Pablo Gonzalez

Un análisis político de las elecciones francesas


Primera reflexión: habría que caracterizar a Francia como a una oligarquía liberal con elementos monárquicos y democráticos. 
Es una oligarquía porque manda el poder económico (nacional y europeo) y las élites burocráticos (básicamente el grupo dirigente del partido en el poder). 
El elemento monárquico viene del presidencialismo (una persona con un poder institucional único: el presidente como nuevo monarca). 
Elementos democráticos: el sufragio universal y las libertades políticas).
 Que las elecciones sean presidenciales y no parlamentarias marca este elemento antidemocrático.

Segunda reflexión: Compiten cuatro proyectos. 
El primero es el de la derecha europeista y neoliberal, representado sobre todo por Sarkozy (en total, sobre una tercera parte de los votos). Otro el de la izquierda europeista socialdemócrata, representado sobre todo por Hollande ( en total otra tercera parte de los votos). 
El tercero es el neofascismo nacionalista, representado por Le Pen (algo más del 18% de votos).
Finalmente el proyecto neocomunista, por decirlo así, de transformación del capitalismo y del estado, representado sobre todo por Mélenchon (algo más del 12% de votos).
 La tercera y cuarta opción, suman una tercera parte del electorado y comparten una retórica antisistema. 
¿Qué quiere decir antisistema? 
Quiere decir que cuestionan los proyectos institucionalistas y europeístas de las dos primeras opciones. 
Esto quiere decir que dos tercios de los franceses votan por “el sistema” (Europa y las instituciones) y una tercera parte en contra.

Tercera reflexión: Detrás de las retóricas sistema/antisistema la división real debe hacerse por las prácticas que defienden frente a la crisis. 
Aquí volvemos a la diferencia derecha/izquierda.
 La derecha quiere hacer caer la crisis sobre las clases subalternas, sobre todo los inmigrantes y las clases trabajadoras.

La izquierda cuestiona la lógica del capitalismo y quiere mantener el Estado del Bienestar atacando “los mercados” (poderes financieros) y los ricos. 
Planteado así los votos de la derecha (opción 1 y 3) superan algo a los de la izquierda ( opción 2 y 4).

Cuarta reflexión: El PSF es el partido socialista que ha llevado en Europa políticas más de izquierda, asumiendo sus lastres burocráticos y conciliadoras con los poderes económicas. 
Por ejemplo: la jornada de 35 horas hace un tiempo, una buena manera de repartir el trabajo. 
En este sentido sus propuestas socialdemócratas son hoy anticapitalistas. 
Respecto a su izquierda el Frente de Izquierdas es un paso interesante, que lo sitúa casi en la línea de Alemania, único país europeo donde la izquierda está unificada. 
Los trotskistas, que se han mantenido al margen, se muestran como un gran fracaso sectario, tanto teórica como prácticamente.

Si nos basamos en los estudios sociológicos de voto aparecidos en la prensa hay algún dato importante: la clase obrera vota un 32% a Le Pen, un 22% a Hollande, un 21 % a Sarkozy y un 20% a Mélenchon.
 El voto obrero del malestar se desliza más al neofascismo que a la izquierda real. 
El voto obrero es el único “antisistema”, es el colectivo que más vota tanto al neofascismo como a la izquierda real. 
En el voto a Sarkozy dominan los empresarios y jubilados. 
En el voto a Hollande los parados y los trabajadores cualificados.

http://sociologosplebeyos.wordpress.com/2012/04/27/un-analisis-politico-de-las-elecciones-francesas-por-luis-roca-jusmet/

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