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Nicaragua: Aborto terapéutico para vivir

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La restitución de este derecho salvaría la vida de muchas mujeres


Ana Leonor Paiz

A inicios de febrero de este año, una joven leonesa de 27 años a la que llamaremos Amalia, amaneció escupiendo sangre y con un fuerte dolor en el pecho. Entonces fue a pasar consulta al Centro de Salud y de ahí la mandaron al Hospital Escuela de León, para que la revisaran doctores especialistas.
 
Después de hacerle varios exámenes le dieron dos noticias que la dejaron helada: tenía cáncer en varias partes del cuerpo y siete semanas de embarazo. Amalia sintió que el mundo le caía encima: pensó en su futuro, su hija de 10 años, su compañero, su familia.

El cáncer se le había extendido a los pulmones, las axilas o sobacos y hasta al cerebro, por tanto la única alternativa para intentar salvar o alargar su vida era hacerle quimioterapia. Éste es un tratamiento que utiliza medicamentos para evitar que crezcan las células cancerosas. Pero Amalia estuvo 15 días hospitalizada sin que el personal médico le diera respuesta sobre el tratamiento que necesitaba.

Lo primero que pensó es que para intentar salvar su vida tenía que hacerse la quimioterapia, pero no comenzando un embarazo. Platicó con su marido y parte de su familia y les dijo que ella quería ver crecer a su hija y que para eso quería hacerse un aborto terapéutico y poder dar la lucha.

Platicando con los médicos y médicas que la atendían, Amalia se dio cuenta que en otro momento le hubieran hecho el aborto terapéutico sin pensarlo. Pero como desde el 2006 se eliminó esta posibilidad cuando prohibieron el aborto terapéutico, ninguna autoridad médica quiso tocarla. Y el tiempo seguía corriendo.
 
Entonces Amalia mandó una carta al director del hospital pidiéndole que le hicieran un aborto terapéutico y le aplicaran inmediatamente la quimioterapia, según consta la copia que La Boletina tiene en sus manos. Una doctora del hospital le explicó que este tratamiento afectaría el embarazo, pero no podían tocarla porque era un delito y podían ir a la cárcel, nos cuenta Bertha Sánchez, que coordina el Grupo Feminista de León, que lideró la movilización en su apoyo en esa ciudad.

Siguió la espera y ante el silencio, Amalia decidió hacer público su caso con apoyo total del  Grupo Estratégico por la Despenalización del Aborto Terapéutico, que reúne a Organismos No Gubernamentales, organismos de derechos humanos, sociedades médicas, movimiento de mujeres y personas a título individual.
Su experiencia puso nuevamente en la agenda nacional, la necesidad de restituir el aborto terapéutico para mujeres embarazadas que buscan salvar su vida. Su historia salió en la radio, la televisión y los periódicos en Nicaragua y fuera del país. 
¿Qué hicimos?

Como la situación de Amalia era tan delicada y el Estado no se pronunciaba, muchas mujeres organizadas hicimos diversas actividades para presionar de forma pública en diferentes puntos del país.
 
El Grupo Estratégico fue más allá, y a través del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Cenidh, introdujo una solicitud de medidas de protección para Amalia, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Producto de la presión, el 27 de febrero, esta Comisión de gran reconocimiento a escala internacional, recomendó al Gobierno de Nicaragua adoptar las medidas necesarias para asegurar que Amalia recibiera el tratamiento médico para tratar el cáncer.

Además pidió que todas las medidas fueran tomadas en conjunto con ella y sus representantes, así como que se respetara su decisión de referirse a ella como Amalia, para proteger su verdadera identidad. Y por supuesto pidieron un informe de seguimiento del caso.
Finalmente trasladaron a Amalia a Managua para ponerle el tratamiento, aunque no quisieron hacerle el aborto terapéutico. El ex ministro de salud dijo que de su propio salario él pagó un tratamiento especial para que no afectara el desarrollo del feto.

“Consideramos un triunfo que en tiempo récord aceptaran estas medidas para salvar la vida de Amalia, comprometiendo al Gobierno de Nicaragua a evitar cualquier obstáculo que le impida gozar del derecho a la vida y recibiera el tratamiento que necesitaba”, nos  dice Mayte Ochoa, secretaria técnica del Grupo Estratégico.

