Estados Unidos ha incautado otro petrolero frente a las costas de Venezuela, aumentando la presión sobre Caracas pocos días después de que el presidente Donald Trump anunciara un bloqueo “total y completo” de los envíos de petróleo sancionados unilateralmente.
La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, confirmó la redada el sábado y dijo que la Guardia Costera estadounidense, con el apoyo del Departamento de Guerra, detuvo un petrolero que había atracado recientemente en Venezuela.
Noem también publicó un video de la operación en un post en X, afirmando que la acción antes del amanecer tenía como objetivo el “movimiento ilícito de petróleo sancionado” supuestamente utilizado para financiar el “narcoterrorismo” en la región.
La medida se produce en medio de una concentración militar estadounidense cerca de Venezuela y sigue la orden de Trump de principios de esta semana de bloquear la entrada y salida de todos los petroleros "sancionados" del país.
Sin embargo, a diferencia de un petrolero incautado a principios de este mes, el buque interceptado este fin de semana no estaba sujeto a sanciones estadounidenses y transportaba crudo venezolano con destino a Asia, según CNN.
La incautación se llevó a cabo en aguas internacionales y constituye la segunda interdicción de este tipo en las últimas semanas.
Desde la primera, varios buques han permanecido en aguas venezolanas, prefiriendo no ser incautados, lo que ha reducido drásticamente las exportaciones de crudo del país.
A principios de esta semana, Trump acusó a Venezuela de “robar” activos e inversiones petroleras estadounidenses, diciendo que Washington “los quiere de vuelta” y advirtiendo que de lo contrario Caracas sentiría la ira de la “armada más grande jamás reunida en la historia de América del Sur”.
La creciente campaña de presión estadounidense desde septiembre ha incluido despliegues navales, confiscación de buques y docenas de ataques estadounidenses contra supuestos barcos de narcotráfico cerca de Venezuela, que según funcionarios estadounidenses han matado a más de 100 presuntos miembros del cártel.
Caracas ha negado cualquier implicación en el narcotráfico y ha condenado las incautaciones y el bloqueo como actos ilegales de piratería, advirtiendo que defenderá su soberanía. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha acusado a Washington de buscar un cambio de régimen para controlar las vastas reservas petroleras del país.
Rusia y China también han intervenido, instando a la moderación.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que la escalada de tensiones podría provocar "acontecimientos imprevistos", mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores chino afirmó que Pekín se opone al "unilateralismo y la intimidación" y apoya el derecho soberano de Venezuela a comerciar libremente.
Estados Unidos no ha descartado más medidas; Trump dijo recientemente que incluso los ataques terrestres contra Venezuela siguen sobre la mesa.
