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Nicaragua: ¿Y los “libertadores” donde están”?


Quiero abordar un tema que tiene mucho que ver con la sinceridad, con la franqueza, con esa transparencia con que muchos por muy empañados y sucios que estén, sueñan con ser percibidos por los demás como carne de la nobleza más pura aunque su naturaleza sea habitar la conducta del hipócrita y aunque en el fondo tengan plena conciencia que no engañan a nadie, pero que se satisfacen viéndose, leyéndose u oyéndose mediáticamente en aquellos espacios que a cambio de una buena paga los pintan como ángeles.

La sinceridad es la cualidad y acción de obrar y expresarse con verdad, con naturalidad con sencillez y sobre todo con honestidad, sin fingir, sin impostar o destacando que la palabra tiene un peso específico que cuando se respeta y se le confiere el verdadero valor que tiene nos hace personas efectivamente libres que jamás temerán el juicio de la sociedad a la que aspira pertenecer. 

La sinceridad es una cualidad moral de gran valor. Se fundamenta sobre el respeto y el apego a la verdad como valor esencial en nuestra relación con los demás e, incluso, con nosotros mismos. 

Una persona sincera es aquella que dice y actúa conforme a lo que piensa o cree. No tiene dobleces, ni intenciones ocultas, no busca intrigar ni perjudicar a nadie.

Además, al ser sinceros, generamos confianza hacia nosotros y demostramos nuestra honestidad, eso sin contar que también nos permite proyectar que tenemos valor y personalidad. 

Pero cuando deliberadamente, a fin de crear una imagen que no tenemos tratamos de engañar vistiendo traje de ángeles cuando somos demonios entonces el efecto es devastadoramente contrario y es cuando afirmamos aquello de que esos son “lobos con piel de oveja”.

Lloviendo sobre mojado o como albarda sobre aparejo se nos viene encima, estando aun las heridas causadas por el Huracán ETA abiertas, otro que bajo el nombre de IOTA viene por el remate de todo lo que destruyó el primero.

El gobierno y sus instituciones, de la misma manera que lo hizo en tiempo y forma cuando ETA estaba a miles de kilómetros y amagaba con impactar con toda su furia territorio firme de Nicaragua, está haciendo lo mismo con el IOTA con la convicción de que el propósito fundamental es siempre salvaguardar la vida de las personas y darles seguridad y avituallamiento en el antes, durante y después del evento y agendando a futuro que la reconstrucción será para mejorar la existencia de los afectados.

Sobre este tema yo no quiero hacer política, no debo hacerlo como tal, porque el tema no es para distanciar, debería ser una razón sobradamente poderosa para unir voluntades -porque por Dios- estamos saliendo y entrando seguidamente, sin siquiera pausa para un respiro, de dos eventos que se hilvanan al fallido golpe terrorista de 2018, a la pandemia del COVID-19, para otra vez afectar económicamente al país y si todos estamos conscientes de ello, no me es digerible de ninguna manera, que existan perversos que sin ayudar ni contribuir, ni siquiera son capaces de apartarse para que los que si quieren hagan su mejor esfuerzo.

¿Usted puede ser indiferente ante actitudes así?

¿Usted puede creer que este tipo de individuos pueden merecer, aunque sea una onza de consideración?
 
¿Usted puede dejar pasar la indolencia que mostraron con el ETA para que los mismos idiotas vuelvan a lo de siempre con el IOTA, cuando el mundo está hablando de la tragedia que ha sufrido el país que gracias a Dios no cuenta muertos, aunque sí la millonaria destrucción que nos están dejando estos fenómenos?

Un grupo de tipejos y tipejas que desde el oposicionismo encontraron el mejor negocio de sus vidas, que reciben millonadas y millonadas de dólares, que chorrean sangre porque lo reciben para destruir al país a nombre de una democracia por la que no tienen la menor autoridad para hablar porque no la representan, porque no la conocen, porque no tienen idea de lo que significa, están sobrándose como enemigos del país y de la inmensa mayoría de los nicaragüenses que solo observan lo que están haciendo.

Reciben millones de dólares que se quedan en las bolsas de los mismos oligarcas y politiqueros que usan a los tontos útiles solo para venderse como los líderes que jamás serán. 

Esos son los que viven en mansiones palaciegas; los que se hartan y emborrachan en los más exclusivos restaurantes; Los que se desplazan en sus camionetonas a cualquier parte no para organizarse, no para trabajar por una causa que de todas formas está muerta, sino para crear desorden e inseguridad para llamar la atención; 

Son miserias humanas que no se soportan entre ellos mismos; Son los cabecillas de esas siglas de las que de una, salen hasta cinco facciones; Son los que no hacen nada por ellos mismos sino que dependen del extranjero para que les haga el favor; son como las moscas que no solo joden y joden y joden sino que además les fascina pararse en lo más asqueroso para andar repartiendo estiércol que es lo mejor que saben hacer.

