Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

"No he visto a soldados estadounidenses distribuyendo alimentos en la calle"

Este testimonio fue levantado por los enviados del diario Gara en Haití. Muchos ciudadanxs reclaman por lo que consideran una “ocupación” por parte de EE. UU. Necesitan agua, comida y medicinas.
Kaos. América Latina |
Este testimonio fue levantado por los enviados del diario gara que se encuentran en Puerto Príncipe.

Muchos ciudadanos y ciudadanas reclamaban por lo que entienden una “ocupación” por parte de Estados Unidos, manifestando que lo que necesitan es ayuda, agua, alimentos, medicinas.

Por otra parte, hoy fue difundida la noticia en al que se informa que “EE.UU. amenaza con llevar presos a Guantánamo a haitianos que intenten salir del país” publicada hace instantes por la cadena Telesurpartir del documento dado a conocer por Eva Golinger.

La toma del palacio de gobierno por las tropas de Estados Unidos en el día de hoy con gran despliegue militar, el control total del aeropuerto que dificulta la circulación de las aeronaves de ayuda humanitaria internacionales, ha generado desconcierto y no pocas quejas oficiales por parte de las delegaciones.

Consignamos partes de tres materiales seleccionados que dan cuenta de esta situación, que a partir de un análisis básico evidencian el alto nivel de ingerencia por parte de esa potencia, por lo que estaríamos ante una virtual ocupación de Haití por parte de los Estados Unidos.

EE.UU. amenaza con llevar presos a Guantánamo a haitianos que intenten salir del país

Telesur. La incursión militar de Estados Unidos en Haití ha generado gran preocupación en la comunidad internacional, debido a los antecedentes de injerencia político-social que tiene la nación norteamericana en el país caribeño.

Ante la oleada de haitianos que intentan migrar de la isla, luego del potente sismo que destruyó gran parte de la nación caribeña, funcionarios estadounidenses han diseñado planes para controlar el éxodo masivo y se están preparando para encarcelar a quienes insistan en abandonar Haití en la prisión de la base ilegal que Estados Unidos (EE.UU.) mantiene en Guantánamo, Cuba.

De acuerdo con un reportaje realizado por la investigadora estadounidense, Eva Golinger, quien cita, entre otras fuentes al diario inglés El Telégrafo, la operación aérea, marítima y de tierra, es llamada "Sentry Vigilante" y fue lanzada oficialmente este martes por el Pentágono y el Departamento de Estado de EE.UU., bajo la supervisión de la Secretaria de Estado Hillary Clinton, quien se encuentra en Haití.

(Ver nota de Eva Golinger destacada en Opinión en portada de Kaos en la Red)

Los marines se despliegan en una capital haitiana exhausta 
Rubén Pascual / Diario Gara. Un importante destacamento de la Marina estadounidense aterrizó ayer en Haití, y acto seguido tomó posiciones tanto en la capital, Puerto Príncipe, como en ciudades que hasta ahora habían carecido de atención. No pocos ciudadanos se manifestaron en contra de lo que consideran «una ocupación» y reivindicaron que lo que necesitan ahora es trabajo y comida. «No he visto a los soldados estadounidenses distribuyendo alimentos en la calle», se quejaban algunos. 

La imagen que se veía ayer en los principales puntos estratégicos de Puerto Príncipe, incluida la explanada del que hasta el terremoto del pasado 12 de enero era el Palacio Presidencial, resulta familiar. Como en Bagdad o Kabul, helicópteros Seahawk con tropas estadounidenses a bordo tomaron tierra en la capital haitiana. Apenas destaca una diferencia: esta vez los soldados llegan más ligeros, sin armas pesadas ni los igualmente pesados trajes de combate. Por lo menos de momento.

Las escuadras llegan, eso sí, bien equipadas con fusiles de asalto, metralletas livianas y lanzagranadas, e incluso se permiten bromear. «¡Sin municiones en la recámara! ¡Sin IBA (Individual Body Armor, blindaje corporal)! ¡Esto es diferente!», comentaba un sargento, haciendo alusión a la regla de todo soldado en zona de guerra: estar listo para abrir fuego y llevar siempre el casco y la protección.

