MISIONES ON LINE
Familiares y amigos recordaron con dolor y lágrimas a los desaparecidos y fallecidos en la última dictadura militar. Jorge Raúl González dijo que su madre falleció mientras era torturada, según le contaron sus compañeros de detención.
Mientras estuvo detenido, el hombre escuchó los gemidos de Susana Ferreyra, “pedía que le saquen, que la quemaban”. Así también vio a Pedro Peczack quien tenía “un hueco en la cabeza donde le salía gusanos, igual que un animal”.
Familiares y amigos recordaron con dolor y lágrimas a los desaparecidos y fallecidos en la última dictadura militar. Jorge Raúl González dijo que su madre falleció mientras era torturada, según le contaron sus compañeros de detención.
Con voces quebradas y lágrimas, familiares y amigos hicieron alusión al “gran vacío” que dejaron los desaparecidos y asesinados en la última dictadura militar, en el marco del juicio de lesa humanidad que ingresó a su etapa final. En el banquillo de los acusados están sentandos los ex coroneles Carlos Humbero Caggiano Tedesco y Juan Antonio Beltrametti, quienes hoy podrán escuchar los últimos cuatro testimonios, para luego aguardar la sentencia del tribunal.
“Mi madre murió en medio de la tortura, cuando la estaban picaneando”, dijo en medio de lágrimas Jorge Raúl González, quien recordó lo que vivió su familia luego de su detención el 25 de abril de 1977.
Esa noche la vivienda que el habitaba junto a su esposa y las de sus padres fueron allanadas. “Alrededor de mi casa había casi 30 soldados, algunos custodiaban la puerta de los vecinos para que no slagan a mirar”, recordó González.
El hombre aseguró que su madre fue detenida en un “acto de venganza, porque mi hermano viajó a Europa dos meses y su esposa murió en Monte Chingolo”.
Luego la madre, Leonor Victorina Chervo de Gonzalez, mantenía contacto con su hijo mediante llamadas telefónicas, además criaba a su nieto luego de su nuera fuera asesinada en Monte Chingolo, hecho ocurrido el 23 de diciembre de 1975, en Buenos Aires.
Por su parte, Eladio Benítez, recordó la detención de su padre, Héctor Puntín y de Esther Cabral junto a su hija de ocho meses, hecho ocurrido el 11 de febrero de 1977 en la chacra de sus padres en la localidad de Bonpland.
Tres días más tarde, Eladio Benítez corrió la misma suerte, siendo apresado luego de que lo engañaran, citándolo en la comisaría para retirar a su padre.
Luego de ser golpeado y compartir la detención en el departamento de información con su padre, Ester Cabrla y Puntín; Eladio Benítez fue dejado en libertad 39 días después.
“El 11 de junio un policía me busca para que retire el cuerpo de mi padre al departamento de información. Hasta hoy nunca me dijeron que pasó”, dijo entre lágrimas el hombre. “Me dijeron que no abra el cajón, pero yo con 17 años puse pecho de hombre y abrí. Lo vi flaco, demacrado”, manifestó Eladio Benítez.
Así también, Angela Esther Benke recordó a su hermano mayor Luis, quien despareció en septiembre de 1977, de su casa en kilómetro 41 de Campo Grande.
“Recorrimos la chacras, las plantaciones, pusimos avisos en la radio, lo esperamos cinco días en el puente y mi mamá vivió más de un año esperando cada colectivo que llegaba a Aristóbulo del Valle”, explicó la mujer.
Así también el primo de Luis Benke, Jorge Modesto Horczuk recordó lo que realizó la familia para ubicarlo, pero no lograron obtener noticias.
“Se vino la tormenta y no pasaba”
“El 24 de marzo llegó la noche amarga y triste”, recordó Eduardo Zurakoski, quien ese día se encontraba junto a Pedro Peczack realizando panfletos y preparando un programa radial cuando e enteraron del golpe militar.
“Pedro dijo que se iba a guardar unos días para que pase la tormenta, pero la tormenta no pasaba”.
Luego de ocultarse en varias casas, Pedro Peczak y Eduardo Zurakoski decidieron internarse en un monte, donde se separaron.
“Ahí, en el monte mataron a Perez Rueda y Hippler”, dijo el agricultor, quien tras estar oculto varios días se entregó porque “no había nadie que nos de un pedazo de pan, porque la gente tenía miedo”.
“Me entregué y me trataron peor que a un trapo de piso, en los días de tortura conocí a los diablos del país, porque esas no son personas”, manifestó.