Pablo Gonzalez

Agosto Negro: El precio de ser Pantera Negra en un estado policiaco


En memoria de Albert ‘Nuh’ Washington, Kuwasi Balagoon, Teddy ‘Jah’ Heath y Basheer Hameed ––ex Panteras Negras y guerrilleros del Ejército de Liberación Negra que murieron en prisión. Que su fuerza se multiplique.Hoy en día hay más de 20 ex Panteras Negras que siguen enjaulados en las prisiones de Estados Unidos. 
 
La mayoría ingresaron al Partido cuando eran muy jóvenes y han pasado tres o cuatro décadas ahí. Son presos políticos.

¿Quiénes son?

¿Por qué representan una amenaza tan grande para el Estado después de todos estos años?
 
¿Cuál es su historia?
 
 ¿Cuál es su lucha?

“Mi vida política empezó con el Partido Pantera Negra. Cuando una hermana mayor llamada Audrea me dio un ejemplar del periódico The Black Panther en la primavera de 1968, me quedé alucinado. Era como si mis sueños se hubieran despertado para deambular por mi mundo.

Leí y releí aquel número, acariciando con ternura cada página, como si fuera la hoja de cebolla de un libro sagrado. Mis ojos bebían las imágenes de jóvenes hombres y mujeres negros, sus cuerpos delgados y espléndidos revestidos de cuero negro, sus pechos adornados con insignias que proclamaban la rebelión, la resistencia y la revolución.


No podía creer mis ojos mientras exploraba las fotos de gente negra armada proclamando su determinación de luchar o morir por la Revolución Negra. Pasarían algunos meses antes de que me uniera formalmente a algo llamado el Partido Pantera Negra pero, en realidad, empecé a ser parte de él desde la primera vez que vi un ejemplar de The Black Panther. Estaba en mi corazón. Por aquel entonces, yo sólo tenía catorce años” ––Mumia Abu-Jamal

Trece años después de unirse con los Panteras, y una década después de que salió de la organización, la participación de Mumia Abu-Jamal en esta organización fue utilizada por la Fiscalía de Filadelfia para condenarlo a muerte. Y veinte-nueve años después, bajo la creciente amenaza de muerte, esa lucha sigue siendo motivo de orgullo para el autor de Queremos Libertad: Una Vida en el Partido Pantera Negra.

Dice el activista/historiador que cuando Huey P. Newton y Bobby Seale fundaron el Partido el 15 de octubre de 1966, en Oakland, ellos reconocían las rebeliones de Watts y de cientos de ciudades en Estados Unidos como un “Ya Basta” ante la falta de cambios reales en las comunidades negras. Un “Ya Basta” ante décadas de terror policiaca. ¿Sus influencias principales? Franz Fanon y Malcolm X.

Resalta Mumia que los Panteras no buscaban aceptación en un país sin justicia, libertad o autoridad moral. Por lo contrario, eran descendientes de esclavos rebeldes, parte de una historia de profunda resistencia que él cuenta en los dos primeros capítulos del libro.

Dice Mumia Abu-Jamal: “El Partido no era un grupo de derechos civiles. No creía en el ‘poner la otra mejilla’. Era profundamente laico. No predicaba la no violencia, sino que practicaba el derecho humano a la auto-defensa. Era socialista y promovía el establecimiento (tras una votación o plebiscito) de un estado-nación negro independiente, revolucionario y socialista”.

Para unirse al Partido, los nuevos integrantes deberían estar de acuerdo con el siguiente Programa de 10 Puntos, memorizarlo y dedicarse a ponerlo en práctica:

1) Queremos libertad. Queremos el poder para determinar el destino de la comunidad negra.

2) Queremos pleno empleo para nuestro pueblo.

3) Queremos el fin del robo por el capitalista a nuestra comunidad negra. [El texto original decía “por el hombre blanco”; esta frase fue cambiada un poco después.]

4) Queremos vivienda decente, adecuada para alojar a los seres humanos.

5) Queremos educación para nuestro pueblo que muestre la verdadera naturaleza de esta decadente sociedad americana. Queremos una educación que nos enseñe nuestra verdadera historia y nuestro papel en la sociedad de hoy.

6) Queremos que todos los Negros sean exentos del servicio militar.

7) Queremos un cese inmediato a la BRUTALIDAD POLICIAL y a los

ASESINATOS de la gente negra.

8) Queremos libertad para todos los hombres negros recluidos en las prisiones federales, estatales y locales.

9) Queremos que toda la gente negra llevada a juicio sea procesada por un jurado compuesto de sus iguales, es decir, gente de su comunidad negra, tal y como viene definido en la Constitución de los Estados Unidos.

