VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

Nicaragua: Rosario Murillo Rivas

El 23 de junio de 1953, a la edad de 83 años, muere la empresaria nicaragüense Rosario Murillo Rivas, segunda esposa del poeta nicaragüense Rubén Darío, conocida como "La Garza Morena".

¡A mi adorable, mi bella, mi querida garza morena! Tú tienes en los recuerdos profundos que en mi alma forman lo más alto sublime, una luz inmortal.
Rubén Darío
1867-1916

Rosario Emelina Murillo Rivas nació el 10 de agosto de 1869, en Managua, Nicaragua, hija de Ramón Murillo y Mercedes Rivas, tenía tres hermanos, Andrés, Javiera y Ángela, y a la edad de 7 años sufrió la muerte de su padre por un aguacero mientras estaba en el cafetal en las sierras de Managua.

Rosario era una niña muy divertida, estudió en una escuela para señoritas y posteriormente en la escuela de señoritas de Granada, donde hizo amistad con Celia y Adela Elizondo, hijas del ministro de hacienda Joaquín Elizondo; tiempo después regresa a Managua.

Los Elizondo eran una de las familias más distinguidas, y Rosario asistía a sus reuniones, bailes y cenas, en 1882 en una de esas reuniones se celebraba el santo de Mercedes Abaunza, esposa de don Joaquín, donde llegó el director de la biblioteca nacional Modesto Barrios acompañado de un niño de 15 años de nombre Rubén Darío, a quien llamaban el "Poeta niño", que se había presentado en muchos actos solemnes para declamar sus poesía, lo que lo hizo muy reconocido.

Rosario y Darío fueron presentados naciendo una atracción entre ellos, se empezaron a ver frecuentemente en los bailes y cenas y a veces en la casa de Rosario, donde se reunían también escritores y diplomáticos, en poco tiempo Rosario inició un noviazgo con el joven poeta, que quería casarse con ella, pero su familia no lo vio con buenos ojos y con ayuda de sus amigos Rubén parte para El Salvador, desde ahí Rubén le escribió el poema "A Emelina".

Rosario siguió con sus estudios en Granada, y en 1883 regresa Rubén y reanuda su noviazgo, este la llamó "Garza morena".

"De nuevo en Nicaragua, reanudé mis amorillos con la que una vez llamé Garza morena", relata Rubén Darío en su libro "La vida de Rubén Darío escrita por él mismo".

Con el tiempo todo cambió, Rosario sin saber las razones, recibe cartas de Rubén con reproches, dándose cuenta de falsos rumores de un supuesto romance con un político, a lo que Rosario se negó totalmente, tratando de explicar, pero Rubén incrédulo se va el 12 de mayo de 1886 rumbo a Chile, por lo que Garza morena no volvió a saber de él durante un tiempo.

"Yo no sé si vuelva. Acaso no vuelva nunca. ¡Quién sabe si iré a morir en aquella tierra extranjera! Me voy amándote lo mismo que siempre. Te perdono tus puerilidades, tus cosas de niña, y tus recelos infundados", decía Rubén en una carta a Rosario poco antes de partir.

En 1888 Rosario vuelve a saber de su amado tras la publicación del libro "Azul...", este regresa a Nicaragua en 1889, según declaraciones de la propia Murillo, Darío la fue a ver ese mismo día por la noche. "Mi sorpresa fue grande al notar a Rubén no ya al muchacho feo y peludo de antes, sino a un hombre en plena juventud, esbelto, bien vestido y guapo", relató Murillo Rivas.

Darío viajó a El Salvador ese mismo año, y en 1890 Murillo se entera que que contrajo matrimonio en San Salvador con una joven escritora llamada Rafaela Contreras, siendo un golpe muy duro para ella.

Debido a los fuertes rumores sobre la mala reputación de Rosario, su hermano Andrés pensó que ningún hombre de importancia se interesaría en casarse con ella, afectando su estado de ánimo, detalla Magazine en su reportaje "La Rosario Murillo de Rubén Darío".

En 1893 se reencuentra con Darío, cuando ella estaba en la puerta de su casa, el poeta había enviudado y tenía un hijo llamado Rubén Darío Contreras.

Rosario y Rubén empezaron a platicar y a verse más a menudo, reanudando su relación; en marzo de 1893 Rosario salió a pasear con Rubén cerca del lago de Managua, a las horas llegó su hermano, el militar y político Andrés con una pistola diciéndole: "Señor usted ha irrespetado el honor de mi hermana, se tiene que casar con ella", Rosario no dijo nada al respecto, ya que estaba de parte de su hermano, pues todo estaba listo, y el 8 de marzo contrajo matrimonio con Rubén, según la historia, bajo efectos del alcohol dijo "Si".

Era una mujer con demasiada viveza y recursos femeninos vinculados al arribismo, detalla el historiador Dariano, Armando Zambrana.

El matrimonio no fue color de rosa, pues Rubén no la quería. A los días Darío es nombrado cónsul de Colombia en Buenos Aires, Argentina y en abril, ambos se van rumbo a Colombia. Rosario con pocos días de embarazo se enferma en Panamá y regresa a Nicaragua si su ahora esposo.

