Después de la información y denuncia del diario mexicano “Por Esto”, en marzo de 2005, se confirmaba la presencia del terrorista internacional de origen cubano, Luis Posada Carriles en los Estados Unidos, en Miami, quien había llegado a bordo del barco “camaronero” Santrina en unión de Santiago Álvarez Magriña y Oswaldo Mitat acompañantes, cómplices del narcotráfico y salvadores del asesino terrorista. A partir de 2007 se inicia el juicio acusado por cargos menores.
Eterno agente de la CIA, “Bamby”, director y planificador de la voladura del avión de Cubana de Aviación en Barbados el 6 de octubre de 1976, asesino de 73 civiles inocentes; comisario de la siniestra DIGEPOL (policía política desde el gobierno de Rómulo Betancourt) de Venezuela, dirigida por el comisario jefe Erasto Fernández, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, quien fuera su protector desde 1969 hasta la creación de la DISIP; vinculado posteriormente a los mismos aparatos de seguridad pero de gobiernos social cristianos (DISIP) donde acrecentó su poder y reprimió a los movimientos subversivos de izquierda de esa época.
Extendió también ramificaciones a Centro América y el Caribe; planificador de los atentados con bombas en la ciudad de la Habana, realizados por el salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, que costaron la vida del turista italiano Fabio Di Celmo; por la explosión de una de ellas en un hotel de la capital cubana, (1997).
Antes de su entrada ilegal a EEUU, donde aparentemente pretende “jubilarse”, organizó la ayuda a los “contras” desde El Salvador, junto al también terrorista Félix Rodríguez en Ilopango a las ordenes de Oliver North.
El Juicio comenzó hace tres años (2007) en el tribunal del Gran Jurado Federal de Texas, bajo la égida de la juez Kathleen Cardone; un juicio amañado y lleno de situaciones extrañas y muchas veces misteriosas, donde en principio no se juzga al terrorista Posada por los muchos crímenes cometidos en su demencial “profesión” sino que es acusado por perjurio y obstrucción de la justicia, ignorando el pasado criminal confeso del personaje, excluyendo el pedido de extradición a Venezuela, donde lo esperan 73 cargos de asesinato, desde junio del 2005.
Mucho antes se había fugado de una cárcel venezolana, con la complicidad de sus compinches, ex policías y ex ministros y del eterno brazo oculto de la CIA.
¿Que pasa con este juicio? ¿Cuál es la razón de que nuevamente se posponga y la juez Cardone no de explicaciones a nadie después de recibir un sobre sellado de los fiscales? ¿Porque la administración Obama se hace cómplice de la injusticia, al igual que Bush?
¿Hay terroristas buenos y terroristas malos? ¿Acaso los abogados y el propio Posada tienen la capacidad de chantajear al gobierno norteamericano, con la amenaza de hacer saber todo lo que hacían los aparatos de inteligencia gringos en el llamado traspatio Yankee, con relación a crímenes, narcotráfico y mafias?
¿Tienen miedo de que se diga cuáles eran los vínculos de la CIA, a través de Posada, con personajes hoy activos de la política latinoamericana y sus vínculos con el crimen organizado?
¿Que maridaje existía o existe entre los gobiernos norteamericanos y las asociaciones ilegales del exilio cubano y el narcotráfico, el cartel centroamericano y los congresistas cubano americanos?
¿Es acaso que Obama es demócrata para su casa y republicano para afuera (o viceversa) y por eso no ha cambiado su política exterior en lo más mínimo y sigue, al igual que Bush, pensando que puede atropellar a cualquiera, ignorando la historia de nuestros pueblos y las leyes elementales de la justicia; permitiendo la impunidad de criminales que con el solo hecho de existir y andar por las calles ofenden la dignidad de cualquiera que tenga un átomo de decencia en la vida?
Es increíble que a estas alturas después de años de la implantación de la llamada guerra contra el terrorismo por el presidente Bush, avalada punto por punto en la escritura y la práctica por el presidente Obama, se ignoren tratados como el de extradición firmado con Venezuela y se permita que congresistas cubanoamericanos, vinculados históricamente con la CIA, manipulen y presionen jueces y tribunales para proteger siniestros intereses basados en un odio irracional contra el pueblo cubano y venezolano y todo lo que pueda representar un cambio hacia el progreso.
La hora de la verdad se acerca, después de esta postergación del juicio, supuestamente por tres meses, se verá la verdadera cara de la Juez Cardone, de las políticas supuestamente antiterroristas del presidente Obama, y la verdadera actitud de dirigentes del exilio cubano.
Si hay condena, aunque a medias ya que no se juzga a Posada por sus verdaderos crímenes, pueden salir fortalecidas ante los ojos de América Latina, las posiciones políticas y la justicia del gobierno de Obama. Los pueblos víctimas de las tropelías de Posada y la CIA, deberían estar atentos a esta nueva maniobra de las mafias enemigas de la humanidad, ante el tribunal Texano.
Lo contrario a un veredicto justo sería más del pasado reciente: prepotencia, amenaza, descrédito e impunidad; más terrorismo y menos credibilidad; sin lugar a dudas el tiempo implacable tendrá la última palabra y sabremos ante una eventual caída de las mascaras, quién es quién.