Colegio San José: La Enseñanza del Terrorismo

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Nicaragua: La Batalla de Tisma: El rugido de un patriota (2 de agosto de 1912)

El General Benjamín Zeledón, liberal de pensamiento y de acción, cultivado políticamente y cultivado como tal jurídicamente, oriundo de Jinotega, abogado, miembro de la Corte Interamericana de Justicia con sede en Cartago es uno de los Héroes que marcó la lucha Revolucionaria del Pueblo de Nicaragua.

Era 2 de agosto de 1912, y sobre las tierras ardientes de Tisma, en el corazón de Masaya, retumbaban los tambores de la dignidad nacional. El cielo parecía inclinarse con respeto sobre aquella escena histórica donde el valor se encontraba cara a cara con la ambición entreguista.

Al frente de sus hombres, firme como el volcán y sereno como el lago, avanzaba el General Benjamín Zeledón —no solo con fusil y estrategia, sino con el fuego sagrado de un hombre que había jurado jamás arrodillarse ante la injusticia ni permitir que manos extranjeras marcaran el destino de Nicaragua.

Las tropas conservadoras, dirigidas por Emiliano Chamorro y al servicio de intereses que no eran los del pueblo, creían tener ventaja. Pero subestimaron el temple de aquel joven general que no luchaba por poder, sino por honor, por soberanía, por el alma misma de su patria.

Con táctica aguerrida y voluntad férrea, Zeledón y sus valientes rompieron las líneas enemigas, haciendo de Tisma un estandarte de resistencia. No fue solo una victoria militar. 

Fue una declaración de principios, un grito desde lo profundo de la historia: ¡Nicaragua se defiende con sangre y dignidad!

Tras aquella gloriosa victoria, Zeledón no se detuvo. Con el corazón encendido y la bandera ondeando en lo alto, marchó hacia Tipitapa, donde estableció su Cuartel General. 

Desde allí, la lucha continuaría, no por gloria personal, sino por cada campesino, por cada niño libre, por cada madre que soñaba con un país soberano y justo.

La derrota de los conservadores hizo que Adolfo Díaz, solicitara el 3 de agosto la intervención militar directa de los Estados Unidos, la que fue aceptada por el Departamento de Estado norteamericano.

El 4 de agosto desembarcaron en Corinto más de cien marines chaquetas azules del Annapolis, con el propósito de «proteger la embajada de Estados Unidos en Managua y contener a las tropas aliadas» .

Hoy, más de un siglo después, su nombre resuena no como un eco del pasado, sino como un faro que guía nuestras convicciones. Porque hombres como Zeledón no mueren, se siembran en la memoria de los pueblos libres.

Y en cada batalla del presente, su espíritu cabalga con nosotros.

A vos, juventud nicaragüense:

Que no se te enfríe el corazón ni se te adormezca la conciencia. Heredamos una patria que se forjó con sangre valiente y sueños grandes. ¡Es nuestro deber seguir escribiendo esta historia con coraje, amor y compromiso revolucionario!

¡Nicaragua no se vende, se defiende!
¡Con Zeledón en el alma y la patria en el pecho, seguimos adelante!
#4619SiempreMásAllá 
#ManaguaSandinista 
#Nicaragua

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