En el devastado Haití no son recibidos con bombas, sino por un gran número de supervivientes angustiados y que se mueren por conseguir cualquier tipo de empleo.

Atraídos por el ruido de los helicópteros, un nutrido grupo de haitianos se arremolina alrededor de la zona de aterrizaje y comienza, como muestra de su total desesperación, a ofrecer sus servicios.

Oficialmente, la misión de los marines y el resto de tropas estadounidenses consiste en brindar productos de primera necesidad, como agua, víveres y material médico a los damnificados por el seísmo. Pero los problemas de Haití son muy anteriores al desastre del pasado martes.

Acogida dispar

Pese a que lo crítico de la situación fuerza a muchos a suspirar por cualquier tipo de ayuda, aunque llegue armada, no pocos haitianos se mostraron reacios al espectacular dispositivo que Washington ha desplegado en el paupérrimo país caribeño.

«¿Qué hacen éstos aquí?», exclamaba un joven mientras veía a los estadounidenses descargando material de sus helicópteros. «Necesito trabajo. Antes que todo esto, necesito un trabajo», se quejaba.

El Ejército de EEUU, que tomó posiciones estratégicas en la capital y también se desplazó a ciudades que hasta ahora han carecido de atención alguna (como Leogane, Petit Goave o Grand Goave, cercanas a la capital y situadas en el epicentro del terremoto), aseguró haber lanzado desde un avión 14.500 raciones de alimentos y 15.000 litros de agua potable en una zona cercana al aeropuerto.

Además, la Armada estadounidense también se hizo cargo de gestionar el tráfico aéreo en la capital haitiana y ha desplegado más de 10.000 soldados, relegando a las fuerzas de las Naciones Unidas a un segundo plano.

De hecho, varios aviones cargados con equipos médicos no han podido aterrizar en el aeródromo capitalino porque, de facto, la prioridad es para las aeronaves de EEUU.

«Es una ocupación. El Palacio es nuestro poder, nuestra identidad, nuestro orgullo», afirmó un hombre, preocupado por el despliegue de la Casa Blanca.

«No he visto a los estadounidenses distribuyendo agua y alimentos por la calle, pero ahora vienen al Palacio», agregaba otro en el mismo sentido.

Las quejas de los ciudadanos han sido compartidas en público por otros países, como Brasil o el Estado francés, que mostraron su malestar por la gestión de Washington, que alega la falta de coordinación, la violencia armada y que aún se debe restablecer el orden para continuar con la ayuda humanitaria.
En esa misma línea, el jefe del equipo de bomberos mexicano denunció ayer ante la cadena de televisión TeleSur el bloqueo que las fuerzas estadounidenses imponen a su trabajo a la hora de llevar a cabo las labores de rescate.

«No nos dejan trabajar»

«Hay gente que está debajo de los escombros con vida y necesitamos rescatarlas, pero no nos dejan trabajar», denunció Carlos Morales Cienfuegos, comandante del grupo de salvamento y paramédicos mexicanos. «Hay dos grupos de rescate, uno civil y otro militar (...) ellos [los estadounidenses] te dicen `si no hay seguridad no sales'», indicó el funcionario.

A nadie sorprenden ya los continuos saqueos y robos de comercios y casas, consecuencia esperable del hambre, la muerte y la desesperación acumuladas a lo largo de una semana. Esa agonía lleva a la gente a robar lo que puede, para luego venderlo o canjearlo por comida. La Policía local trabaja a la par de los agentes extranjeros para evitar que el caos agrave la la trágica situación.

Además, la fuga de unos 3.000 presos de la cárcel más importante del país contribuye al resurgimiento de las guerrillas, debido a que gran parte de los cautivos pertenecían a los grupos armados que defendían el regreso del derrocado mandatario Jean-Bertrand Aristide. Pese a que el presidente Rene Preval logró reducirlas, varios analistas apuntaron que la situación actual de anarquía podría favorecer el resurgimiento de estas guerrillas.
Ante la toma de la capital haitiana por parte de las fuerzas militares estadounidenses, el presidente del Estado francés, Nicolas Sarkozy, se quejó de que el aeropuerto de Puerto Príncipe se haya convertido en «un anexo de EEUU».

A la postre, todos estos gestos demuestran el interés que existe por liderar las labores de reconstrucción del país.

En Estados Unidos saben que el resurgimiento de Haití puede suponer un negocio, ya que el destino de todas las ayudas económicas -donadas por los distintos países y las organizaciones humanitarias- irían a parar a los bolsillos de los inversores privados, como podrían ser, por ejemplo, las empresas dedicadas a la construcción.

Es por ello que tanto el Estado francés (antigua potencia colonizadora) y Brasil (que lideraba el contingente de la o­nU en Haití) se hayan sentido desplazados y hayan buscado elevar sus cotas de protagonismo.
MONTREAL

El Gobierno canadiense avanzó que EEUU, la UE, los principales países americanos, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la o­nU acudirán el día 25 a Montreal a una reunión para coordinar la recuperación del país a largo plazo.

75.000 muertos

El Gobierno haitiano volvió ayer a dar nuevos datos sobre la trágica lista de personas muertas a causa del seísmo, que ya suman 75.000. Sin embargo, se estima que un total de 200.000 personas podría haber fallecido en el desastre.

Otras ciudades olvidadas

El paso del tiempo traduce la tragedia en cifras, y la o­nU dio cuenta de los daños en las ciudades situadas en el epicentro del seísmo. Leogane (134.000 habitantes), a 30 kilómetros de la capital, quedó destruida al 90%. Hay 3.000 muertos y 5.000 desaparecidos. Ningún edificio del Gobierno quedó en pie y todas las infraestructuras fueron destruidas. Jacmel (34.000 habitantes) fue arrasada al 60% y no se sabe nada de las víctimas.GARA

La o­nU aprueba el envío de otros 3.500 cascos azules para evitar «disturbios»

El Consejo de Seguridad de la o­nU aprobó ayer el envío de 3.500 cascos azules más a Haití con el objetivo de «proteger a los pasillos humanitarios y a los convoyes de ayuda» Con estos refuerzos, ascenderá a 12.500 el número de efectivos militares de la Misión de Paz (sic) de la o­nU (Minustah) que llegó a la isla en 2004. A ellos hay que sumar alrededor de 2.000 efectivos civiles.

Fue el propio secretario general de la o­nU, Ban Ki-Moon, quien tras su visita a la zona pidió al Consejo un aumento de los medios humanos de la misión.

La resolución fue adoptada por unanimidad por los quince miembros del Consejo, que decidió mantener a examen la posibilidad de aprobar nuevos aumentos del contingente.

El representante permanente del Estado francés en la o­nU, Gérard Araud, justificó la medida señalando que «debemos estar presentes en los puntos de distribución de la ayuda para asegurarnos de que las cosas se hacen bien». El diplomático galo admitió que se han producido protestas y enfrentamientos, pero insistió en que «no han sido a gran escala ni en todo el país». Recordó asimismo que «disturbios de este tipo se producían ya antes del terremoto».

El jefe de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Riccardo Conti, aseguró ayer que la distribución de ayuda no alimentaria fue suspendida el lunes «por la tensa atmósfera» reinante en un barrio de la capital donde intervenía uno de sus equipos. «Es comprensible. Hay que tener en cuenta la dificilísima situación en la que se encuentran los que lo han perdido todo», reconoció.

El director de operaciones de la o­nU, Alain Leroy, concretó que los nuevos contingentes escoltarán los convoyes humanitarios que llevan ayuda alimentaria a unos 200 puntos de distribución. Vigilarán asimismo los pasillos humanitarios tanto desde República Dominicana como desde el puerto de la capital haitiana.

Por otra parte, en esta misma línea, Rebelión publica la nota  “La militarización de la ayuda de emergencia a Haití ¿Operación humanitaria o invasión?” de Michel Chossudovsky / Global Research (Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández )

El autor se pregunta ¿una operación humanitaria o una invasión?, informando que “Los principales actores de la “operación humanitaria” de EEUU son el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Para Michel Chossudovsky , “ el componente militar de la misión estadounidense tiende a eclipsar las funciones civiles de rescatar a una población desesperada y empobrecida. No son las agencias gubernamentales civiles, como FEMA o USAID quienes están dirigiendo a operación humanitaria global, sino el Pentágono. Y la decisión de llevarla a cabo ha recaído en el Comando Sur de EEUU (SOUTHCOM, por sus siglas en inglés)”.