El 26 de diciembre de 1893, nace su hijo Darío Darío, que murió a las pocas horas de nacido a causa de tétano provocado a raíz que doña Mercedes cortó el cordón umbilical con tijeras oxidadas.

Gracias a su hermano Andrés se entera del paradero de Rubén, que estaba en España como corresponsal del Diario La Nación, y además sostenía una relación con una española de nombre Francisca Sánchez. Al ponerse en contacto Darío le solicita el divorcio, a lo que Rosario no cede.

En 1907 viaja a París, Francia a buscar a Rubén, ahora cónsul de Nicaragua y con un hijo llamado Rubén Darío Sánchez. Rosario dispuesta a todo se une al jefe de Rubén, Crisanto Medina y a su secretario Julio Sedano, ya que ninguno de los dos sostiene estrechas relaciones con el poeta.

Murillo logra ubicar a Rubén en varios lugares de París, pero no lo encuentra, así que envía una carta con muchos reproches, y se reunen en un hotel, sin llegar a ningún acuerdo, meses después, Rosario se entera que Rubén se ha regresado Nicaragua, y de inmediato parte a dicho a país, donde se aprobó la ley Darío, pero aún así, Rosario no cedió el divorcio, pues utilizó como prueba la reunión que tuvieron en Francia, donde según Darío le entregó 10,000 Francos, que en realidad fueron 2,000.

En 1915 recibió una carta del orador Alejandro Bermúdez, diciéndole lo mal que estaba Rubén, quien se encontraba en Nueva York muy enfermo, debido a ello, solo brindó una conferencia de paz y se trasladó a Guatemala, de donde Rosario recibe una carta solicitándole que vaya por él, gracias a la ayuda de Monseñor Pereira y Castellón ella viajó, ya que pidió hablaran en Guatemala con Rubén y este aceptó.

Rubén recibió una carta de su pareja Francisca Sánchez, dándole ánimos, por lo que Rosario le envió a Paca la cantidad de $100 dólares, con el objetivo de que no le escribiera más, detalla Ildo Sol, yerno de Rubén Darío Sánchez "Güicho".

Murillo encontró muy enfermo a Rubén, y llegan a Nicaragua el 26 de noviembre de 1915, pasa unos días en su casa, y el 7 de enero de 1916, es llevado a León donde el 6 de febrero, falleció con Rosario a su lado.

El 8 de febrero se dio una disputa por el cerebro de Rubén, su hermano Andrés que quería venderlo y Luis H. Debayle para estudiarlo, este fue detenido y el cerebro le fue entregado a Rosario, que según ella lo mandó a Granada a otro médico, pero otros aseguran que el cerebro fue enterrado en la cripta del poeta.

"Sí era el cerebro del poeta que deposité, por orden de Monseñor Pereira y Luis H. Debayle, se hizo un hoyo de 3 cuartas de profundidad por 2 en cuadro, y allí se depositó la urna”, relató el escultor Navas Cordonero en entrevista con Alejandro Barberena en 1960.

Rubén fue sepultado en la catedral de León el 13 de febrero, y Rosario recibió C$800 Córdobas para los gastos funerarios.

Rubén nombró heredero universal a su hijo Rubén Darío Sánchez, después después Rosario fue incluida por imperativo legal, obteniendo el derecho a las obras que el poeta escribió en Nicaragua, pero nunca hizo uso de esa parte de la herencia.

Meses después recibió la visita del hijo de su esposo, Rubén Darío Contreras, con el que tuvo una buena relación, él la consideró una segunda madre, y en 1925 gracias a sus recomendaciones Darío II obtuvo el cargo de cónsul de Nicaragua en Buenos Aires, Argentina.

Rosario no volvió a casarse y se dedicó por completo a cuidar a su madre y la finca de café Utila en las Sierras de Managua, también vendía leche cruda y papel francés para tapizar.

En 1944 le cedió una entrevista al periodista Edgardo Prado, quien le preguntó dónde estaba el cerebro de Darío, a lo que ella amablemente respondió: Pues aquí mismo, en mi aposento y debajo de mi cama", detalla Eduardo Cruz de Magazine de en su reportaje "La Rosario Murillo de Rubén Darío".

En sus últimos años de vida padeció de cataratas, y su salud se fue complicando, aun así cuidaba de su negocio, finalmente muere a las 9:33 a.m. el 23 de junio de 1953, a la edad de 83 años. En el momento de su muerte sostenía el crucifijo con el que murió Rubén sobre su pecho, el cual pidió a su hermano Andrés, entregara a Rubén Darío Contreras.

Su funeral fue presidido por el ministro de relaciones Óscar Sevilla Sacasa y otras personalidades diplomáticas, también la guardia de honor de Rubén Darío, donde uno de su miembros era el poeta Carlos Martínez Rivas y Josefa Toledo de Aguerri.

Rosario Murillo fue interpretada por la actriz Miriel Cejas, en la película La Princesa Paca (2017).

Related Posts

Subscribe Our Newsletter