¿Y si Cuba intercambiase a sus… (ya-no-sé-cómo-nombrarlos) por los cinco rehenes cubanos que han cumplido más de 10 años de reclusión injusta en penales de máxima seguridad de Estados Unidos? Imaginemos un canje tipo novela John Le Carré: los tuyos por los míos.
Negativo. Esos juegos funcionan entre iguales, y no cuando los unos resisten con moral revolucionaria, y los otros recurren al chantaje moral del faquirismo inducido por Miami. La Convención de Ginebra, incluso, establece a modo de
Lamento haber echado mano a un protocolo más viejo que la revolución cubana. ¿No dijo la Casa Negra en 2002 que la Convención de Ginebra “… hacía ver pintorescas algunas de sus provisiones” (entrevista con Alberto R. González, Newsweek, 17/5/04).
La convención está vigente y los
Conozcamos a las nuevas autoridades de la UE:
● Jerzy Buzek (polaco), presidente del Parlamento Europeo y peón de la CIA en los viejos tiempos del
● José Manuel Durao (portugués), presidente de la comunidad, y solícito anfitrión de los tres
● Catherine Ashton (inglesa), no tan guapa como la racista Carla Bruni, pero baronesa Ashton of Upholland y presidenta de relaciones exteriores y asuntos de seguridad, cargo legado por Javier Solana, el conocido criminal de guerra español.
● Herman Van Rompuy (belga), chupacirios asumido de la Democracia Cristiana flamenca, autor de la frase
Ésa es la Armada Brancaleone que pretende dictarle a Cuba lecciones de humanidad, en tanto solapa el genocidio en Iraq, Afganistán, Palestina, Congo, Colombia; autoriza los vuelos clandestinos con prisioneros de la CIA en sus territorios, impulsa leyes racistas contra los inmigrantes, tolera la especulación de Francia en la reconstrucción de Haití, silencia los atropellos en el País Vasco, festeja las farras neronianas de Silvio Berlusconi, y niega la ideología negrera que durante cinco siglos dio de comer a sus banqueros y filósofos insignes.
razones humanitarias:
Siempre que las circunstancias lo permitan, se concertará un armisticio, una interrupción del fuego, o acuerdos locales que permitan la recogida, el canje y el traslado de los heridos abandonados en el campo de batalla(artículo 15, capítulo 1, 12 de agosto de 1949).
Lamento haber echado mano a un protocolo más viejo que la revolución cubana. ¿No dijo la Casa Negra en 2002 que la Convención de Ginebra “… hacía ver pintorescas algunas de sus provisiones” (entrevista con Alberto R. González, Newsweek, 17/5/04).
La convención está vigente y los
países civilizadosno la han derogado. Bueno, por ahora. Como fuere, Europa sigue convalidando lo que siempre fue: un gran centro de excelencia académica que regala diplomados en asuntos de hipocresía, cinismo y doble moral. Washington ordena y la Unión Europea (UE) le hace los mandados para pedir hoy por los
disidentesen Cuba, que ya mañana habrá tiempo para pedir por los 12 millones de cubanos
cautivos del régimen castrista.
Conozcamos a las nuevas autoridades de la UE:
● Jerzy Buzek (polaco), presidente del Parlamento Europeo y peón de la CIA en los viejos tiempos del
sindicalismo librede Lech Walesa.
● José Manuel Durao (portugués), presidente de la comunidad, y solícito anfitrión de los tres
humanistasque en las Azores acordaron la guerra de Iraq (Bush, Blair, Aznar, 2003).
● Catherine Ashton (inglesa), no tan guapa como la racista Carla Bruni, pero baronesa Ashton of Upholland y presidenta de relaciones exteriores y asuntos de seguridad, cargo legado por Javier Solana, el conocido criminal de guerra español.
● Herman Van Rompuy (belga), chupacirios asumido de la Democracia Cristiana flamenca, autor de la frase
los principios hay que guardarlos para las grandes ocasiones, presidente del Consejo de Europa y miembro de la Internacional Demócrata de Centro que preside un famoso pensador de Guanajuato.
Ésa es la Armada Brancaleone que pretende dictarle a Cuba lecciones de humanidad, en tanto solapa el genocidio en Iraq, Afganistán, Palestina, Congo, Colombia; autoriza los vuelos clandestinos con prisioneros de la CIA en sus territorios, impulsa leyes racistas contra los inmigrantes, tolera la especulación de Francia en la reconstrucción de Haití, silencia los atropellos en el País Vasco, festeja las farras neronianas de Silvio Berlusconi, y niega la ideología negrera que durante cinco siglos dio de comer a sus banqueros y filósofos insignes.
Cuba ha desarrollado un alto sentido de la solidaridad y una fuerte coraza emocional para evitar que las decepciones la dobleguen:
–¿Qué huelga merece Castro si Fariñas muere de hambre?
Pablo Milanés: –Hay que condenar desde el punto de vista humano.
Esas cosas no se hacen.
Las ideas se discuten y se combaten, no se encarcelan.
–¿Qué han hecho los revolucionarios con la revolución?
–Quedarse en el tiempo.
Y la historia debe avanzar con ideas y hombres nuevos. Se han convertido en reaccionarios de sus propias ideas… hace falta otra revolución porque tenemos manchitas.
El sol enorme que nació en el 59 se ha ido llenando de manchas en la medida que se va poniendo viejo.
–¿De qué callada manera hablan los cubanos?
–Los cubanos hablan a través del choteo. El choteo nos salva de la amargura.
–¿Por qué no bastaba que ella (Yolanda) muriera por usted?
–Porque en realidad, el que estaba muriendo era yo (entrevista con El Mundo, periódico de Madrid, 13/3/10).
¿Qué peina más canas?
¿La revolución o los 234 años de ley del Oeste?
Por otro lado, qué bueno que el choteo salve a los cubanos de la amargura.
¿Pero cuál?
¿La deparada por medio siglo de bloqueo, o la de algunos de sus hijos y nietos que arrojan la toalla? Cuidado… No vaya a ser que
otra revoluciónacabe con el legado musical de Pablo Milanés en la hoguera.
La revolución cubana llegó a vieja por sabia, y no por pendeja. Sabe, y no es poco, que ninguna verdad o declaración de amor responde al punto medio.
Porque en el momento que admita restauraciones, cavará un hoyo más profundo que el perforado por los farsantes de la
toleranciay sus mensajes publicitarios de especificación débil.
Yolanda desnudó a Pablo con siete razones que nunca estuvieron muy claras que digamos.
En cambio, las compañeras de cuatro de los Cinco (Olga, Adriana, Elizabeth y Rosa) desnudan con sus razones al imperio.
Y para compensar sus hambres de amor se sostienen con las cinco palabras que los Cinco les envían desde sus prisiones del norte: aquí no se rinde nadie.