Entiende el autor que las negociaciones entre Preval y Obama son completamente asimétricas , por lo cual  manifiesta que “ Washington adoptó e impuso unilateralmente las decisiones. La ausencia total de un gobierno en funciones en Haití se utilizó para legitimar, a partir de motivos humanitarios, el envío de una poderosa fuerza militar, que ha asumido de facto diversas funciones gubernamentales.”

En su trabajo publicado, Chossudovsky ofrece una detallada y exhaustiva información acerca de las unidades militares estadounidenses que han indicado oficialmente que serán enviadas a Haití.

El control absoluto que tiene la Fuerza Aérea de los EEUU sobre el aeropuerto de Haití,  implica para Chossudovsky que éste “ha asumido las funciones de control del tráfico aéreo así como la gestión del aeropuerto de Puerto Príncipe. Es decir, el ejército estadounidense regula el flujo de la ayuda y suministros de emergencia que llegan al país en aviones civiles. La Fuerza Aérea de EEUU no trabaja bajo las órdenes o instrucciones de los funcionarios del aeropuerto de Haití. Esos funcionarios han sido desplazados. El aeropuerto está controlado por el ejército estadounidense (Entrevista con el Embajador haitiano ante EEUU R. Joseph, PBS News, 15 de enero de 2010). “

Respecto de lo que llama “Agenda Oculta” el autor entiende que “Aunque el personal del ejército estadounidense se implicará activamente desde el principio en la ayuda de emergencia, esta renovada presencia militar estadounidense en Haití se utilizará para establecer un a firme presencia en el país así como para perseguir los objetivos geopolíticos y estratégicos de EEUU en la cuenca caribeña, en gran medida dirigidos contra Cuba y Venezuela.”

Finalmente Chossudovsky, emite las siguientes conclusiones, que deberán ser tenidas muy en cuenta:
· Haití es un país bajo ocupación militar desde que EEUU instigó el golpe de Estado de febrero de 2004.
· La entrada de diez mil soldados estadounidenses fuertemente armados, junto con las actividades de las milicias locales, podría precipitar al país al caos social.

· Esas fuerzas extranjeras han entrado en el país para reforzar a los “mantenedores de la paz” de la MINUSTAH y a las fuerzas policiales de Haití (integradas por ex tonton-macoute ), quienes, desde 2004, han sido responsables todos ellos de los crímenes de guerra perpetrados contra el pueblo haitiano, incluida la matanza indiscriminada de civiles .

· Esas tropas reforzarán a las actuales fuerzas ocupantes bajo mandato de Naciones Unidas.

· En el país habrá presentes 20.000 soldados extranjeros bajo el mando del SOUTHCOM y de la MINUSTAH. Es absolutamente probable que se produzca la integración o coordinación de las estructuras de m ando del SOUTHCOM y la MINUSTAH.

· El pueblo haitiano ha demostrado un alto grado de solidaridad, coraje y compromiso social, ayudándose unos a otros y actuando con conciencia: bajo condiciones muy difíciles, inmediatamente después del desastre, se formaron espontáneamente equipos de rescate formados por ciudadanos.

· La militarización de las operaciones de ayuda debilitará las capacidades organizativas de los haitianos para reconstruir y restaurar las instituciones del gobierno civil que han resultado destruidas. También impedirá los esfuerzos de los equipos médicos internacionales y de las organizaciones civiles de ayuda.

· Es absolutamente esencial que el pueblo haitiano siga oponiéndose contundentemente a la presencia de tropas extranjeras en su país, especialmente en las operaciones de seguridad pública.

· Es fundamental que los estadounidenses se opongan con todas sus fuerzas a la decisión de la administración Obama de enviar tropas de combate de EEUU a Haití.

· No puede haber verdadera reconstrucción o desarrollo bajo una ocupación militar extranjera.
 

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