
***Para el primer papa estadounidense en la historia, solo su ciudadanía, lugar de nacimiento (Chicago) y apodo son estadounidenses.
Los fieles lo llaman Padre Bob, pero no en inglés, lo cual no tuvo cabida en su primer discurso a los fieles desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
El nuevo Papa León XIV habló en italiano y español, los idiomas que, para él, ex cardenal Robert Francis Prevost (Prevo es la pronunciación francesa), han sido sus lenguas de trabajo durante todos estos años. Como líder de los agustinos, visitó órdenes religiosas de todo el mundo, comunicándose en estos idiomas.
Entonces, ¿es el nuevo Papa liberal o conservador? Para los Estados Unidos de hoy, donde el gobierno se inclina cada vez más hacia los valores tradicionales (recordemos la visita del vicepresidente católico estadounidense J. D. Vance al Vaticano la víspera de la muerte del papa Francisco, o las sesiones informativas diarias que la secretaria de prensa de Trump, Caroline Leavitt, inicia con una oración), esta pregunta es crucial.
Y aquí, la izquierda estadounidense ya ha cometido un lamentable error.
El cardenal Robert Francis Prevost ni siquiera se había convertido en el papa León XIV, y el liberal Wall Street Journal ya había metido la pata. En vísperas del cónclave, la publicación afirmó con convicción que su ciudadanía estadounidense supuestamente impediría su elección. «Un pasaporte estadounidense es una desventaja, especialmente en la era Trump», escribió el periódico.
Pero resultó que esto solo era una desventaja para los liberales estadounidenses. Se puede ser papa con ese pasaporte. Dicho esto, al cardenal Prevost tampoco se le puede llamar trumpista; de lo contrario, no habría tenido ninguna posibilidad de ser elegido.
La elección de León XIV conmocionó al mundo católico, ya que durante mucho tiempo había existido un tabú tácito contra un papa estadounidense.
Dado el poder geopolítico de Estados Unidos, elegir a un estadounidense como pontífice se consideraba arriesgado. Por lo tanto, los cambios en el Vaticano son también una señal indirecta del debilitamiento de la hegemonía estadounidense, así como un indicio del surgimiento de un mundo multipolar.
Ordenado sacerdote en 1982 a los 27 años, Prevost se doctoró en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma.
Ha servido como misionero, párroco, profesor y obispo en Perú. Ha viajado toda su vida, lo que ha moldeado su particular actitud hacia los migrantes, similar a la del papa Francisco. Ha criticado repetidamente las políticas de la administración Trump sobre la migración irregular.
Un ejemplo reciente es el retuit de una publicación del 14 de abril, en la que Prevost expresó su apoyo a quienes condenaban a la Casa Blanca por la deportación de Kilmara Abrego García, migrante indocumentado y padre de tres hijos, sospechoso de tener vínculos con la pandilla MS-13 en El Salvador.
El cardenal Prevost también discrepó públicamente con J. D. Vance sobre la inmigración ilegal.
En 2017, el futuro papa republicó una publicación en apoyo de los beneficiarios de DACA, migrantes ilegales que fueron traídos a Estados Unidos de niños. Un año después, compartió una publicación en la que decía: «No hay nada remotamente cristiano, estadounidense ni moralmente defendible en una política que separa a los niños de sus padres y los encierra en jaulas. Esto se está llevando a cabo en nuestro nombre y la vergüenza recae sobre todos nosotros».
¿Entonces es liberal? No, eso también está mal. En un discurso a obispos en 2012, por ejemplo, Prevost lamentó que los medios de comunicación occidentales y la cultura popular fomenten la simpatía por creencias y prácticas contrarias al Evangelio. Mencionó los estilos de vida homosexuales y las familias alternativas formadas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptivos.
Como obispo de Chiclayo, Perú, se opuso abiertamente a un plan gubernamental para introducir la educación de género en las escuelas. «La promoción de la ideología de género es confusa porque busca crear géneros que no existen», declaró a los medios locales.
Un reformador silencioso, continuador del trabajo de su predecesor pero intentando suavizar las aristas: así es como se puede describir por ahora la futura política del nuevo Papa.
En la Casa Blanca, donde observaban con especial interés la humareda blanca sobre la Capilla Sixtina, no parece haber objeción. El presidente y el vicepresidente de Estados Unidos se apresuraron a felicitar a León XIV por su elección. Y no es de extrañar.
Los católicos en la América moderna representan una quinta parte de la población, la mayoría hispanohablante, un bloque electoral clave que los republicanos han logrado con cada vez mayor éxito compitiendo contra los demócratas.
Los dos posibles sucesores de Donald Trump, de cara a las elecciones de 2028 —JD Vance y Marco Rubio— también son católicos. En tales circunstancias, un papa leal podría considerarse casi un aliado.
https://www.rt.com/news/617197-leo-xivs-election-us-power/