CIUDAD DEL VATICANO, 17 de mayo de 2010-05-17
"Su Santidad: Fue mi madre quien, cuando yo era muy niño, me decía que yo rezara cerrando los ojos y agachando la cabeza, pensando en las enseñanzas de vida del Padre Nuestro y del Dios te Salve María.
Recordando estas experiencias, como miembro de nuestra Iglesia Católica, reflexiono permanentemente acerca de las lecciones de amor, justicia, igualdad y entrega al prójimo de nuestro Señor Jesucristo".
"Esas reflexiones me llevan a proponer, muy respetuosamente, la necesidad de superar la crisis de la Iglesia, que, como usted dijo, está herida por el pecado, para ello es imprescindible democratizar y humanizar su estructura clerical".
"Democratizarla para que todas las hijas e hijos de Dios, que son iguales ante sus ojos, se les reconozca los mismos derechos religiosos, y que las mujeres puedan tener las mismas oportunidades que los hombres para ejercer plenamente el sacerdocio".
"Asimismo, como Jesús, que se hizo hombre, se humanizó para estar entre nosotros y entendernos mejor, la Iglesia no tiene que negar una parte fundamental de nuestra naturaleza como seres humanos, se debe abolir el celibato, así habrá menos hijas e hijos no reconocidos por sus padres, así podremos sincerarnos ante la realidad".
"Del mismo modo y con mucha decisión debemos proteger a nuestros hijos e hijas de quienes valiéndose de la confianza que debe inspirar un sacerdote, abusan de ellos. Quienes cometen esas atrocidades pecan y también dañan".
"Estoy seguro que Su Santidad valorará estas propuestas que quieren humildemente aportar a cerrar las heridas de nuestra Iglesia. De este modo me despido, haciéndole llegar la seguridad de las atenciones más distinguidas".
Evo Morales Ayma, Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia