La pintura de John Gast de 1872 “American Progress”, que representa el Destino Manifiesto
por Frei Betto
La guerra es como Jano: tiene más de una cara. Además de la guerra militar, también existen guerras diplomáticas, económicas, políticas y culturales. La guerra cultural consiste en imponer la versión de la realidad del grupo dominante a los dominados. Esto es lo que las industrias del entretenimiento de Disney y Hollywood siempre han hecho.
Ahora, Trump ha declarado la guerra económica a Brasil al prometer que, a partir del 1 de agosto, impondrá aranceles del 50% a los productos brasileños importados por Estados Unidos si el caso contra Bolsonaro, que considera una “caza de brujas”, no es desestimado de inmediato.
Esta interferencia imperialista en el poder judicial brasileño (ocho jueces de la Corte Suprema fueron prohibidos de entrar a Estados Unidos) sólo tiene un precedente serio en más de 200 años de relaciones entre los dos países: el golpe de 1964 que derrocó al presidente electo constitucionalmente, João Goulart, e impuso una dictadura militar que duró 21 años.
Como Lula declaró a CNN el 17 de julio, Trump «no fue elegido para ser emperador del mundo». Pero así se siente al gobernar la mayor potencia económica, militar e industrial de la historia.
El 25 de junio, los líderes de la OTAN, reunidos en La Haya con la presencia de Trump, cedieron ante las demandas de Estados Unidos de que Europa aumentara su gasto militar para pagar el escudo protector de Washington sobre todo el continente.
Los países de la OTAN, que actualmente invierten 2,7 billones de dólares en guerra, acordaron formalmente aumentar su gasto militar al 5% de su producto interno bruto para 2035. Con el aumento al 5% del PIB, el valor de la cornucopia bélica ascenderá a 3,8 billones de dólares.
En 2024, el gasto militar mundial total ascendió a 3,7 billones de dólares. El presupuesto de la ONU, incluyendo el asignado a preservar la paz en el planeta, es de 3.720 millones de dólares, lo que representa solo el 0,1 % del presupuesto mundial para la adquisición de armas.
Otro blanco del ataque de Trump contra Brasil es Pix, el sistema de transacciones financieras más avanzado del mundo, gratuito para particulares. ¿Por qué está tan enojado el "emperador del mundo" con esta aplicación?
Pix compite directamente con poderosas empresas estadounidenses: grandes compañías de tarjetas de crédito, servicios de pago como PayPal y compañías de remesas, que temen la eventual integración global de sistemas similares al Pix brasileño (algo mucho más viable que la “moneda BRICS”).
Pix hace lo mismo que estas empresas, solo que sin cobrar a particulares (solo cobra a personas jurídicas, mediante contratos). Y lo que Trump, cabildero de los dueños del mercado, quiere hacer es reemplazar el Pix gratuito con empresas "hechas en EE. UU." que se quedarán con parte del dinero de los brasileños mediante comisiones y cargos anuales. Además de controlar nuestras finanzas.
Tras la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, Estados Unidos volvió a abrazar con todo su corazón y alma la doctrina que siempre había motivado su postura imperialista: el “destino manifiesto”.
La expresión fue acuñada por el periodista John L. O'Sullivan en 1845, cuando argumentó que el país tenía el derecho -e incluso el “deber divino”- de expandir su territorio para inculcar la democracia, el progreso y los valores cristianos en otros pueblos.
En resumen, civilizar el continente americano, una idea que luego pasó a abarcar a todos los países y que hoy significa hacer girar el planeta en torno a los dictados de la Casa Blanca.
Dentro de esta idea imperialista se cultivó la creencia de que los anglosajones blancos son superiores y por tanto tienen derecho a dominar a los pueblos indígenas, latinoamericanos, africanos y asiáticos.
Una de las imágenes más emblemáticas del “destino manifiesto” es la pintura de John Gast de 1872, American Progress, expuesta en el Museo Autry del Oeste Americano en Los Ángeles.
La figura central, Columbia (la personificación femenina de Estados Unidos), lleva un libro y cables telegráficos que simbolizan el conocimiento y la tecnología. A la izquierda, oscuridad: indígenas, búfalos y paisajes agrestes. A la derecha, luz: colonos, vías de tren, barcos, «progreso».
Representa la marcha de la civilización hacia el oeste, arrasando con todo lo «bárbaro».
La prueba de que Trump es la encarnación de Colombia (la versión femenina de Colón, el “descubridor” del Nuevo Mundo) es que en medio de sus maniobras intervencionistas en la economía y el poder judicial brasileño, el día 23, se atrevió a enviar a su encargado de negocios en Brasil, el embajador Gabriel Escobar, a decir a las autoridades que Estados Unidos está interesado en los minerales críticos y las tierras raras de Brasil.
Los minerales críticos incluyen niobio, grafito, níquel, cobalto, litio y cobre.
Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos de la tabla periódica que incluye 15 lantánidos, además del escandio y el itrio. No son realmente "tierras", sino minerales complejos, como la bastnasita, la monacita, la xenotima y las lateritas ricas en itrio, que se utilizan en la tecnología moderna.
El término «raros» se utiliza porque son difíciles de separar y purificar, ya que suelen presentarse juntos en minerales complejos. En resumen, el nombre «tierras raras» refleja la dificultad de extraer y purificar estos elementos, no su escasez.
Las tierras raras son esenciales para la fabricación de imanes permanentes de alta potencia utilizados en turbinas eólicas, vehículos eléctricos, productos electrónicos y equipos militares. También se emplean en catalizadores, baterías, lámparas, pulimentos, vidrios especiales, fibra óptica y aplicaciones médicas.
En resumen, Trump está haciendo campaña bajo el lema “Make America Great Again”, lo que significa volver al imperialismo más feroz para asegurar la supremacía estadounidense en todas las áreas y castigar a cualquier “país problemático” que se niegue a adoptar las políticas de globalización, neocolonialismo y tutela estadounidense.
Así como el genocidio palestino perpetrado por el actual gobierno israelí en Gaza multiplica el rechazo al sionismo en todo el mundo, el carácter imperialista de la administración Trump refuerza la visión crítica de Estados Unidos y el capitalismo. No hay mal que por bien no venga.
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Fuente: Traducción de Cubadebate Resumen Latinoamericano—Inglés
Frei Betto es un teólogo de la liberación y fraile dominico brasileño de renombre internacional. Autor de 60 libros de diversos géneros literarios, entre ellos novelas, ensayos, novelas policiacas, memorias, libros infantiles y juveniles, y obras religiosas. En 1985 y 2005, recibió el Jabuti, el premio literario más importante del país. En 1986, fue nombrado Intelectual del Año por la Unión de Escritores de Brasil. Asesor de movimientos sociales y del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, ha participado activamente en la política brasileña durante los últimos 50 años. Es autor del libro Fidel y la religión.
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