Global Research.......
(Medios independientes de EEUU, Corea y Japón sacaron a la luz que la corbeta Cheonan, de Corea del Sur, pudo hundirse -el 26 de marzo- por “fuego amigo” estadounidense en el desarrollo de los ejercicios militares conjuntos de EEUU y Corea del Sur realizados a escasa distancia de las costas de Corea del Norte (República Popular Democrática de Corea, RPDC).
Bajo el título “Desestabilización en la Península de Corea: una nueva etapa en la guerra EEUU/Corea” (Destabilization of the Korean Peninsula: A New Stage in the US-Korean War) el periódico electrónico estadounidense GlobalResearch reprodujo un extenso artículo del periodista japonés Tanaka Sakai, publicado en The Asia-Pacific Journal, el 24 de mayo de 2010, que cuestiona la versión oficial sobre el hundimiento del Cheonan. A continuación ofrecemos un comentario de Global Research sobre el trabajo de Tanaka, escrito por Mark Selden).
A las 9:22 de la noche del 26 de marzo, la corbeta Cheonan de la Marina de Guerra de Corea de Sur, de 1.200 toneladas de desplazamiento, patrullaba el Mar Amarillo cuando fue partida en dos y se hundió en aguas de la isla Baengnyeong, un área disputada a 20 km de Corea del Norte, el punto más cercano a la RPDC en territorio de Corea del Sur [y a unos 170 km de Pyongyang, la capital del Norte]. Murieron 46 tripulantes y fueron rescatados vivos otros 58, de un total de 104. Fue el peor desastre naval de Corea del Sur desde 1974, cuando perecieron 159 militares en el volcamiento de una lancha de desembarco de la Marina de Guerra.
Bajo el título “Desestabilización en la Península de Corea: una nueva etapa en la guerra EEUU/Corea” (Destabilization of the Korean Peninsula: A New Stage in the US-Korean War) el periódico electrónico estadounidense GlobalResearch reprodujo un extenso artículo del periodista japonés Tanaka Sakai, publicado en The Asia-Pacific Journal, el 24 de mayo de 2010, que cuestiona la versión oficial sobre el hundimiento del Cheonan. A continuación ofrecemos un comentario de Global Research sobre el trabajo de Tanaka, escrito por Mark Selden).
A las 9:22 de la noche del 26 de marzo, la corbeta Cheonan de la Marina de Guerra de Corea de Sur, de 1.200 toneladas de desplazamiento, patrullaba el Mar Amarillo cuando fue partida en dos y se hundió en aguas de la isla Baengnyeong, un área disputada a 20 km de Corea del Norte, el punto más cercano a la RPDC en territorio de Corea del Sur [y a unos 170 km de Pyongyang, la capital del Norte]. Murieron 46 tripulantes y fueron rescatados vivos otros 58, de un total de 104. Fue el peor desastre naval de Corea del Sur desde 1974, cuando perecieron 159 militares en el volcamiento de una lancha de desembarco de la Marina de Guerra.
Casi dos meses después, continuaba la coreografía política elaborada para explicar el desastre por las dos Coreas y Estados Unidos. Las consecuencias fueron enormes: exaltaron las tensiones en la península de Corea a una nueva etapa de lucha en la Guerra de Corea, con un alto nivel de enardecimiento. Las encuestas mostraron, a principios de mayo, que el 80% de los ciudadanos de Corea del Sur creían que el desastre fue causado por un ataque norcoreano.
Los grandes medios de EEUU, Europa y Japón continuaron imponiendo su versión del ataque al Cheonan por una nave de la RPDC. La prensa internacional no mostró ningún interés en el seguimiento de las dudas abiertas por algunos medios surcoreanos e investigadores ciudadanos e independientes. Un artículo del periodista japonés Tanaka Sakai no resuelve el caso, pero expone anomalías en los informes oficiales surcoreanos e invita al escrutinio de una gama de intrigantes detalles que ameritarían una investigación seria.
Una investigación de Corea del Sur -patrocinada con el soporte técnico del Reino Unido, Estados Unidos, Suecia, Canadá y Australia- el 20 de mayo le garantizó al gobierno surcoreano que el submarino fue hundido por un torpedo de Corea del Norte. Caso cerrado. Sin embargo, es evidente que importantes contradicciones fueron ignoradas o suprimidas por EEUU y las autoridades de Corea del Sur.
