Estudio del doctor Francisco Mayorga ilustra creciente desigualdad y concentración de capitales en Nicaragua * El país vive de remesas que se gastan en consumo y servicios, dinero improductivo que se escapa hacia las cuentas en el exterior de las grandes familias.
El país está virtualmente gobernado por doce familias que controlan megacapitales de más de cien millones de dólares, en una nación con creciente desigualdad social y concentración de la riqueza en cuentas en el exterior, según el estudio “Megacapitales de Nicaragua” elaborado por el doctor en Economía y ex banquero, Francisco Mayorga.
El economista define un megacapital como aquel conglomerado de empresas con capital superior a los cien millones de dólares, con operaciones concertadas, espacio importante en el sector financiero y con posición hegemónica --o incluso monopólica-- en algún sector de la economía.
“Forman parte de esta exclusiva cúpula de capitales multimillonarios de escala regional, las siguientes familias: Pellas Chamorro, Chamorro Chamorro, Lacayo Lacayo, Baltodano Cabrera, Ortiz Gurdián, Zamora Llanes, Coen Montealegre, Lacayo Gil, y los residentes en el exterior Ernesto Fernández Holmann, René Morales Carazo, José Ignacio González Holmann y Jaime Montealegre Lacayo”, dice Mayorga.
En los últimos 17 años, dice Mayorga, se consolidó en al país un modelo de concentración de capital en la banca privada, el comercio y la economía de servicios, sin verdadera inversión en la producción.
El reino de la banca
Las privatizaciones de las antiguas empresas del sector público, de la distribución de energía eléctrica y telecomunicaciones, así como la contrarreforma agraria, consolidó un nuevo mapa económico en Nicaragua.
Nicaragua ha vivido una metamorfosis de su economía, explica Mayorga: Con el éxodo provocado por la guerra y posteriormente por la falta de empleo, las remesas familiares se convirtieron en la columna vertebral de la economía popular.
Al mismo tiempo, la banca y el comercio de bienes y servicios pasaron a ser el principal eje de acumulación de capital en el país.
Se trata de una banca privada que financia especialmente el consumo de bienes y servicios, una banca que administra sus utilidades en el exterior, sin pagar impuestos por dichas cuentas y sin invertirlas --en general-- en la agroindustria y el sistema productivo del país.
“Ha habido una regresión histórica espantosa.
Lo que estamos haciendo es exportar gente. Las primeras exportaciones de gente aquí la hicieron los hijos de Pedrarias, los Contreras, esos gobernadores inicuos, que agarraban a los indios y los despachaban al Perú.
Ahora no hay necesidad de amarrar a nadie, y la gente se tiene que ir forzada por las circunstancias”, dice Mayorga.
El motor de la economía son los mil millones de dólares anuales de las remesas y la cooperación externa.
El país pasó de una economía agroindustrial de exportación a una economía de importación y de comercialización de bienes y servicios, acota el especialista.
“Nicaragua pasó de tener una oligarquía, una clase media y un proletariado a ser un país con cinco clases sociales.
En primer lugar está una cúpula de doce familias con megacapitales de más de cien millones de dólares a la escala de los capitales regionales, luego unos mil quinientos millonarios, después una clase media muy raquítica --profesionales, comerciantes, dependientes de remesas--, y luego la clase de ingresos bajos, los pobres, como los campesinos que emigran a la ciudad.
Y hay una quinta clase: los expatriados. Centenares de miles de nicaragüenses que viven en California, la Florida y San José, Costa Rica”.
“El modelo funciona así: los expatriados mandan las remesas.
Las familias las reciben y las gastan en bienes y servicios.
Los pequeños comerciantes, por ejemplo, le compran los bienes directamente al distribuidor.
Por ejemplo, compran a Estesa la señal de cable y el teléfono celular a Movistar.
Y luego, estos mil millones de dólares son succionados como por una aspiradora y van subiendo hasta concentrarse arriba en las arcas de los megacapitales, que utilizan su ganancia para invertir fuera de Nicaragua, y no invierten en producción ni exportación en el país, que generaría empleo y crecimiento económico”.
Mayorga afirma que su estudio pretende ser una campanada de alerta sobre la ausencia de un verdadero modelo de desarrollo económico del país.
Éstos son los principales grupos económicos identificados por el economista como megacapitales:
El Grupo Pellas: Es el grupo más grande de Nicaragua y el grupo nicaragüense más importante en Centroamérica.
Siempre ha sido importantísimo, en los años ochenta desarrolló una estructura financiera internacional. El Grupo Pellas llegó a tener US$3,500 millones en activos en el momento en que fue vendido a General Electric.
Desarrollaron la tarjeta Credomatic, operaciones de banca de inversión, una compañía de seguros y almacén de depósitos. Al 2005 contaban con US$519 millones en activos totales.
“Cuando terminen de vender, ellos que tenían un capital de US$380 millones van a terminar recibiendo más de US$1,500 millones, o sea, que van a tener una ganancia de más de US$1,200 millones por haber hecho florecer este negocio en un trabajo de veinte años”, explica Mayorga.
El Grupo Pellas desarrolló un virtual monopolio en el servicio de cable, la distribución de energía --tienen participación accionaria en Union Fenosa-- y en el ámbito de los licores.
“Después del escándalo del metanol es obligado que todo licor se envase, lo cual es patético, porque el guaro lo ha hecho libremente la humanidad desde que Noé lo inventó después del diluvio y ahora no”, se queja Mayorga.
Al igual que con las pequeñas empresas de cable en todo el país, el Grupo Pellas fue adquiriendo las licoreras menores para garantizarse una posición de monopolio a nivel nacional.