En veremos…

Hasta abril, Amalia ya había recibido tres dosis de quimioterapia y se recuperaba en su casa. Su familia dijo que hasta ese momento se encontraba estable, dentro de la situación delicada, nos cuenta Bertha Sánchez, del Grupo Feminista de León, que tiene contacto directo.
Como prácticamente se aisló a Amalia para que recibiera el tratamiento, no se sabía a ciencia cierta qué tratamiento específico estaba recibiendo, ya que no fue debidamente informada, como es su derecho, nos cuenta Bertha.

A través del informe que la Comisión Interamericana facilitó, el Grupo Estratégico confirmó que a Amalia no le explicaron que aunque este tratamiento es especial, tenía riesgos para el desarrollo del feto, por contener carboplatino y paclitaxel.

En un comunicado público, el Grupo Estratégico solicitó a la Comisión Interamericana que se mantengan las medidas a favor de Amalia y que se respete su vida, salud e integridad personal.
Que se restituya
Esta situación deja en evidencia, entre otras cosas, que el personal de salud tiene las manos amarradas y no sabe qué hacer ante pacientes que presentan enfermedades graves estando embarazadas.
Está claro que la calidad de la atención en nuestro sistema de salud tiene serias fallas. Según su historial médico, el cáncer de Amalia se agravó por una mala atención, pues cuando niña tuvo un problema que fue tratado como hongo. A los 15 años le hicieron las pruebas y resultó ser cáncer, recibió tratamiento y no le dieron seguimiento. Hasta ahora. Por eso el Estado está en deuda con Amalia.

La decisión de prohibir la interrupción del embarazo por recomendación médica fue sugerida por la jerarquía católica, nos dice Mayte, del Grupo Estratégico. Y comenta que para conseguir su respaldo, el Estado violó el artículo 14 de la Constitución, que dice este es un estado laico o sin religión oficial.
 
“Cuando el Estado prohíbe que el Ministerio de Salud realice este procedimiento médico, pone en peligro la vida de muchas mujeres, especialmente de mujeres pobres, que no tienen ni la información de salud adecuada, ni dinero para asistir a una consulta médica privada”, nos dice Bertha, de León. Y agrega que es fundamental “unirnos y luchar por el derecho a la vida, sólo la solidaridad entre mujeres hará posible que defendamos nuestros derechos”, comenta.

Recordemos un poco
El aborto terapéutico es cuando se interrumpe el embarazo por recomendación médica para salvar la vida o preservar la salud de la mujer, nos explica el doctor Óscar Flores, miembro de la Sociedad Nicaragüense de Ginecología y Obstetricia.

Esta organización de médicos y médicas reconoce otras situaciones donde es necesario hacerse un aborto terapéutico: por ejemplo, cuando el feto tiene problemas congénitos, es decir, que ya nace con enfermedades o deficiencias que se formaron en el vientre y que son incompatibles con la vida, como cuando no tiene cerebro.
 
También está la experiencia de niñas embarazadas producto de violación, donde su vida se ve amenazada porque su cuerpo no está preparado para eso o esta situación afecta profundamente su salud mental.

El doctor Flores compartió con La Boletina algunas experiencias de mujeres que él conoció y que ameritaban un aborto terapéutico. Los nombres que usaremos no son los verdaderos.

Un caso de cáncer

Mercedes tenía leucemia, o cáncer en la sangre, antes de quedar embarazada. Cuando llegó a la consulta y se confirmó el embarazo se le explicó que había que hacer un tratamiento que afectaría el desarrollo del feto y que lo más recomendable era interrumpir el embarazo para ponerle la medicina.
 
“Éstas son decisiones que uno no quisiera que le tocaran como médico, pero es necesario hablarle claro a la paciente para preservar la salud de la mujer”, nos cuenta el doctor. Mercedes dijo que sus creencias religiosas le impedían hacerlo, se negó a recibir el tratamiento y siguió con el embarazo. Cuando estaba en el séptimo mes, murió ella y el feto.

Embarazo fuera de lugar

Justina tiene una hija de nueve años y no estaba en sus planes quedar embarazada. Cuando su ginecóloga le dijo que lo estaba, se sintió “la mujer más feliz sobre la tierra”. Pero había una mala noticia: el feto no estaba en el útero o matriz, sino que en una de las trompas de Falopio, que son parte de nuestro aparato reproductor y es por donde pasan el óvulo, una vez fecundado, hacia la matriz donde crece el feto.