El artículo del periodista independiente Tanaka Sakai presume qué puede haber sucedido durante la noche del 26 de marzo y en los días posteriores. Las notas de prensa y fotografías transmitidas por la TV y los medios de Corea del Sur suprimieron un acontecimiento relevante: a la misma hora del incidente y en la misma ubicación del Cheonan, se desarrollaba un ejercicio militar conjunto de EEUU y Corea del Sur.
Los grandes medios de EEUU, Europa y Japón continuaron imponiendo su versión del ataque al Cheonan por una nave de la RPDC. La prensa internacional no mostró ningún interés en el seguimiento de las dudas abiertas por algunos medios surcoreanos e investigadores ciudadanos e independientes. Un artículo del periodista japonés Tanaka Sakai no resuelve el caso, pero expone anomalías en los informes oficiales surcoreanos e invita al escrutinio de una gama de intrigantes detalles que ameritarían una investigación seria.
Una investigación de Corea del Sur -patrocinada con el soporte técnico del Reino Unido, Estados Unidos, Suecia, Canadá y Australia- el 20 de mayo le garantizó al gobierno surcoreano que el submarino fue hundido por un torpedo de Corea del Norte. Caso cerrado. Sin embargo, es evidente que importantes contradicciones fueron ignoradas o suprimidas por EEUU y las autoridades de Corea del Sur.
El artículo del periodista independiente Tanaka Sakai presume qué puede haber sucedido durante la noche del 26 de marzo y en los días posteriores. Las notas de prensa y fotografías transmitidas por la TV y los medios de Corea del Sur suprimieron un acontecimiento relevante: a la misma hora del incidente y en la misma ubicación del Cheonan, se desarrollaba un ejercicio militar conjunto de EEUU y Corea del Sur.
El periodista Sakai rescató una gama de factores del sitio del acontecimiento, incluyendo detalles que posteriormente fueron suprimidos, algunos documentados completamente, otros especulativos, pero que se han omitido, torcido o silenciado en las narrativas de EEUU y Corea del Sur. Sencillamente, es plausible que el Cheonan haya sido hundido por “fuego amigo”.
¿Se hundió un submarino de EEUU?
Tanaka presenta pruebas que sugieren la posibilidad de que un submarino nuclear de EEUU haya estado en aguas de la isla Byaengnyong y que tal nave también pudo haberse hundido durante el incidente. También analiza anomalías en el desempeño de los navíos de EEUU en el salvamento y las operaciones de rescate que siguieron, incluyendo la muerte de un buceador de Corea del Sur durante la tentativa de recuperar ese submarino.
Al producirse el supuesto ataque estaban en juego problemas que podrían afectar al gobierno de Corea del Sur en vísperas de unas elecciones, que eventualmente incidirían en la relación militar de EEUU/Corea del Sur, debido a que Washington planea transferir la autoridad de comando a las fuerzas de Corea del Sur más tardar en 2012, a la vez que se amplía el rol de China en la geopolítica de la región.
¿Se hundió un submarino de EEUU?
Tanaka presenta pruebas que sugieren la posibilidad de que un submarino nuclear de EEUU haya estado en aguas de la isla Byaengnyong y que tal nave también pudo haberse hundido durante el incidente. También analiza anomalías en el desempeño de los navíos de EEUU en el salvamento y las operaciones de rescate que siguieron, incluyendo la muerte de un buceador de Corea del Sur durante la tentativa de recuperar ese submarino.
Al producirse el supuesto ataque estaban en juego problemas que podrían afectar al gobierno de Corea del Sur en vísperas de unas elecciones, que eventualmente incidirían en la relación militar de EEUU/Corea del Sur, debido a que Washington planea transferir la autoridad de comando a las fuerzas de Corea del Sur más tardar en 2012, a la vez que se amplía el rol de China en la geopolítica de la región.
Por una parte, el incidente tiene implicaciones para las tensiones entre la RPDC y EEUU/Corea del Sur, y para el estacionamiento permanente en aguas surcoreanas de submarinos de EEUU dotados con armas nucleares. Sobre todo, existe la posibilidad de que pueda ser inminente una renovación de la guerra en la península de Corea, en un momento en que Corea del Sur ha cortado todo el comercio con el Norte y se moviliza exigiendo que la ONU endurezca sus sanciones a la RPDC.