10) Queremos tierra, pan, vivienda, educación, ropa, justicia y paz. Y, como nuestro mayor objetivo político, un plebiscito supervisado por Naciones Unidas a celebrar en toda la colonia negra, en el cual solo los sujetos coloniales negros puedan participar, para el propósito de determinar la voluntad del pueblo negro, así como su destino nacional.

(Versión corta del Programa de 10 Puntos)

Para 1968, hubo ramas del Partido en más de 40 ciudades, con varias secciones en ciudades grandes, como Nueva York, Los Ángeles y Filadelfia. Por lo menos 100,000 periódicos [algunas fuentes dicen hasta 250,000] se vendieron cada semana. El Programa no era simplemente palabras escritas en una hoja de papel.

Cuando la rama en Seattle empezó un programa de Desayunos Gratis para Niños y Niñas, este programa fue adoptado en todas las ciudades. Cuando los Panteras en Kansas City, Misuri abrieron su Clínica Comunitaria Gratis ‘Bobby Hutton’, grupos en Brooklyn, Harlem, Boston, Cleveland, Filadelfia, Seattle, Chicago y Rockford hicieron lo mismo. Hubo programas de ropa, zapatos, servicio de ambulancia, comida, mantenimiento en varias ciudades ––todo gratis.

Además de ejercer amplia influencia en las comunidades negras, el Partido Pantera Negra también despertó la esperanza de una transformación revolucionaria del país entre cientos de miles de activistas, tanto en el movimiento anti-guerra y las universidades como en los barrios chicanos, indígenas y puertorriqueños. El Partido fue profundamente anti-imperialista y anti-colonialista y se solidarizó con la lucha palestina y todas las luchas de liberación nacional.

Alarmado por su creciente influencia, el director del FBI, J. Edgar Hoover, declaró que el Partido Pantera Negra representaba la amenaza número uno a la seguridad nacional de Estados Unidos. Fue una declaración de guerra ––una guerra de contrainsurgencia realizada a través de un programa llamado COINTELPRO.

Sus tácticas ilegales para “neutralizar”, es decir erradicar, al Partido incluían el homicidio de unos 38 integrantes, los más conocidos de los cuales son Fred Hampton y Mark Clark, asesinados mientras dormían por la policía de Chicago trabajando en conjunción del FBI. Otras tácticas de COINTELPRO incluían la tortura, las redadas, la colocación de agentes en la organización, el uso de soplones, la difamación y los rumores, entre muchos otras. Cientos de Panteras fueron encarcelados.

En unos casos, notablemente en Los Ángeles donde el veterano de Vietnam Gerónimo ji Jaga había fortificado la central, los Panteras lograron resistir los asaltos de los equipos SWAT, pero en otros lugares las oficinas fueron destruidas.

[¡OJO! Las medidas ilegales de COINTELPRO ahora están legalizadas bajo la Ley Patriota, el modelo impuesto en México y muchos países.]

Sundiata Acoli describe un incidente que nos da una idea del trato a los Panteras por la policía: “En 1969, unos policías de Nueva York tumbaron mi puerta. Estaban buscando a otros dos Panteras, Sekou Odinga y Kuwasi Balagoon, y sin decir una sola palabra me patearon sin piedad.

Luego me llevaron a la Delegación #32 en Harlem y me echaron en los separaros con Joan Bird, otra Pantera de Harlem. Sus labios eran tan rotos e hinchados y sus ojos tan morados e hinchados que apenas la reconocí. Me dijo que en un momento durante la golpiza la habían agarrado por los tobillos para colgarla de una ventana del tercer piso, haciendo burlas sexuales y amenazando con dejarla caer si no les informaba del paradero de Sekou y Kuwasi. No los encontraron, y después de mantenernos en la cárcel durante un mes, nos soltaron”.

El Partido Pantera Negra convocó a una Convención Constitucional en Filadelfia para el 4 de septiembre de 1970. El 31 de agosto las tres oficinas de los Panteras en esa ciudad fueron atacadas por la policía y sus integrantes obligados a desnudarse en la calle. “Los 14 de Filadelfia” fueron acusados de atacar a la policía, pero después de tres años los cargos fueron desechados.

La Convención fue asistida por 6,000 activistas que discutieron varias propuestas. Algunos de los talleres entregaron informes. Según un artículo publicado en The Black Panther el 12 de septiembre de 1970: “En conjunto, estos informes proporcionaban la base para uno de los constituyentes más progresistas de la historia de la humanidad.

