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Repugnante intromisión de insolente embajador yanki

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Managua. Radio La Primerísima

El Embajador de Estados Unidos en Managua, Robert Callahan, traspasó con creces la frontera de la diplomacia y admitió sin escrúpulos ni vergüenza sus reuniones conspirativas con la oposición antisandinista, cuyo objetivo político es unir a los partidos de la derecha, en el afán de derrocar al gobierno del Presidente Daniel Ortega, y si no puede, intentar derrotarlo en las elecciones de 2011.

Callahan, un veterano de la guerra fría y experto en separatismo, no sólo admitió sus reuniones con los jefes opositores antisandinistas, sino que defendió su actuación como "profesional" y amparada en el derecho internacional, durante una conferencia organizada por la Cámara Americana de Comercio de Nicaragua (AMCHAM), a la cual asistieron algunos de los jefes de la oposición y de la gran empresa privada.

"Algunos me han acusado a mí y a otros miembros de la embajada de entrometernos en la política interna de este país. Dicen que viajamos con los líderes de la oposición, financiamos sus actividades y que buscamos socavar al partido gobernante.

Han instado públicamente a que me declaren persona non grata. Uno incluso dijo que el hecho que yo me reúna con la oposición era suficiente razón para que se me expulsara. Pues sí, nos reunimos con la oposición. No es tan sólo un derecho bajo la Convención de Viena, sino que es nuestra obligación como diplomáticos profesionales", dijo Callahan.

El embajador yanki agregó que "si nosotros evitamos tener contacto con la oposición aquí y nos reunimos sólo con el gobierno, estaríamos faltando a nuestro deber. Es más, dialogar con personas de todo el espectro político y social es parte esencial de nuestro trabajo y completamente apropiado".

"Así que, permítanme ser claro: sí, nos reunimos con la oposición y seguiremos reuniéndonos con la oposición y con muchos otros, incluso con los miembros del partido de gobierno, cuando ellos estén de acuerdo con reunirse con nosotros", expresó, tras lo cual recibió una cerrada ovación del público.

Según Callahan, sus reuniones con la oposición tienen el mismo rango que las que celebra con el Canciller Samuel Santos y con varios otros ministros y que ha recibido a diputados sandinistas como invitados a recepciones en su residencia.

"Pero no entramos en la política partidaria o en asuntos de interés exclusivo para los nicaragüenses. No viajamos con los líderes de la oposición.

No damos dinero a personas ni a partidos", aseguró. Dijo que "cuando el NDI y el IRI, dos organizaciones que reciben dinero del gobierno estadounidense, organizan un programa o un seminario, invitan a representantes de todos los partidos, frentes, alianzas y coaliciones políticas. Si dichos representantes prefieren no asistir, esa es su elección".

"Sólo pido que quienes nos critican, quienes nos acusan de todo tipo de artimañas, también presenten evidencias creíbles de sus acusaciones. Digo esto con la entera confianza de que dicha evidencia no existe. ¿Por qué? Porque no participamos en política partidaria ni en actividades indebidas", agregó.

Callahan aseguró que su gobierno está "preocupado" por la reciente sentencia de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia del país, que declaró inaplicable la prohibición a la reelección presidencial continua.

El embajador yanki puso el ejemplo de su país para indicar cómo deben hacerse los cambios políticos y de régimen jurídico en las otras naciones.

"Lo que nos preocupa es la manera en que esta decisión fue tomada en Nicaragua, y esto dentro del contexto de la Carta Democrática Interamericana, de la cual son signatarios Nicaragua y Estados Unidos, y mediante la cual se puede hacer un monitoreo de su cumplimiento", sostuvo, recordando que ahí se obliga a una "participación responsable de la ciudadanía" en las decisiones importantes y dispone la "separación de los poderes".

"Desde nuestro punto de vista, la Corte Suprema actuó de una forma indebidamente y atípicamente precipitada, en secreto, con la participación de jueces de un solo movimiento político, y sin debate público ni discusión.

Pensamos que un asunto de tal importancia y que concierne el futuro de la democracia nicaragüense, merece la debida deliberación y análisis.

Esperamos que todos los nicaragüenses tengan una oportunidad para expresarse, ya sea directamente o mediante sus representantes electos, sobre la enmienda a la constitución que permita la reelección del presidente", señaló Callahan.

El discurso del embajador norteamericano corresponde casi exactamente al que los jefes de la oposición antisandinista han enarbolado en las últimas semanas.

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