El análisis de Tanaka, cuya primera versión apareció en su propio blog el 7 de mayo, estuvo entre los intentos más tempranos de sacar a la luz anomalías importantes en los informes oficiales de Corea del Sur, aunque algunas de sus conclusiones posteriormente fueron refutadas. Esto incluye la hipótesis de que fue hundido un submarino, mientras queda abierta la posible pérdida de otra nave estadounidense. Inicialmente, Tanaka dijo que el submarino hundido pudo ser el USS Columbia, pero esta nave retornó después a su base de Hawai. Sin embargo, siguen sin resolverse las cuestiones centrales planteadas por el periodista japonés, que son ignoradas en la información de los medios.
En la locación del incidente y en el contexto del ejercicio militar estadounidense-surcoreano Foal Eagle, llevado a cabo provocativamente cerca de Corea del Norte, el autor invita a los lectores a considerar si es plausible que las rudimentarias naves de Corea del Norte hayan podido hundir al Cheonan, equipado con radar y sonar, y luego escapar al Norte, en un momento de máxima alerta naval de Corea del Sur y EEUU. Y, si lo hicieron, el periodista pregunta por qué, en el periodo inmediatamente posterior, Corea del Sur siguió manteniendo silencio sobre el acontecimiento. Tanaka escarbó los posibles motivos para un ataque de Corea del Norte, pero también consideró el atractivo de la denuncia de un ataque norcoreano para el partido gobernante de Corea del Sur, interesado en minar la credibilidad del Norte y exaltar las pasiones nacionalistas y emocionales de los votantes, en vísperas de una importante elección. Éstas son solamente algunas de las cuestiones planteadas en ese artículo y en las indagaciones de otros investigadores.
Mark Selden, de 72 años, es coordinador del diario de acceso abierto The Asia-Pacific Journal: Japan Focus, investigador mayor asociado del Programa del Este de Asia en la Universidad de Cornell y profesor de historia y sociología en la Universidad de Binghamton.
Traducido para Argenpress por Ernesto Carmona
El análisis de Tanaka, cuya primera versión apareció en su propio blog el 7 de mayo, estuvo entre los intentos más tempranos de sacar a la luz anomalías importantes en los informes oficiales de Corea del Sur, aunque algunas de sus conclusiones posteriormente fueron refutadas. Esto incluye la hipótesis de que fue hundido un submarino, mientras queda abierta la posible pérdida de otra nave estadounidense. Inicialmente, Tanaka dijo que el submarino hundido pudo ser el USS Columbia, pero esta nave retornó después a su base de Hawai. Sin embargo, siguen sin resolverse las cuestiones centrales planteadas por el periodista japonés, que son ignoradas en la información de los medios.
En la locación del incidente y en el contexto del ejercicio militar estadounidense-surcoreano Foal Eagle, llevado a cabo provocativamente cerca de Corea del Norte, el autor invita a los lectores a considerar si es plausible que las rudimentarias naves de Corea del Norte hayan podido hundir al Cheonan, equipado con radar y sonar, y luego escapar al Norte, en un momento de máxima alerta naval de Corea del Sur y EEUU. Y, si lo hicieron, el periodista pregunta por qué, en el periodo inmediatamente posterior, Corea del Sur siguió manteniendo silencio sobre el acontecimiento. Tanaka escarbó los posibles motivos para un ataque de Corea del Norte, pero también consideró el atractivo de la denuncia de un ataque norcoreano para el partido gobernante de Corea del Sur, interesado en minar la credibilidad del Norte y exaltar las pasiones nacionalistas y emocionales de los votantes, en vísperas de una importante elección. Éstas son solamente algunas de las cuestiones planteadas en ese artículo y en las indagaciones de otros investigadores.
Mark Selden, de 72 años, es coordinador del diario de acceso abierto The Asia-Pacific Journal: Japan Focus, investigador mayor asociado del Programa del Este de Asia en la Universidad de Cornell y profesor de historia y sociología en la Universidad de Binghamton.
Traducido para Argenpress por Ernesto Carmona