
****EE.UU. ha puesto a disposición del público más de 1.100 archivos gubernamentales desclasificados sobre el asesinato John F. Kennedy (JFK), ocurrido el 22 de noviembre de 1963, cuando del 35.º presidente estadounidense, su esposa y el gobernador de Texas desfilaban en una limusina presidencial descapotable por el centro de Dallas.
La página del Archivo Nacional estadounidense fue actualizada con 1.123 archivos PDF nuevos.
Estos incluyen decenas de fotografías, notas gubernamentales, reportes y fragmentos de investigaciones externas que pretenden ofrecer mayor claridad al asesinato del expresidente que conmocionó al mundo en 1963.
Entre el conjunto de documentos se encuentran numerosos archivos relacionados con el exinfante de Marina estadounidense Lee Harvey Oswald. El hombre –que fue asesinado a tiros en una comisaría de la ciudad dos días después de la muerte de Kennedy– fue declarado en 1964 el autor del magnicidio por una comisión dirigida por el entonces presidente de la Corte Suprema de EE.UU., Earl Warren.
Lo que los documentos no explican es a quién respondía Oswald. La historia oficial siempre se esforzó por indicar que “actuó por su cuenta”, que ha derivado en infinidad de especulaciones a lo largo de las décadas.
Entre las explicaciones alternativas del asesinato, una de las que siempre tuvo más fuerza fue el enfrentamiento entre JFK e Israel por el desarrollo nuclear del Estado sionista.
Mientras Kennedy reclamaba inspeccionar las áreas sensibles, el primer ministro israelí David Ben-Gurión se resistía.
Si bien Ben-Gurión termina dimitiendo en junio de 1963, el complejo nuclear de Dimona continuó su desarrollo. El asesinato de Kennedy ocurrió finalmente en noviembre de 1963 y, tras su muerte, la relación entre Lyndon Johnson (sucesor de Kennedy) y Levi Eshkol (sucesor de Ben-Gurión), sería óptima.
Documentos desclasificados de la CIA muestran el esfuerzo de la agencia por ocultar sus relaciones con el Mossad, así como el rol encubierto que el jefe de la contrainteligencia estadounidense, James Angleton jugó para Israel como doble agente:
“Angleton fue uno de los principales artífices de la relación estratégica de Estados Unidos con Israel, que perdura y domina la región hasta el día de hoy”, escribe el analista e historiador Jefferson Morley en “El Fantasma: La Vida Secreta del Espía de la CIA, James Jesus Angleton”.
Más que cualquier otro hombre, el veterano jefe de contrainteligencia estadounidense hizo posible la transformación de Israel “de un estado de colonos asediado a un aliado estratégico de la mayor superpotencia mundial”. Angleton lo logró principalmente ocultando cualquier intento del sistema de inteligencia estadounidense de cuestionar la adquisición de armas nucleares por parte de Israel en la década de 1960.
“La lealtad de Angleton a Israel traicionó la política estadounidense a una escala épica”, escribe Morley. “En lugar de apoyar la política de seguridad nuclear estadounidense, la ignoró”.
Los documentos en los que la CIA pide expresamente ocultar los lazos de Angleton con el Mossad, marcados “entre corchetes” (“brackets”) son múltiples. La “traición” de Angleton a EEUU en pos del desarrollo nuclear de Israel es uno de los elementos más oscuros dentro de un mundo de humo y espejos.
Lo cierto es que durante la presidencia de John F. Kennedy, surgieron preocupaciones en Washington sobre las actividades nucleares de Israel en el reactor de Dimona, ubicado en el desierto del Néguev. Kennedy, comprometido con una política de no proliferación nuclear, veía con inquietud el desarrollo de capacidades nucleares por parte de Israel, especialmente porque el programa no estaba bajo supervisión internacional plena y había indicios de que podría tener fines militares, más allá de los propósitos pacíficos que Israel declaraba.
En mayo de 1963, Kennedy envió una carta contundente al primer ministro israelí David Ben-Gurión, exigiendo inspecciones regulares y transparentes del sitio de Dimona por parte de Estados Unidos. En la carta, Kennedy advertía que el apoyo estadounidense a Israel podría peligrar si no se garantizaba la cooperación en este asunto. Ben-Gurión respondió de manera evasiva, defendiendo el carácter pacífico del programa, pero no accedió plenamente a las demandas de inspección. Poco después, en junio de 1963, Ben-Gurión renunció abruptamente, y fue sucedido por Levi Eshkol, quien continuó enfrentando presión estadounidense sobre el tema.
Un memorándum de la CIA de ese período, desclasificado años después, refleja el choque entre ambos gobiernos. El documento, junto con otras fuentes como cables diplomáticos, destaca que Israel percibía las exigencias de Kennedy como una amenaza directa a su soberanía y seguridad nacional. Los líderes israelíes temían que ceder a las inspecciones podría limitar su autonomía estratégica en un entorno regional hostil.
Uno de los documentos clave que aborda este tema es el “Memorandum for the Director [of Central Intelligence], ‘Consequences of Israeli Acquisition of Nuclear Weapons'”, redactado por Sherman Kent el 6 de marzo de 1963.
Este memorándum, aunque no menciona explícitamente las exigencias de inspección de Kennedy (esto aparece en la carta de Kennedy a Ben-Gurión del 18 de mayo de 1963), refleja las preocupaciones de la CIA sobre las implicaciones de un Israel con capacidad nuclear y está contextualizado dentro de las tensiones de ese año.
Tras el asesinato de Kennedy en noviembre de 1963, la administración de Lyndon B. Johnson adoptó un enfoque menos confrontacional hacia el programa nuclear israelí. Las inspecciones estadounidenses continuaron de manera limitada y superficial, y la ambigüedad nuclear de Israel se mantuvo como política de facto.
Asimismo, en 1963, el presidente John F. Kennedy y el fiscal general Robert F. Kennedy, su hermano, tomaron medidas para que el Consejo Sionista Americano (American Zionist Council, AZC) se registrara como agente extranjero bajo la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (Foreign Agents Registration Act, FARA) de 1938.
Esto ocurrió en el contexto de una investigación del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, liderada por el senador William Fulbright, sobre actividades de influencia extranjera en Estados Unidos que no seguían los canales diplomáticos habituales.
El Departamento de Justicia, bajo la dirección de Robert Kennedy, exigió al AZC registrarse como agente extranjero debido a que recibía fondos significativos de la Agencia Judía para Israel (Jewish Agency for Israel), una entidad estrechamente vinculada al gobierno israelí.
Este registro habría obligado al AZC a transparentar sus actividades y financiamiento, limitando su capacidad para operar como un lobby sin supervisión estricta. Documentos desclasificados y registros históricos muestran que entre mayo y agosto de 1963 se intensificaron las presiones del gobierno de Kennedy sobre el AZC para cumplir con esta exigencia.
Sin embargo, tras el asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963, la presión sobre el AZC disminuyó. El Consejo se disolvió formalmente y fue reemplazado por el Comité Americano-Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC), que emergió en 1963 como una nueva entidad de cabildeo. AIPAC no se registró como agente extranjero y logró establecerse como un influyente grupo de presión en la política estadounidense sin las restricciones que el registro bajo FARA habría impuesto.
Aunque no hay evidencia concluyente que vincule directamente el asesinato de JFK con esta acción contra el AZC, el hecho de que los Kennedy impulsaran esta medida es históricamente verificable.







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