Eso se conoce como embarazo ectópico. La doctora le explicó que las trompas de Falopio son unos canales muy delgados que tienen más o menos el grosor de una cápsula de medicina. Al estar el feto ahí cuando creciera se le iba a reventar y eso le provocaría una hemorragia interna que la mataría rápidamente. La decisión para ella no fue fácil de tomar, pero sabía que tendría oportunidad de volver a embarazarse. Se hizo un aborto terapéutico.
Con problemas del corazón

En el 2008 se conoció públicamente la experiencia de una niña 12 años, nombrada Marianita, que vivía en Siuna. Ella fue violada por su papá hasta dejarla embarazada, y cuando el caso se hizo público, el violador se suicidó y la niña sufrió el rechazo de su propia familia.
 
En medio de esa terrible situación emocional, Marianita fue trasladada de emergencia al Hospital Bertha Calderón en Managua, donde estuvo varias semanas en la sección de Cuidados Intensivos por una insuficiencia cardíaca de nacimiento: su corazón no bombeaba suficiente sangre.

Con 24 semanas de embarazo su corazón no aguantaba, por lo que, a pesar de la prohibición, se le hizo un aborto terapéutico ya que era seguro que moriría. La misma Procuradora de la Niñez avaló el procedimiento, cumpliendo con el deber del Estado de protegerla ante todo por ley: primero su vida.

Azúcar en la sangre

La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de azúcar en la sangre, o glucosa, están muy altos. A una mujer con diabetes, el personal médico no le recomienda que se embarace, porque el alto nivel de azúcar en la sangre no es bueno ni para el desarrollo del feto ni para su salud.

El feto podría tener problemas del corazón, los riñones, en el cerebro o la médula espinal, que es el tejido nervioso e incluso puede morir dentro del vientre. La mujer puede sufrir abortos espontáneo y parir antes de tiempo.

“Además puede tener bebés excesivamente grandes, porque parte del azúcar presente en la sangre de la madre llega al feto y la convierte en grasa que se va acumulando. Esto degenera en bebés obesos y con azúcar en la sangre”, nos explica el doctor Flores.

Una esperanza

A mediados de marzo, un grupo de diputadas y diputados liberales y del Movimiento renovador Sandinista, introdujo una iniciativa para reformar el Código Penal y despenalizar la interrupción del embarazo por causas médicas.

"La reforma plantea que no se constituye el delito de aborto cuando se interrumpe el embarazo para salvar la vida de la madre, siempre y cuando no pueda garantizarse médicamente, que es factible llevar el embarazo a término y preservar la vida de la mujer”, dijo el diputado José Pallais, a La Prensa.

La diputada Mónica Baltodano, una de las impulsoras de esta iniciativa, dijo que tratarían de incluir una de  las preocupaciones del movimiento de mujeres: incluir en  la reforma  que no se penalice el daño al “no nacido” y considerar las malformaciones congénitas incompatibles con la vida como causa para hacerse un aborto terapéutico. Aclaró que no hubo consenso sobre embarazo producto de violación, situación grave en cualquier caso, y de manera dramática en niñas embarazadas.

Porqué prohibir el aborto terapéutico afecta nuestros derechos

Diferentes organizaciones, asociaciones y personas individuales hemos interpuesto 38 recursos por inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia contra los artículos 143, 144, 148 y 149 del Nuevo Código Penal, que sanciona especialmente al personal de salud, porque violan los siguientes derechos constitucionales:

-El derecho a la vida
-El derecho a la salud
-El derecho a estar libre de tratos crueles, inhumanos y degradantes
-El derecho a la dignidad
-El derecho a la autonomía
-El derecho a la libertad individual y
-El derecho al libre ejercicio de la profesión
 
Prohibir el aborto terapéutico es inconstitucional porque va en contra de lo que dice la Constitución Política y ninguna ley debe desobedecer los principios establecidos ahí:

1. Desobedece el principio constitucional de proteger la vida de las personas, en este caso específico de las mujeres y niñas.
 
2. Porque Nicaragua debe cumplir con los tratados internacionales sobre Derechos Humanos que ha firmado.

3. Es una tortura, porque nos expone a sufrimientos físicos y mentales graves, y esto es considerado como trato cruel e inhumano por la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Fuentes documentales:

¿Por qué es inconstitucional la penalización del aborto terapéutico? Nicaragua. Wendy Flores, hay Grupo Estratégico por la Despenalización del aborto terapéutico.
Padilla K, Blandón M.  2008. Muerte materna y aborto terapéutico: Violación de Derechos. Managua, IPAS Centroamérica
http://despenalizacinabortoterapeutico.blogspot.com/

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