Sin embargo, Mayorga saluda la expansión al mercado internacional de la Flor de Caña. “Están actuando como empresarios”, dice.
El líder visible del Grupo es don Carlos Pellas. Cuentan con el ingenio San Antonio, Frutales del San Juan, Casa Pellas, Compañía Licorera de Nicaragua, Cem Comunicaciones, Estesa, Cablenet, el Hospital Metropolitano Vivian Pellas y acciones en Unión Fenosa. También incursionan en la producción de etanol como biocombustible.
Asimismo, tienen la Compañía Cervecera de Nicaragua, la Nicaragua Sugar States, GBM y E. Chamorro Industrial.
El Grupo Uno: Es el segundo a escala a nivel regional, aunque es probablemente el cuarto a nivel nacional, presidido por el doctor Ernesto Fernández Holmann, quien desarrolló una red financiera que iba desde Miami hasta el Perú con operaciones importantes.
Desarrolló la tarjeta Aval, banca de inversión y aseguradora.
El Banco Uno fue recientemente vendido al Citigroup en una megatransacción.
El Banco Uno en Nicaragua contaba con US$247 millones. Cuenta con acciones en Industrial Comercial San Martín, el Ingenio Montelimar, Holcim y Tipitapa Power.
El Grupo Promérica (Banpro): Es el grupo financiero con más activos en Nicaragua, y “se logra ranquear después de la operación de los Cenis, porque este grupo se tragó trescientos millones de dólares en Cenis”, dice Mayorga. Banpro cuenta con un almacén de depósitos, operaciones de bancas de inversión y Banpro Visa, procesadora de tarjetas de crédito.
El Banpro tenía US$775 millones en activos al 2005. Preside este Grupo Ramiro Ortiz Gurdián, grupo que inició sus operaciones mediante el Saint Georges Bank con la isla caribeña de Monserrat.
Tienen participación en Aceitera Real, Payles Shoes, Hotel El Convento, PriceMart, Zona Franca Saratoga y Rappaccioli McGregor.
El Grupo Lafise: Es el segundo grupo financiero en Nicaragua. Es un grupo pequeño a nivel regional, y empezó en los noventa en el mercado de venta de divisas.
“El Grupo Lafise en Nicaragua era un grupo económico mediano, pero dan un salto importante también con la operación de los Cenis”, dice Mayorga. Bancentro, el banco del grupo, tiene su empresa de seguros, un almacén de depósitos, operaciones de banca de inversión y una arrendadora.
El Bancentro contaba con US$623.1 millones en activos totales al 2005.
Controlan el matadero Amerrisque a través de la sociedad en Panamá “Holding Matadero”, y han incursionado en el ámbito de la producción a través de Lafise Agro.
Los líderes del Grupo son los hermanos Enrique y Roberto Zamora.
El Grupo Calsa (familia Lacayo): Tienen participación en Plywood de Nicaragua, Enimosa, Autonica, Excel Automotriz de Nicaragua, Hertz de Nicaragua, Inmobiliaria, Unión Fenosa, La Cava del Vino, Importadora y Distribuidora Ocal, Tiendas Zonas Libre, Agencia Aduanera y Hospital Metropolitano.
El Grupo IPSM: Es un fondo de inversiones para la seguridad social de los oficiales del Ejército Nacional, pero no es considerado por Mayorga como un megacapital.
Son inversionistas minoritarios en el Banco de Finanzas --con aseguradora y banca de inversión--, tienen ferretería, hotel y empresa constructora, entre otras.
Pero no tienen un espacio importante en el sistema financiero ni un monopolio en algún sector de la economía. El BDF tenía activos de hasta US$368 millones en 2005.
El capital de los exiliados
Algunos megacapitales florecieron en el exterior y continúan ahí, producto del talento de sus líderes empresariales.
“Éstos son megacapitales de origen nicaragüense”.
José Antonio Baltodano: en los años ochenta se va a Nueva York y organiza una comercializadora de café y la ranquea como una de las principales del mundo.
José Ignacio González: también ha sido un gran empresario que ha estado fuera del país por muchos años y vive en Costa Rica.
Jaime Montealegre: Es uno de los grandes desarrolladores de proyectos de urbanización en Costa Rica, República Dominicana y otros países.
René Morales Carazo: hermano del vicepresidente de la República. Desarrolló la industria del aceite de palma africana. Montó una distribuidora grande en San Pedro Sula, opera a nivel centroamericano, es accionista fuerte del Grupo Uno.
Piero Coen Montealegre: Desarrolló su megacapital tras la adquisición de la franquicia de Western Union.
También hay otros importantes capitales personales como el del empresario Manuel Ignacio Lacayo y la familia Mántica, de los supermercados La Colonia.
¿Capital sandinista?
Tras la desaparición del Interbank perdió presencia en el sistema financiero. Sólo hay unas doce empresas dispersas incluyendo algunos medios de comunicación, pero quedan completamente por fuera de ser considerados megacapitales.
El doctor Francisco Mayorga identifica que en Agricorp --que tiene el monopolio de la importación de arroz-- el comandante Bayardo Arce es un accionista minoritario.
En el caso de Humberto Ortega dice que hay mucho mito, pues se le ha pintado “como un moderno Midas” pero él no localizó su presencia en grandes grupos financieros.
En el caso de la familia Ortega-Murillo la considera de clase media.
“Hay mucha mitología, mucha ficción”, dice.
En general, indica, las empresas sandinistas fracasaron, y, como se sabe, el banco se los cerraron.
Publicado en el Nuevo Diario.