El aborto y la Iglesia Católica

Por: Carlos Armando De Castro P.

El peso de las brujas.

En agosto del 2006 E. C. en Colombia se conoció la noticia de una niña de 11 años violada desde hacía cuatro por su padrastro y que lamentablemente, para añadir más desgracia a su corta vida, quedó embarazada.

De ello surgió una polémica causada por la negativa temporal del Hospital Simón Bolívar a dar cumplimiento a la petición de la niña y de su abuela de abortar amparándose en la despenalización del aborto en tres casos especiales que autorizó la Corte Constitucional en mayo de ese mismo año.

Y lo peor de todo, aparte de ser bastante conocida la laxitud de la 'justicia' colombiana con los violadores de niños, se añade a todo la posición inamovible de la Iglesia Católica contra la decisión comprensible de la niña y de su abuela de querer abortar al feto (no "niño" ni "bebé") producto de tan degradante y traumatizante hecho como lo es una violación.

¿Cómo justifica su actitud la Iglesia?: los señores "defensores de la vida" que no tienen en cuenta el sufrimiento de una niña de 11 años violada y embarazada por su padrastro, que arman un escándalo cuando la niña aborta pero que no dicen nada sobre el sujeto que la violó (será porque según la Iglesia, basada en las enseñanzas de Pablo y en el Génesis, las mujeres son las que tientan al hombre y deben sufrir porque Dios lo manda); que guardan silencio y encubren la violación de miles de infantes a manos de sacerdotes católicos, no como caso aislado sino porque el encubrimiento constituye una política oficial de la Iglesia (las pruebas las tiene Pepe Rodríguez en su libro Pederastia en la Iglesia Católica); que apoyan la pena de muerte, que contribuyeron con su silencio y su ideología antisemita al genocidio de seis millones de judíos a manos de la SS, que apoyaron la dictadura fascista de Francisco Franco y los asesinatos que su régimen cometió ("ellos se lo buscaron" me dijo personalmente el obispo de Bogotá); que a lo largo de su historia han robado, saqueado y asesinado a los que no piensen como ellos (caso Giordano Bruno); que han obstaculizado el avance de la ciencia cuando lo que ésta descubría no les convenía o iba en contra de su doctrina oficial (caso Galileo); que claman ser los responsables de la educación y las instituciones de caridad colombianas pero que reciben dinero del gobierno y ovejas nuevas por ello; y que, en su interior, cometen todo lo que dicen condenar.

Además, la Iglesia entra en una contradicción grave: según ella, "el Limbo" ya no existe (¡!) y todos los que mueran en la inocencia irán directamente "al Cielo", por lo que a todos los "niños" abortados se les garantiza "la Salvación" sin necesidad de pasar por este "Valle de Lágrimas" en donde podrían caer víctimas de "la tentación y el pecado" y perder su salvación. Pregunto: ¿no se les está entonces haciendo un favor a los fetos que son abortados?

Aparte de todo lo anterior, la Iglesia se opone al aborto pero no da alternativas realistas a éste: el solo hecho de dar a luz el producto de una violación debe ser algo tan traumatizante que los que no lo sufrimos no podemos ni imaginar, darlo en adopción es una salida facilista que se escucha muy bonito pero que no tiene en cuenta el verdadero sentimiento de la madre (desde la barrera los toros se ven inofensivos), y lo que no sé si da risa o ganas de llorar es lo que dicen algunas personas: "pues que lo tenga y le demuestre amor, para darle una lección moral al violador". Acepto que hay algunas excepciones, pero en general: ¿es tan fácil?, ¿lo harían quienes dicen eso?. Es muy fácil hablar cuando las cosas no le pasan a quien está hablando. Por cierto: ¿a cuántas víctimas de violación que han tenido a su hijo la Iglesia ha ayudado económicamente a mantenerlo cuando son de escasos recursos?

¿Será que los fieles católicos que protestan contra el aborto lo hacen por creer sinceramente que es algo malo, o sólo para ganarse "el Cielo" y evitar irse "al Infierno"? Recuerdo muy bien que el obispo de Bogotá me dijo que "si no hay Dios entonces puedo hacer lo que quiera, matar, robar y violar, porque no me van a castigar por eso", en otras palabras, no le importan la vida ni la dignidad de las otras personas, lo único que le interesa es "ganarse el cielo".

Según mi opinión, a la Iglesia no le importa la vida de nadie ni su integridad, lo único que le importa es que la gente haga lo que ellos dicen para conservar su poder sobre las masas, que gracias a Dios, se está debilitando a nivel mundial.