En mayo, las muertes se estabilizaron, pero a partir de octubre se advierte un ligero aumento.
Punto Noticias. En Guayaquil, en el camposanto Jardines de Esperanza de 20 hectáreas, ubicado en el norte de la ciudad, dos placas de mármol fueron talladas en su memoria. Tienen grabados los nombres de muchas personas que murieron en los meses más críticos de la pandemia por covid-19.
3.500 nombres han sido escritos en este “espacio para que los familiares puedan venir y conectarse emocionalmente. Pero cuando las personas ven la cantidad de nombres, reaccionan; es también un llamado a cuidarse”, a decir de Gisella Quizhpe, gerenta de Servicios y Operaciones del lugar.
En la urbe y su zona de influencia hay 11 cementerios. Entre mediados de marzo e inicios de mayo, en el pico de la emergencia sanitaria, recibieron 13.121 cuerpos. Quizhpe recuerda que pasaron de 12 sepulturas a 210, en uno de los días pico de la pandemia. El crematorio funcionó las 24 horas, alcanzando los 900 grados centígrados.
Contó que tuvieron que destinar dos pisos de un gran edificio, cada uno con 1.750 bóvedas, para acelerar los entierros, aparte de otros espacios. La explosiva demanda obligó a acelerar los proyectos de infraestructura, que se retomaron en cuanto pudieron acceder a la compra de materiales de construcción.
Sus familias no pudieron despedirse, con una ceremonia, de los sepultados, por lo que se esperaba una masiva concurrencia a los camposantos en el Día de los Difuntos, pero la disposición de su cierre durante el feriado, para prevenir contagios, adelantó las visitas y otras se aplazaron.
Las medidas de bioseguridad se intensificaron, como el uso obligatorio de mascarillas. En los ingresos se toma la temperatura y se controla la desinfección de manos. El aforo, en algunos, es del 30 %.
Cerca de 150.000 personas llegaban a los cementerios municipales, en un feriado como este. Jorge Acaiturri, director de Acción Social de la Alcaldía, explica que las visitas siguen suspendidas y solo se permiten sepelios con hasta ocho personas y deben usar trajes de bioseguridad.
El Municipio, durante la crisis sanitaria, construyó el camposanto Casuarina, en Monte Sinaí, donde 88 de sus 2.000 túmulos ya han sido ocupados. El cementerio Ángel María Canals, en el Suburbio, tiene 2.400 espacios disponibles. Y están en construcción otros 2.700 cuerpos de bóvedas y cerca de 900 nichos más.
El 21 de marzo, las inhumaciones en Guayaquil se dispararon, según los análisis del matemático Juan José Illingworth. El cantón registra, usualmente, 38 defunciones diarias. Ese sábado fueron 58.
Durante 17 días, la curva de muertes subió precipitadamente. Su descenso, hasta llegar de nuevo a cero, por encima de lo normal, tomó otros 34 días.
Entre mayo y septiembre las estadísticas se normalizaron, aunque desde inicios de octubre se advierte un ligero aumento. Este es uno de los indicadores que llevó a retomar medidas para el feriado, como el cierre de los cementerios y otros sitios de concentración.
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