Durante 47 años ha estado en las unidades de máxima seguridad de las peores prisiones del estado de California, mucho del tiempo en aislamiento total.
Carolina Saldaña | Para Kaos en la Red
Cuando el joven Jonathan Jackson irrumpió en el tribunal del condado de Marín, el 7 de agosto de 1970, decidido a tomar rehenes para liberar a “los hermanos de Soledad” ––su hermano George, John Clutchette y Fleeta Drumgo –– Ruchell Magee estaba en el estrado.
James McLain, un preso acusado de atacar a un guardia, les había pedido a Ruchell y a William Christmas que dieran testimonio sobre la brutalidad y racismo de los guardias del penal San Quintín, quienes habían matado al preso Fred Billingsley unos días antes. Ruchell, a quien le hacía falta sólo unas semanas para una audiencia sobre su propia petición para libertad condicional, no sabía del plan para tomar los rehenes, pero aprovechó del momento para fugarse con ellos.
Señala Mumia Abu-Jamal que “aunque los rebeldes no lastimaron a ningún rehén, no esperaban la reacción despiadada del Estado” incluso hacia sus propios oficiales. Además de asesinar a los rebeldes Jonathan Jackson, James McLain y William Christmas, los policías y guardias mataron al juez y dejaron al fiscal permanentemente paralizado.
Ruchell Magee, gravemente herido, fue acusado de homicidio, secuestro y conspiración.
Según Kiilu Nyasha, Ruchell había llegado a Los Ángeles en 1963 a la edad de 23 después de haber salido de del penitenciario en Angola, Luisiana, que es una verdadera plantación de esclavos. ¿Su crimen? Ser amigo de una chica blanca, y por eso fue acusado de violación y condenado a seis años de prisión.
Esto fue sólo un año después del notorio caso del joven Emmett Till, matado en el estado de Misisipi por chiflar a una chica blanca. A unos meses de llegar a L.A. Ruchell discutió con un hombre sobre un coche, una mujer y una bolsa de mariguana que valía $10 dólares; como resultado, fue detenido, enjuiciado y sentenciado a un periodo indeterminado de desde un año a vida. http://www.hartford-hwp.com/archives/45a/469.html
En prisión, se volvió abogado auto-didacta para defenderse, presentando muchos escritos durante siete años, logrando unos avances en su propio caso y ayudando a muchos otros presos con los suyos a pesar de los abusos e insultos que vivió a manos de los jueces y fiscales, incluso ser amarrado en la corte y llamado “tarado” por el juez federal Sam Conti.
En una ocasión el juez Herbert V. Walker observó y no hizo nada mientras varios guardias golpearon a Ruchell en su presencia. En otra ocasión el mismo juez instruyó al jurado que sólo podrían encontrarle demente o culpable.
Dice Mumia que Ruchell se politizó en la prisión y “tomó el nombre del luchador por la libertad Cinqué, quien junto con sus compañeros cautivos, tomaron control del barco de esclavos e intentaron zarpar de regreso a África”.
Al defenderse en el caso de la redada de Marín, Ruchell presentó la defensa de “la resistencia de un esclavo” usado con éxito por Joseph Cinqué en el caso Amistad ante la Suprema Corte federal en 1841. Ruchell, un preso político encerrado en contra de su voluntad, alegó que, como esclavo, él no tenía los derechos garantizados por la Constitución y por eso tenía el derecho legal a fugarse, como lo hizo Cinqué. En 1841, la Corte había dictaminado que era ilegal esclavizar a un hombre libre y que “un esclavo tiene el derecho a resistir la esclavitud”, lo cual Joseph Cinqué hizo con violencia y fue encontrado “no culpable”.
Afirma Curtis Mullins que Ruchell tiene documentos que demuestran que los 12 integrantes del jurado lo encontraron inocente de homicidio, secuestro y conspiración pero que el juez, en violación de la ley, logró la imposición de una sentencia de cadena perpetua en su caso. http://www.hartford-hwp.com/archives/45a/516.html
Ruchell había querido un largo juicio para demostrar que todo el sistema judicial y carcelario era un sistema de esclavitud. Dijo: “Esto no sólo será un beneficio para mí, sino para todos que en este momento están oprimidos o esclavizados de manera criminal por este sistema”.
Pero el equipo de abogados de su coacusada, Ángela Davis tenía una estrategia distinta. Lo único que la profesora había hecho era comprar las armas y ellos querían un juicio rápido para exculparla. Los procesos fueron separados y Ángela Davis fue absuelta en 1972.
Ruchell siguió peleando su caso solo, sin el apoyo económico y político del Partido Comunista que había respaldado a Ángela. Fundadora de la organización Critical Resistance (Resistencia Crítica), Ángela Davis sigue actuando en apoyo de los presos políticos y promoviendo la abolición del complejo industrial carcelario en Estados Unidos.
A pesar de unos logros en su caso, hasta la fecha Ruchell Magee no sale a la calle. Durante 47 años ha estado en las unidades de máxima seguridad de las peores prisiones del estado de California, mucho del tiempo en aislamiento total.
Logró salir de Pelican Bay (la peor), pero queda en Córcoran, infame por las peleas de gladiadores organizadas por los guardias, los asesinatos de presos por guardias, la contratación de internos para violar a otros internos, la tortura con armas paralizantes (taser), entre muchas otras formas de dominación y control.
Aunque no fue encarcelado por motivos políticos, ha ganado reconocimiento como el preso político más longevo en los campos de exterminio de Estados Unidos.
Para Mumia Abu-Jamal, Ruchell Magee es “un hombre extraordinario que sabe en carne propia lo que es la esclavitud, y aún más importante, lo que significa la libertad”.