El arma más efectiva con la que siempre ha contado el poder, y que hoy le hace completamente invencible y omnipotente, es la confirmación de esa tendencia instintiva que muestra el pueblo hacia la desmemoria, la falta de discernimiento y la estupidez.
Cuando dos de los peores genocidas del siglo XX, Margaret Thatcher en 1979 y Ronald Reagan en 1981, accedieron a la regencia de la anglosfera y consolidaron el sistema más criminal de toda la historia de la humanidad, el Neoliberalismo, que más de cuatro décadas después sigue mostrando su miseria, su putrefacción y su deshumanización globalizada más sangrienta, la denominada "Dama de hierro" -por su psicopatía manifiesta, algo que aquel tiempo demostró y la historia ha confirmado- acuñó la siguiente máxima:
"La economía es el método, pero el objetivo es cambiar el alma."
El pueblo hoy cuenta con la misma tendencia intrínseca a la desmemoria, la falta de discernimiento y la estupidez de siempre, pero además ha asumido, por todo lo anterior, el alma podrida que consiguió moldear una psicópata, un oligofrénico y sus respectivos equipos administrativos.
No existe terapia de autoayuda para quien se deja neutralizar, ésta alimenta exclusivamente a ilusos e iluminados, sino concienciación de que es muy difícil caer más bajo de lo que ya se ha caído, retomar la humildad para con la comunidad que forma el prójimo, reconociendo el error, la humillación y la derrota aplastante que ha sido elegida con los brazos abiertos por el propio pueblo, solo así la llama de la revolución será posible, quizá para los que serán nuestros nietos, o para sus hijos, la revolución empieza en nuestras casas, ese es el papel de nuestras generaciones en este tiempo que sufre del absolutismo más atroz que hemos vivido como especie, y no es una tarea menor, sino el eslabón que nos ha tocado lidiar.
Pd. Los que vengáis con la fe en el pueblo actual y en las sagradas escrituras de los que sangraron y murieron por la comuna humana, manteneos callados para no mostrar vuestra estupidez y egolatría mesiánica creyéndoos más importantes de lo que sois, ese es el principal síntoma de los que poseen ese "alma" thatcherista Y Ocentrista, incluso yo mismo padezco esa enfermedad incurable, por eso, entre otros muchos achaques, tengo una red social y no un fusil de asalto, y por ello también intento no contagiarla a los siguientes que conforman el próximo eslabón.
No es pesimismo, ni derrotismo, solo conociendo y reconociendo la dolencia que nos afecta hoy se puede recuperar la salud y retomar la lucha para un futuro, aunque nosotros no la veamos.