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El gobierno Colombiano ha ejercido desde hace décadas el genocidio estatal contra su pueblo. Una de las prácticas genocidas más alarmantes es la conocida como «Falsos Postivos», la cual consiste en ejecuciones extrajudiciales de civiles a manos del ejército para hacerlos pasar por guerrilleros dados de baja en combate, con el objetivo de inflar los números de la guerra y los beneficios individuales a soldados.
El próximo 30 de Agosto, en el día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, se realizará en distintas ciudades del mundo, entre ellas Buenos Aires, la performance «6402», haciendo alusión al número de ejecuciones extrajudiciales reconocidas por la Jurisdicción Especial para la Paz, entre los años 2002 y 2008, durante el gobierno de Alvaro Uribe Velez, junto a Juan Manuel Santos (nombrado Nobel de Paz) como Ministro de Defensa. Por Asamblea de Colombianxs.
“Yo parí a mi hijo para la vida,él me parió para la lucha”.Luz Marina Bernal, madre de una víctima de Soacha.
«Nadie podrá llevar por encima de su corazón a nadie,ni hacerle mal en su persona, aunque piense diferente», Traducción indígena del artículo 12 de la Constitución política de Colombia*.
La Desaparición Forzada es una práctica que comienza a aplicarse en Colombia a finales de la década de los setenta y se incrementa en la década de los ochenta en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional, una variante de la seguridad nacional estadounidense aplicada en Abya Yala bajo la cual se da la sustitución del “enemigo externo” por el “enemigo interno”.
Si bien el principal enemigo según la Doctrina de Seguridad Nacional era el comunismo internacional, con epicentro en la Unión Soviética y representación regional en Cuba, ésta entendía que era a Estados Unidos a quien correspondía combatir a esos países.
Los Estados Nuestroamericanos debían enfrentar al enemigo interno, que se materializaba en supuestos agentes locales del comunismo que podían ser representados por cualquier persona con ideas en desacuerdo al Estado capitalista(1).
Según la Asociación de Familiares de Detenidos – Desaparecidos (ASFADDES) en Colombia ésta doctrina se usó como modalidad represiva y sistemática para eliminar opositores políticos y como mecanismo de represión, cuando se institucionaliza la violación de Derechos Humanos en este país.(2)
El primer caso registrado como desaparición forzada en Colombia y reconocido como modalidad represiva para eliminar opositores políticos al régimen fué el de Omaira Montoya Henao, bacterióloga de 30 años, con tres meses de embarazo y militante de izquierda(2).
Dicho caso se remonta al 9 de septiembre de 1977, un año antes del primer caso registrado de ejecución extrajudicial.
Éste es el de Fabio Vásquez Villalba(3), quien fue detenido el 22 de abril de ese año y conducido al Batallón Voltígero donde fue incomunicado, torturado y asesinado y posteriormente su familia fue objeto de amenazas de un oficial del Ejército.
En el año 2008 en Soacha, un municipio cercano a Bogotá, se dio la desaparición forzada de varios jóvenes.
Ellos habían sido engañados por militares con falsas promesas de trabajo para posteriormente ser drogados y trasladados al departamento de Norte de Santander a más de 400 kilómetros de distancia donde fueron asesinados y una vez muertos sus cuerpos fueron vestidos como guerrilleros para ser presentados por la Brigada XV del Ejército Nacional de Colombia como miembros de grupos armados dados de baja en combate(4).
En su búsqueda, a fuerza de una tenaz lucha, sus madres desenmascararon al Estado colombiano, pues lograron demostrar con largo alcance mediático, la sistematicidad con la que se cometía este tipo de ejecución extrajudicial, la cual responde a una resolución del Ministerio de Defensa, liderado en ese momento por Juan Manuel Santos (posteriormente premiado como Nobel de Paz), durante la primera presidencia de Álvaro Uribe.
La resolución 029 dictada en el año 2005 establece una escala de recompensas para las fuerzas de seguridad por cada baja en combate de un guerrillero(5).
En ese sentido es que se populariza el término “Falso Positivo”, haciendo alusión al argot usado por el ejército para referirse a una baja en combate.
A partir de reconocerse y denunciarse públicamente estas prácticas genocidas, han surgido resistencias como las Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (MAFAPO) y ASFADDES, quienes han contribuido enormemente con su trabajo en la batalla por la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición.
Es muy importante mencionar que el registro total de personas desaparecidas en Colombia es de 165298, según registros de Medicina Legal, de las cuales, al menos 32634 están clasificadas como desapariciones forzadas.
En un homenaje a sus luchas, se llevará a cabo el próximo 30 de Agosto, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, la performance “Los 6402” en Bogotá, haciendo alusión al informe presentado por la Jurisdicción Especial para la Paz en febrero del presente año en el que se expone que entre el 2002 y el 2008 (durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez) el Ejército Nacional de Colombia asesinó al menos a 6402 civiles para ser presentados como bajas en combate.
Dicha performance será replicada en más de 30 ciudades alrededor del mundo, entre ellas Buenos Aires. El acto se llevará a cabo en Plaza de Mayo, un lugar que es símbolo de la lucha contra la desaparición forzada, para ello la convocatoria es en el Obelisco a las 14 hs y la asistencia es libre.
* ARTÍCULO 12 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA: «Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes».
https://www.anred.org/2021/08/28/6402-la-performance-mundial-que-denuncia-a-los-asesinados-por-el-ejercito-colombiano/
