Pablo Gonzalez

Obama cuesta abajo






Por Claudio Testa//////////
“El hombre que llegó a la Casa Blanca generando una expectativa irracional, ahora está pagando el amargo precio de la realidad... Obama está próximo a su fin.” (Alexander Cockburn, “The Fall of Obama” [“La caída de Obama”], CounterPunch, July 16, 2010) //////////

Caída libre en la “opinión pública” y amenaza de catástrofe electoral
 
El 2 de noviembre próximo se harán en EEUU las llamadas elecciones de “midterm”. Es la votación que se realiza a mitad del mandato presidencial. En ella se eligen legisladores federales –senadores y representantes (diputados)– y también una parte de los gobernadores y otras autoridades y legisladores de estados y municipios. 

Estas elecciones suelen ser también un “barómetro” del mandato presidencial. Ahora, previsiblemente, este rasgo se va a acentuar. Todo indica que los temas “locales” (que en la política de EEUU suelen tener un peso importante) van a pasar a segundo plano. Las elecciones del 2 de noviembre se esbozan ya como un plebiscito sobre la administración Obama

Si esto sucede, el resultado amenaza ser un fenomenal “voto castigo”. Es que los datos de las encuestas indican ya una abrumadora desaprobación. El motor de este repudio es la catástrofe económica que ha provocado un “colapso en el nivel de vida” de gran parte de la población (ver recuadro). 

Según encuestas nacionales, una creciente mayoría de votantes estadounidenses desaprueba el manejo de la economía del presidente Obama. En la encuesta de Washington Post/ABC News, 43 por ciento aprueba el manejo y 54 por ciento lo desaprueba, en lo que resulta el peor nivel desde que el demócrata llegó a la presidencia. Otra encuesta de CBS News registró casi lo mismo, con sólo un 40% que está de acuerdo... Esta desaprobación afecta la calificación en general del mandatario: casi seis de cada 10 votantes dicen que ya carecen de fe en Obama...” 1
 
Pero a los legisladores, tanto demócratas como republicanos, no les va mejor: casi un 40% dice “no tener confianza en los legisladores de ambos partidos”.
 
Un tendal de promesas incumplidas” 

Al brutal deterioro en las condiciones de vida de las masas trabajadoras estadounidenses, se le suma lo que un desilusionado partidario de Obama, columnista de la revista “liberal” (“progre”) The Nation, calificó como “un tendal de promesas incumplidas”. 2
 
Y esto es verdad incluso para sus escasas promesas (aparentemente) cumplidas, como la “reforma del sistema de salud” y la recién aprobada “reforma financiera”. Es que Obama es un maestro en el arte de dar gato por liebre

Tras la fachada de la “reforma sanitaria”, Obama burló en verdad su promesa electoral de “opción pública” y dejó en pie el poder de las aseguradoras, las clínicas privadas y las corporaciones farmacéuticas. 

La “reforma financiera” es otro caso de gato por liebre. Tiene poco que ver que ver con una regulación burguesa en serio del sector financiero, como fue la ley Glass-Steagall de la época de Roosevelt. 

Como dice el Wall Steet Journal para tranquilizar a sus lectores, la “reforma financiera” votada es “un punto de inicio, no un punto final”. 3La legislación –aclara otro artículo– otorga a 10 agencias reguladoras la discreción de redactar cientos de normas financieras. En lugar de la ley en sí, será este proceso, acompañado de una ofensiva de lobby de los bancos, el que determinará los contornos precisos del entorno financiero.” 4 ¡Y no hay duda que será esa “ofensiva de lobby de los bancos” –léase millones en sobornos a los funcionarios de las “agencias reguladoras”– la que va a determinar esos “contornos”

Uno de esos “contornos” ya es particularmente escandaloso. Permite otorgar nuevos rescates financieros... sin tomarse la molestia de pasar por el Congreso para aprobarlos. Cuando a fines del 2008 estalló la crisis financiera, Bush se vio obligado a hacer votar en las cámaras el paquete de 700 mil millones. Fue un trámite difícil, que estuvo al borde del fracaso y que generó grandes debates y escándalos políticos. Ahora los bandidos de Wall Street pueden dormir tranquilos... los nuevos rescates no tendrán esas dificultades: se podrán usar directamente fondos federales sin necesidad de aprobación del Capitolio. 

