
Traer la producción a Estados Unidos o pagar las consecuencias.
¿Y qué siguió? Una maniobra de poder de más de 600 mil millones de dólares que nadie vio venir
El viernes por la mañana, el expresidente Donald Trump recurrió a Truth Social para dirigirse directamente al director ejecutivo de Apple, Tim Cook.
Su mensaje fue inequívoco: "Espero que sus iPhones, vendidos en Estados Unidos, se fabriquen y construyan en Estados Unidos, no en India ni en ningún otro lugar".
La declaración fue un ultimátum firme, que recalcó su postura sobre la fabricación nacional y la política económica.
Trump no solo lanzaba amenazas vanas. El viernes por la mañana, escribió en Truth Social un mensaje directo al director ejecutivo de Apple, Tim Cook: "De no ser así, Apple deberá pagar un arancel de al menos el 25 % a EE. UU."
Esta declaración no surgió de la nada: tan solo dos días antes, el miércoles, Trump ya se había reunido con Tim Cook en la Casa Blanca.
El momento lo dice todo.
Lo que se dijera en esa reunión privada, claramente no le salió bien a Trump.
Tan solo 48 horas después, recurrió a las redes sociales con amenazas públicas, dejando pocas dudas sobre su frustración.
Y el mercado no tardó en reaccionar.
Las acciones de Apple cayeron un 2,6% en las primeras operaciones del viernes.
Pero eso fue solo el comienzo.
La conmoción repercutió en el mercado en general: el S&P 500 cayó un 1%, el Dow Jones bajó un 0,7% y el Nasdaq perdió un 1,1%.
Los inversores no solo reaccionaban a Apple. Sabían que había mucho más en juego.
Obviamente, Apple no es una empresa cualquiera.
Es la marca más valiosa del mundo.
Y la amenaza de Trump expuso una vulnerabilidad enorme en todo su modelo de negocio.
Esto es lo que la mayoría de la gente pasa por alto: Apple fabrica la mayoría de los iPhones en China.
Pero han estado trasladando discretamente la producción a la India para evitar los aranceles chinos.
Más de la mitad de los iPhones vendidos en EE. UU. se fabrican ahora en la India.
Cook incluso afirmó que aumentarían la producción india en un 65 % este otoño.
Pero Trump acaba de cerrar esa laguna legal: "Ni en India ni en ningún otro lugar".
Trump quiere la producción del iPhone en suelo estadounidense. Punto.
Pero los analistas del sector califican esta demanda de "cuento de hadas".
El analista de Wedbush Securities, Daniel Ives, no se contuvo...
Creemos que la idea de que Apple produzca iPhones en EE. UU. es un cuento de hadas inviable.
¿Por qué? La situación económica es desastrosa.
Los iPhones de gama alta costarían hasta 3500 dólares cada uno si se fabricaran en Estados Unidos.
Eso es el doble del precio actual.
Pero Apple captó el mensaje claramente...
En febrero, anunciaron una inversión de 500 mil millones de dólares en la industria manufacturera estadounidense durante cuatro años.
Están construyendo una fábrica de 23.000 metros cuadrados en Houston para servidores.
Mientras tanto, Trump no se detiene en Apple.
También amenazó con imponer un arancel del 50% a la Unión Europea a partir del 1 de junio.
"¡Nuestras conversaciones con ellos no llevan a nada!"
No se trata solo de comercio.
Se trata de reestructurar la manufactura global.
Y otras empresas ya están respondiendo...
TSMC acaba de anunciar una inversión de 100 mil millones de dólares en la fabricación de chips en EE. UU.
Tres nuevas plantas de fabricación, dos plantas de envasado y un centro de investigación en Arizona.
Trump: «Los chips de IA más potentes del mundo se fabricarán aquí mismo, en Estados Unidos».
Pero la verdadera historia no son los aranceles...
Se trata de influencia económica.
Trump está usando el enorme mercado de consumo estadounidense como arma.
Compra productos estadounidenses o paga el precio.
Y está funcionando.
Pero esto es lo que realmente revela esta historia: Apple creía que su poder privado los protegería.
Acceso a la sala de juntas. Relaciones regulatorias. Influencia corporativa.
Pero Trump tenía algo que no podían comprar:
La capacidad de moldear la percepción de millones de personas.
Una publicación. 118 mil millones de dólares en movimiento.
¿El poder institucional de Apple?
Es insignificante comparado con una sola voz con una plataforma que impulsa el cambio solo por convicción.
Este es el poder de la influencia personal.
Y los fundadores más visionarios de hoy deben comprender este cambio o arriesgarse a quedarse atrás.
La plataforma personal de Trump trasciende a todos los guardianes, brindándole acceso sin filtros a su audiencia.
Con ese alcance, puede:
• Transformar mercados al instante
• Compartir información a demanda
• Obtener respuestas directas de las partes interesadas
Esto no es solo influencia: es la nueva realidad de los negocios.