Lo que indigna es que además del negocio que hacen con todo lo que reciben, que no es cualquier cosa porque con ello ya hay quienes tienen asegurada su vida es que no tengan piedad ni para el prójimo ni para el país y en esas andadas son peores que los animales porque la fiera mata por sobrevivencia, pero estos llenos de arcas y placeres lo hacen por placer.

Aunque los únicos que son capaces de visibilizar a estas miserias humanas son los espacios mediáticos que reciben la paga por hacerlos grandes o en su defecto ellos mismos cuando en sus Facebook Live se quejan del montón de gente que los ve de malas maneras y por sobradas razones, en estos momentos, que existe una situación que expone a cienes de miles de compatriotas al embate de la naturaleza me pregunto dónde están esos “salvadores y libertadores” que dicen estar al lado de las angustias de los damnificados, me pregunto:

¿Dónde está la Conferencia Episcopal ordenando se liberen las bodegas de Cáritas de Nicaragua para mitigar la angustia de sus católicos afectados en el caribe norte?

¿Quién ha visto a uno solo de esos obispos golpistas, Leopoldo Brenes, Rolando Álvarez o Abelardo Mata, ir a la zona del desastre para ofrecer al menos una oración por los que sufren si no cuesta nada?
¿Cuántos de los millones que reciben los cabecillas del oposicionismo han sido destinados para comprar, aunque sea una libra de arroz para los destechados?

¿En qué contribuyen los mercenarios de La Prensa S.A, Canal 12, Canal 10 y Radio Corporación, con la obligación ética que deberían auto imponerse para llevar, aunque sea una información medianamente veraz, en momentos de angustia y dolor en la zona, para atenuar el impacto sicológico en cada una de esas personas que lo perdieron todo? 

No contribuyen en nada, no sienten que ello deba ser el comportamiento de alguien que ame a su prójimo, por el contrario, mienten descaradamente en un afán estúpido que habla de la cochinada humana que son los dueños de esos medios que creen que este es un buen momento

de estimular las necesidades e incomodidades de miles de personas que perdieron todo, que están en albergues sí, pero que no están solas.

Yo he visto al frente de la situación a un presidente, a una vicepresidenta, al gabinete de gobierno y a las instituciones del estado preocupadas y ocupadas del problema y en ninguna parte a la Conferencia Episcopal, a los obispos vandálicos, a los politiqueros, a los venaderos y a todos los mercenarios en su conjunto dando algo, aunque sea un grano de frijol o una onza de leche, para ese niño que el huracán ETA que ya se fue y el IOTA que se nos viene mantiene en el desarraigo.

No han dado sal para un jocote pero si usted, por un error involuntario sintoniza las fauces de esos medios lo que ve es a venaderos entrevistando a politiqueros y entre ambos te pintan un panorama que para ellos es la tormenta perfecta porque no te describen los efectos del fenómeno sobre la vida de las personas sino que encuentran una oportunidad para descalificar al gobierno, a sus funcionarios e instituciones que con su actuar son una respuesta devastadora contra la podredumbre mental de esos animales que lamen con satisfacción el dolor de todos los damnificados porque para ellos esa no es una tragedia sino una oportunidad para reeditar condiciones para un nuevo golpe.

Esos mismos medios mercenarios no dijeron esta boca es mía tras aquel apocalíptico Huracán Micht. 

Es más una gran cantidad de esos falsos líderes que ahora pretenden ser “salvadores y libertadores” eran funcionarios, argollas y parte del entronque del gobierno y del poder de Arnoldo Alemán y no fueron capaces de hacer algo por evitar, habiendo sido advertidos de la tragedia que se venía, de hacer algo por salvar a los más de dos mil quinientos nicaragüenses que quedaron enterrados tras en deslave o más bien Tsunami del Casitas, pero por favor, hoy son los críticos de un gobierno sandinista que tiene como un altísimo valor no haber permitido que un solo connacional muriera por efecto del Huracán que pasó y Dios quiera así sea con el que se nos viene encima.

El oposicionismo por falta de cerebro o sentido común ignora que en arena movediza entre más se mueve más se hunden. Desde aquí los denunciamos, pero la verdad no es necesario y si lo hacemos es por la satisfacción de exponerlos, porque ellos siempre morirán por propia mano.

Por: Moisés Absalón Pastora.

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