigualdad, es consecuencia de las diferencias entre el trabajador asalariado y los capitalistas. En el FSLN, los capitalistas no quieren partido de cuadros, de pensantes con autoridad moral apegados a principios.
En el FSLN quieren engañarnos con la masificación, como muestra de aceptación electorera. Un carné recibido sin méritos, o sin los méritos ideológicos y sus actos, es una farsa. Probable, algunos o miles quieran ser militantes del FSLN, tienen derecho, sin embargo debiesen transcurrir, al menos, por una formación política cognoscitiva.
Serán militantes sin convicción
Antonio Gramsci, escribió: “Esto es el centralismo democrático: todos los cargos están abiertos a los militantes y son electivos, con libertad para deliberar pero, una vez elegidos los cargos y las líneas a seguir, todo es indiscutible, hay una subordinación jerárquica de los cargos. La autoridad viene de arriba, la confianza viene de abajo.”
Con la masificación, en el FSLN obvian la calidad requerida para deliberar, la capacidad para solucionar, la habilidad para obtener resultados satisfactorios en beneficio de la sociedad y no me refiero a dádivas o proyectos asistenciales, sino a programas económicos y políticos alteradores de “la cultura nacional”.
Más bien, en el FSLN tratan desvirtuar el pensamiento sandinista. Los sitúan arcaico, sino veamos dónde están las obras de Carlos Fonseca, Ricardo Morales Avilés, Oscar Turcios, José Benito Escobar, Leonel Rugama, Eduardo Contreras, Germán Pomares, entre otros pensantes.
Imagine, que en el FSLN entregan militancia a personas que jamás han leído las reflexiones de los dirigentes mencionados, mucho menos estudiado historia y filosofía materialista. Y se le nombra militante a quien recibe carné por necesidad de un trabajo o carta preferencial. Están creando un partido de mentiras, de masas sin cuadros que dirijan científicamente el proceso de cambio.
Debe ser que no quieren cambio de sistema, sino permanencia de métodos, tradicionales y culturales, para remozar las relaciones de poder, con muestras de sensibilidad social, obviando la lucha de clases entre dominante y dominado. Si no fuese, a la militancia del FSLN hubiesen convocado en todos los sectores, desde las bases, para discernir y elaborar planes programáticos.
La intención con los Consejos del poder ciudadano, más bien ha contribuido a fraccionar al partido, imponiendo estructura que suplanta la que en las bases durante años han formado las personas para defenderse del capitalismo feudal o agruparse en busca de logros.
Contradicción entre militantes viejos y nuevos
Con la derrota electoral de Daniel Ortega y Sergio Ramírez, en 1990, cientos de militantes sandinistas quedaron empobrecidos, luego de entregarse al combate contra la Guardia Nacional de Somoza y defender la Revolución Popular Sandinista y a su Dirección Nacional.
Por su capacidad de lucha y experiencia organizativa, la histórica militancia sandinista de base, ha sobrevivido a las exclusiones y opresiones de los gobiernos de la derecha tradicional. Nada más resistiendo las políticas clasistas del capitalismo feudal.
Otros, los nuevos sandinistas, “más preparados”, y que no combatieron o fueron funcionarios menores en los ochenta, siempre en la burocracia, en los pasillos de la corte, se asociaron en el mercado, aprovecharon las influencias, capitalizaron al partido y ellos obtuvieron buenas comisiones.
Pero no sólo capitalizaron al partido, muchos de ellos, demasiados, se convencieron de que merecen una vida cómoda, igual a los capitalistas, y fueron cooptados con todos y sus malos gustos de consumo y presentación. Hasta escenificar el ridículo y lo cursi, made in.
Siendo como es de burlesco el nica, escucho a militantes insurreccionales y defensores del FSLN en los ochenta, expresar que es lesivo recibir de nuevo el carné de militante de quien no tiene méritos o a la par de quien hasta, en este proceso masivo, dice ser revolucionario.
Y prudente, como también es el nica, confiesa un trabajador del Estado: Mejor yo agarro ese carnet, no vaya a ser y me corran del trabajo… y la cosa está fea, todo caro… y no hay chamba.
Otros, firmes en sus convicciones, pregonan: Yo no voy a ir a recibir un nuevo carnet de militante si me lo entrega fulano de tal, oportunista en el partido, con procedimientos viciosos.
Por supuesto, hay quienes convencidos recibirán la militancia, orgullosos de autollamarse revolucionarios y reclamar con autoridad el rescate de los principios por los cuales murieron miles de compañeros y compañeras.
Mientras las injusticias del sistema opriman al pueblo nicaragüense, el militante sandinista es el primero en desobedecer. Veremos si los nuevos militantes van a responder a las calidades conceptuales y asumirán juicios argumentados, votarán por el FSLN, o reproducirán código de la sobrevivencia en la miseria: obedeciendo absurdos.
(Lunes 15 de junio 2009)