El control de los medios de producción y de las instituciones sociales estaría en manos del pueblo. Se garantizaba una representación proporcional en la administración de estas instituciones a negros, pueblos del Tercer Mundo y mujeres. Se garantizaba el derecho de autodeterminación a todas las minorías oprimidas. Se afirmaba el derecho a la autodeterminación sexual de mujeres y homosexuales.

El ejército sería reemplazado por una milicia popular y la Constitución incluiría una declaración internacional de derechos, prohibiendo a los EE. UU., la agresión e interferencia en los asuntos internos de otros países […] El sistema racista actual sería reemplazado por un sistema de tribunales populares en que las personas serían juzgadas por sus iguales. Las cárceles serían sustituidas por programas comunitarios de rehabilitación […] Se considerarían derechos constitucionales, y no privilegios, el derecho a una vivienda digna, a la atención sanitaria y a guarderías.”

Panteras liberados

Aunque casi se ha vuelto una obviedad decir que hacen falta fuertes movimientos para liberar a los presos políticos, es importante destacar que mientras los movimientos de los ’60 todavía estaban fuertes, las campañas masivas para liberar a los presos políticos generalmente eran exitosas.

Cuando Huey Newton fue acusado de asesinar a un policía sólo un año después fundar el Partido, Eldridge Cleaver impulsó una campaña nacional que resultó en su salida en ’69. Aún cuando el Partido estaba debilitado por los ataques del COINTELPRO y por una escisión interna en 1971, todavía existía mucho apoyo en las comunidades y hubo logros importantes. Bobby Seale y Érica Huggins, también acusados de homicidio, fueron liberados después de una serie de tumultuosas manifestaciones en mayo de ese año.

Un mes después, los organizadores principales de los programas sociales en Nueva York, conocidos como “los 21 Panteras” (Panther 21), también fueron exculpados de falsos cargos de conspiración para bombardear varios sitios en la ciudad (una idea presentada en una reunión por un policía infiltrado Eugene Roberts). “Los 21 Panteras” eran Afeni Shakur, Joan Bird, Sundiata Acoli, Sekou Odinga, Kuwasi Balagoon, Lumumba Shakur, Dhoruba Bin Wahad, Jamal Joseph, Cetewayo, Shaba Om, Baba Odinga, Dr. Curtis Powell, Robert Collier, Lee Berry, Abayama Ogun Katara, Ali Bin Hassan, Lonnie Epps, Dr. Kuando Kinshasha, Richard “Nine” Harris, Fred Richardson y Thomas Berry.
 
Algunos Panteras se fugaron de sus jaulas, incluso Russell Maroon Shoats, Kuwasi Balagoon y Safiya Bukhari, aunque la mayoría fueron capturados de nuevo.

La fuga de Assata Shakur en 1979 sigue provocando ataques de bilis entre agentes federales y del estado de Nuevo Jersey al grado que han ofrecido un millón de dólares como recompensa por su captura.

En años posteriores después del declive de los movimientos, algunos Panteras fueron liberados sólo después del robo de décadas de sus vidas.

––Gerónimo ji Jaga pasó 27 años en prisión porque el FBI escondió sus propios records de vigilancia que comprueban que él estuvo en una reunión en otra ciudad el día y hora de un asesinato del cual él fue condenado.

––Dhoruba Bin Wahad pasó 19 años en prisión aún cuando el FBI tenía en su posesión pruebas exculpatorias en su caso.

––Robert Hillary King (Wilkerson), del grupo de presos conocidos como “los 3 de Angola”, pasó más de 31 años en prisión antes de que un testigo por fin reconoció que había mentido bajo amenazas del Estado para inculparlo.

Varios Panteras liberados, incluso Safiya Bukhari y Ashanti Alston, han trabajado con el Movimiento Jericó u otros grupos por la libertad de los demás presos políticos. Antes de su muerte en 2003, Safiya Bukhari era una fuente de fortaleza para los presos que ella visitaba. También era fundadora de la Coalición por la Libertad de Mumia Abu-Jamal en la ciudad de Nueva York.

Los recién liberados presos de “los 8 de San Francisco” Harold Taylor, Richard Brown, Hank Jones, Ray Boudreaux y Richard O’Neal siguen exigiendo libertad para Francisco Torres.

