«Me siento traicionado», dijo Correa, quien denunció a aquellos que se han revelado contra un gobierno que ha hecho muchas cosas por el pueblo.
Cuando todavía es de tarde en Quito y la atmósfera se torna nublada por las bombas lacrimógenas lanzadas por la policía, el pueblo ecuatoriano sigue llegando a las inmediaciones del Hospital Militar Metropolitano de Quito, donde las fuerzas policiales mantienen secuestrado al presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
Según describió el corresponsal de Telesur, Cristian Salas, la policía sigue arremetiendo contra el pueblo ecuatoriano que ya está a escasos 20 metros de la puerta del centro hospitalario e intenta romper cerco que mantiene aislado al presidente Correa.
Añadió el periodista que la población intenta utilizar un camión para romper el cordón policial, aunque de momento el vehículo sirve de escudo para protegerse contra las piedras y palos que la policía está lanzando contra el pueblo que continúa dispuesto a rescatar a su presidente.
Imágenes mostraban claramente a la policía arremetiendo contra la población que se encuentra totalmente desarmada y desprotegida, pero que insiste en avanzar a pesar del riesgo su integridad física.
«Indigna ver a los servicios públicos de la policía nacional atacando a su propio pueblo», resaltó Salas.