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*****Fue un poderoso Cacique y férreo guerrero protector de su pueblo amado los Sutiava quien luchó en contra de los españoles defendiendo la libertad y sus principios indígenas.
Murió ahorcado en un árbol de tamarindo después de un enfrentamiento contra los conquistadores.
Unos de los valores más representativos del pueblo indígena de Subtiaba, de importancia y que llena de orgullo, identidad y patriotismo es la leyenda del cacique Adiac que también se le conoce como cacique del Tamarindón.
Dicen los abuelos que el Cacique fue el que recibió a los emigrantes leoneses que pretendiendo asilo temporal, llegaron hasta sus aposentos.
Él juntó a una delegación de sus guerreros y el concejo de ancianos, dialogaron y negociaron la estadía temporal.
Se cuenta que fue un gran guerrero, de batallas en Olocotón, El Apante, El Opico, Orota y el Ostayo.
Se dice que Adiac confió mucho en la palabra de sus vecinos y que por eso fue capturado al noroeste de Subtiaba, asesinado y colgado en el antiguo árbol del Tamarindón.
Como símbolo de terror y dejar secuela sicológicas fue dejado por días como para doblegar el coraje de su pueblo.
A pesar de el anonimato y el bozal históricos que algunos imponen, Adiac vive en el corazón y nervio de cada descendiente de Subtiaba. Sigue viva en la memoria colectiva la figura de este hombre.
A pesar de los atropellos, esta leyenda no sufrió transformación a partir de la realidad y continúa vigente.
Más que una leyenda es un ejemplo de casta y heroísmo.