Panteras enjaulados

Los ex Panteras que llevan décadas en las prisiones de Estados Unidos son Mumia Abu-Jamal, Sundiata Acoli, Zolo Agona Azania, Jamil al_Amin , Herman Bell, Veronza Bowers, Fred Muhammad Burton, Marshall Eddie Conway, Romaine ‘Chip’ Fitzgerald, Robert Seth Hayes, Freddie Hilton (Kamau Sadiki), Sekou Kambui, Maliki Shakur Latine, Abdul Majid, Jalil Muntaqim, Sekou Odinga, Ed Poindexter, Russell Maroon Shoats, Francisco Torres, Herman Wallace, Albert Woodfox y Mondo we Langa. [La mitad de ellos también participaron en el BLA junto con compañeros de otras organizaciones; esto será tema de otro artículo en esta serie.]

Varios de ellos forman parte de los siguientes casos:

––“Los 3 de Nueva York” son Jalil Muntaqim, Albert Nuh Washington (que descanse en paz), y Herman Bell, encarcelados desde 1971 y 1973 respectivamente después del inicio de la campaña del BLA contra la impunidad policial. El Estado nunca presentó pruebas específicas contra los compañeros. Todas sus apelaciones y peticiones para ganar libertad condicional han sido negadas a pesar de sus constantes reclamos por los derechos humanos de los presos políticos.

Desde su celda, Jalil impulsó la organización de una marcha de 5,000 personas en 2005, resultando en la formación del Movimiento Jericó. Herman Bell impulsó el proyecto Victory Gardens y los dos han trabajado en esto. Herman también entrena a los presos jóvenes en el deporte. Albert Nuh Washington nunca se arrepintió de oponerse al racismo y la opresión aunque cayó preso por eso. Él daba clases de educación política en prisión y es recordado como consejero espiritual por muchos de los jóvenes presos. http://www.freejalil.com/

––“Los 8 de San Francisco”, aparte de los recién liberados Harold Taylor, Richard Brown, Hank Jones, Ray Boudreaux y Richard O’Neal, incluyen los dos compañeros encarcelados desde principios de los ’70 Jalil Muntaqim y Herman Bell, y el único que sigue bajo proceso, Francisco Torres.

Acusados de matar a un policía en un ataque contra la central policial en Ingleside, California, reivindicado por el BLA en represalia por el asesinato de George Jackson, los ocho ex Panteras Negras fueron procesados en base a pruebas obtenidas bajo tortura.

El caso no ha servido para legitimar la tortura ahora legalizada; por lo contrario, lo que revela es el temor del Estado de la formación de futuros grupos dedicados a la rebelión, la resistencia y la revolución. http://www.freethesf8.org/

––“los 2 de Omaha” son Ed Poindexter y Mondo we Langa, criminalizados por participar en el Comité para Combatir el Fascismo impulsado por los Panteras Negras en Omaha, Nebraska. Acusados de tenderle una trampa a un policía que murió en una explosión, Ed y Mondo han señalado que la prueba de la falsa acusación en su contra, ocultada del jurado, ahora está en el internet para que todo el mundo pueda escucharla.
 
Es la grabación de la llamada que llevó al policía a su muerte, supuestamente hecha por el joven de quince años, Duane Peak a instancia de los dos activistas. Al escuchar el tono de su voz en la grabación, nadie en sus cinco sentidos podría creer que Duane haya hecho la llamada. http://www.youtube.com/watch?v=zPFUzv-PSK8

Durante su encarcelación Ed Poindexter y Mondo we Langa han escrito obras de teatro y poemas. El titulo del sexto volumen de poesía de Mondo se titula The Black Panther is an African Cat (El pantera negra es un gato africano). Mondo también es artista, y su arte se presenta en este sitio: http://www.mondo.info/

––“Los 3 de Angola” son Albert Woodfox, Herman Wallace y Robert Hillary King, quienes han sufrido décadas en aislamiento por haber organizado una rama de los Panteras en el penal de Angola, Luisiana, una verdadera plantación de esclavos. Entre los importantes cambios que los Panteras lograron en Angola era una reducción en las humillantes revisiones corporales y en la violación de los jóvenes internos. Acusados falsamente de haber matado a un guardia, Woodfox y Wallace siguen en sus celdas de castigo, torturados durante décadas.

Todas sus apelaciones han sido negadas, incluso una reciente de Albert Woodfox el julio pasado. Las autoridades han dicho abiertamente que ni siquiera permiten que estén en la población general por el temor que vuelvan a practicar “el panterismo negro”.

Desde su salida en el 2001, Robert Hillary King (Wilkerson) ha trabajado incansablemente por la libertad de sus compañeros.

Un aspecto importante de la campaña por su libertad es la difusión de estudios y testimonios sobre el uso del aislamiento como un método de tortura.

http://angola3news.blogspot.com/

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