Comparemos esta generosidad hacia los bancos, con las trabas para mantener los subsidios a millones de trabajadores en paro. ¡Para eso exigen que se vote en las cámaras... que hasta ahora se han negado, para no aumentar el déficit fiscal! 

El contenido concreto de las dos principales “promesas cumplidas” de Obama –las reformas sanitaria y financiera– es una buena radiografía de su administración. Pero, por supuesto, el motivo central de descontento popular no es ése, sino el “colapso del nivel de vida” con eje en el desempleo

Otro frustrado partidario de Obama –el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman– subraya más o menos lo mismo: “El problema ‘es la economía, estúpido!’ –le grita Krugman a Obama–... Si la economía mejora notablemente durante los meses anteriores a una elección, a los presidentes en ejercicio les va bien; si la economía está estancada, les va mal... Lo que importa son los resultados económicos actuales...” 5
 
Pero de esa percepción correcta, Krugman extrae una conclusión utópica: “Lo mejor que Obama podría haber hecho para evitar un revés electoral en noviembre, hubiera sido lanzar un plan de estímulo de dimensiones equivalentes a la crisis económica... su verdadero error fue hacer muy poco para crear empleo.” 6 (subrayados nuestros) 

Krugman, como muchos “liberals”, va de la verdad del diagnóstico a lo quimérico del remedio, Es como si un médico dijese: “usted tiene cáncer; entonces, para curarse, rece diez padrenuestros y cinco avemarías”. 

Es que Obama (y antes Bush) lanzaron “planes de estímulo de dimensiones equivalentes a la crisis”. 

Pero esos “planes de estímulo”, por motivos profundos y objetivos, no tuvieron nada que ver con una reedición de los grandes programas de obras públicas del New Deal, en la anterior Gran Depresión de los años 30. 

Aunque con salarios miserables y sin dar soluciones de fondo, fueron un paliativo real del desempleo

Ahora, en lo que amenaza ser la Gran Depresión del siglo XXI, se impuso otro tipo de “planes de estímulo”: principalmente darles billones a los grandes bancos y corporaciones financieras. 

Así, supuestamente, se reactivarían el crédito y las inversiones productivas... al final, esto solucionaría el desempleo. Los resultados están a la vista en EEUU, Europa y el resto del mundo: lo único que se “reactivó” es la más desenfrenada especulación financiera. 

Pero esta “equivocación” no es un “error personal” de Obama y demás administradores políticos del capitalismo. Expresa, por un lado, la configuración actual del capitalismo estadounidense y mundial. Pero, por el otro, refleja también distintas situaciones de la lucha de clases

Los dirigentes políticos de la burguesía estadounidense actuaron en los años 30 bajo la presión (y el temor) de un extraordinario ascenso obrero y de una radicalización notable de sectores de vanguardia que lo encabezaban. Hoy no estamos (aún) en una situación parecida. Y además Obama, los burócratas sindicales y el amplio cortejo del “progresismo” demócrata han cumplido un rol de primer orden en mantener la pasividad y confusión de las masas trabajadoras. 

Sin embargo, a la larga, la burguesía estadounidense está jugando con fuego. La serie interminable de ataques brutales a la clase trabajadora y las masas populares está acumulando material explosivo en una escala sin precedentes... ¡El problema es el detonador!

Notas:
1. David Brooks, corresponsal en Nueva York, “Más del 50% desaprueba a Obama”, La Jornada, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 18/07/10.
2. Eric Alterman, “Obama: un tendal de promesas incumplidas”, The Nation, julio 2010, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 18/07/10.
3. Victoria McGrane y Michael R. Crittenden, “La legislación final endosa una serie de compromisos”, Wall Street Journal, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 18/07/10.
4. Damian Paletta y Aaron Lucchetti, “El Congreso aprueba reforma financiera”, Wall Street Journal, 16/07/10
5. Paul Krugman. “The Pundit Delusion”, New York Times, July 18, 2010.

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